El principal criterio debe de ser el aumento en la seguridad vial
Desde que la DGT lanzó en Febrero de 2013 la propuesta de que todo ciclista debería estar obligado por ley a llevar casco siempre, no ha dejado de crecer el debate en distintos medios y foros, incluído este blog.
Todo el mundo da su opinión sobre si esta ley es adecuada o no, tanto si le afecta como si no, tanto si está informado como si no. Entre todos estos están los principales afectados, los ciclistas urbanos que rechazan la medida, siendo los primeros interesados en su propia seguridad. Sería estúpido pensar que quieren tirarse piedras contra su propio tejado, así que si se oponen es que deben ser más las ventajas de que el casco sea opcional ¿No es un argumento de peso?
Pues no. Tiene razón la ilustrísima directora de la DGT, María Seguí, cuando dice que toda ley restrictiva siempre conlleva una reacción de los afectados, como sucedió con la imposición del casco en la moto o el cinturón en coches. Su oposición no implica necesariamente que tengan razón.
Ahora bien, tampoco es relevante la opinión del ciclista en el caso contrario. Es comprensible que a raíz de un caso personal cercano emotivo de quien “salvó la vida por llevar casco” uno se proteja más y recomiende lo propio a los demás, pero un legislador ha de decidir los pros y contras no sólo con la experiencia de un amigo, sino con la de un millón de amigos más, se aplique a ir en bici, nadar, hacer escalada o cruzar una calle andando. En todas estas actividades hay accidentes que podrían haberse minimizado con protección adecuada. ¿Dónde está el límite de riesgo para decidir que no se puede realizar esa actividad sin protección? ¿Con salvar una vida es suficiente?
Todos tomamos partido en el debate "seguridad o libertad", casi siempre con visiones particulares miopes, pero es profundamente preocupante (e irritante) que quien debe conseguir un beneficio general para la sociedad caiga en el mismo error, recabando sólo los datos que demuestran los beneficios de una decisión tomada a priori, y ocultando a la población los perjuicios generales.
Porque la ley que pretende obligar a usar el casco a todo ciclista en toda vía pública tiene perjuicios que afectan negativamente a la seguridad vial y esa información se está obviando con diatribas acerca de la pérdida de libertad ¡o incluso porque se estropea el peinado! Como la DGT no parece dispuesta a contar más que las ventajas de esta ley, tendremos que ser los ciudadanos (una vez más) la que cuente la otra mitad.
Todo lo que contamos a continuación está documentado. Hay muchos estudios que corroboran cada afirmación, sólo se ha enlazado uno en cada caso como ejemplo, pero son fácilmente encontrables por internet el resto. Muchos están en inglés, rogamos usen algún traductor automático en caso de necesidad.