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viernes, 15 de marzo de 2019

Ciclismo en femenino. Experiencias: La bici te cambia la vida

Experiencia de Nieves 

Seguimos en marzo, y tenemos más experiencias que compartir. Después del cuento de Anita, que nos hizo soñar la semana pasada, esta semana es Nieves, nuevo fichaje de esta temporada, quién nos cuenta su periplo hasta aterrizar en su primera ruta de enbicipormadrid, sección MTB y, en general, el por qué de practicar este deporte tan sacrificado. Todo sufrir, oiga... o quizás no.

Hay unos pocos locos que se pasan la semana currando para tener una ruta preparada cada sábado. Y luego cada sábado, otro montón de locos que se encargan de sacarla adelante. Se cuida del que va el último, así como de los menos experimentados, y se va alentando a los polluelos para que se vayan soltando. En realidad, van a pasarlo bien, porque para competir no estamos.

La locura es contagiosa y, entre locos, reconocible. A Nieves se la veía venir, porque ya desde el primer día se notaba que se lo estaba pasando pipa y que su intención era seguir haciéndolo. Es fácilmente reconocible e identificable esa sensación de felicidad porque también la hemos sentido.

No sabemos cómo lo sigues dudando a estas alturas, pero si no estás segur@ de saber medir tus fuerzas, estate atent@ porque siempre hay rutas clásicas asequibles para que puedas venir a probar. Nunca sabes dónde te van a llevar. Y si no te lo crees, te lo cuenta Nieves.

 
La bici te cambia la vida


Yo no puedo decir eso de… “yo siempre he hecho mucho deporte”. Nunca me había atraído ninguna actividad física ni tampoco la había practicado, salvo la asignatura de gimnasia del colegio que tanto odiaba.

Yo siempre he sido de “hueso ancho” y, a veces, algo más de la cuenta. He visitado mil dietistas, nutricionistas, médicos; perdía peso y lo volvía a coger. En una de esas dietas, perdí muchos kilos y después recuperé el doble. Fue cuando decidí hacer caso a eso de que “una dieta se tiene que complementar con deporte”. Comencé inscribiéndome en el gimnasio, ¡la cantidad de dinero que habré malgastado! Iba durante un mes y después, siempre encontraba una excusa para no ir.

Por fin, me hablaron de algo más atractivo, un club de senderismo y no dudé en incorporarme a sus rutas. De esta forma conseguiría varias cosas: adelgazar, estar en contacto con la naturaleza, conocer sitios nuevos y socializarme. ¡Objetivo conseguido! Fue una experiencia estupenda que duró unos años. Luego abandoné el club y comencé a salir por mi cuenta con amigos. Las circunstancias me llevaron a no continuar practicar este deporte y gané peso de nuevo. Busqué nuevos grupos para salir a la montaña pero me encontré con un nivel muy avanzado, que yo no podía seguir.

Fue en el verano del año 2013 cuando decidí comprarme una bici de montaña pensando que era un deporte más individual y que no necesitaría compañía para salir. Pedí asesoramiento a un amigo; no quería invertir mucho dinero ni tampoco comprar algo demasiado básico. Recuerdo que mi amigo me advirtió que este deporte era muy duro, no confiaba mucho en mí, pero yo seguí con mis planes.

Recorrí varias tiendas de Granada. Lo primero que les comentaba era que me compraría la bici en aquella donde me enseñaran cómo manejar los cambios porque no tenía ni idea. En alguna me dijeron que ellos no tenían tiempo para eso (evidentemente allí no me la compré). Finalmente, el día 21/9/2013 (no se me olvida la fecha) me compré mi “Giant gris” en una tienda donde me explicaron cómo funcionaba y me dieron muchos ánimos para iniciarme en la MTB. También me compré mi primer culote. Me tuve que ir a la sección de chico porque no había de mi talla en ropa de chica.

Ya, loca de contenta, disfruté de mis primeros paseos, pero pronto me di cuenta de que sería mejor compartirlos. San Google me llevó a un club ciclista, el Club Ciclista en Femenino Granada, donde se fomenta el ciclismo en la mujer y tienen cabida mujeres con mayor o menor forma física y de todas las edades. En el club también son bienvenidos los chicos, todos somos necesarios y aportamos mucho.



Pues, allá que me fui con mis casi 100 kilos y mi flamante bici nueva a hacer la primera de muchísimas rutas que han seguido. Me sentí muy cómoda, me ayudaron mucho y percibí que este deporte no me daría pereza. Perdí peso, sí, pero esto dejó de ser mi prioridad porque venía solo; me motivaba cuidarme y salir para estar en mejor forma y poder disfrutar de cada momento, no perderme una ruta. Desde entonces he avanzado mucho, hasta me he hecho endurera…



A los pocos meses de comenzar mi aventura ciclista, animándonos unas a otras, comenzaron a surgir los retos. El primero fue una ruta cicloturista en Montefrío, en mayo de 2014. Yo iba cerrando el pelotón, pero me lo pasé pipa.



El siguiente reto fue embarcarme en los 101 km de Ronda, en 2015. Fui un poco loca porque no iba muy preparada. Tuve que tirar de la bici de vez en cuando, apuré casi las 12 horas que nos daban para finalizar, pero LA TERMINÉ. ¡Qué subidón! Fui feliz en ese momento.


Después, siguieron otras tres ediciones más de los 101 km de Ronda, también terminados con mayor o menor dificultad; la Africana de Melilla, la Cuna de la Legión de Ceuta,… y algún reto más que ahora no recuerdo. Me sorprendía ver que, en todas las cicloturistas que hacía, el número de mujeres participantes era muy pequeño; este es un deporte que aún practicamos pocas mujeres.

De esto hace ya 5 años y medio, y aún sigo enganchada a este veneno y todo lo que le rodea. Dame veneno que quiero morir, dame veneeeeeenoooo… Jejeje

Hace nueve meses, fui trasladada por trabajo a Madrid. Me preocupaba mucho no encontrar gente para salir con la bici. Me dieron teléfonos y nombres de grupos para contactar.

Un compi de bici de Granada, Iker, me habló de Enbicipormadrid. Solicité unirme a su grupo de Facebook y le eché un vistazo al blog. Creo recordar que la ruta que iban hacer esa semana era una bestialidad de kilómetros para mí; luego hicieron la ruta de la tortilla y, en verano, hacían nocturnas pedaleando toda la noche. Me dije: “estos tíos están como cabras… Yo no voy a ser capaz de unirme a ellos” y lo dejé hasta septiembre para ver si se calmaban un poco, porque la persona que me sugirió salir con este grupo me daba confianza y al contactar con Agustín sentí que había buen rollo.

Por fin me animé a hacer mi primera ruta, fue a Manzanares y embalse de Santillana, 53 km con 500 m de desnivel. Me sentí muy bien, muy cómoda y acogida por todos. Conclusión: feliz



La segunda fue todo un logro para mí: Puerta del Sol-Arganda del Rey. En el blog se describía como “fácil” ya que eran 95 km con 600 m de desnivel. Cuando llegué y observé el ritmo que había….quise morir….el ritmo era “ligerito…”, en menos de 2 horas ya habíamos alcanzado el km. 35. Yo seguía como podía el ritmo. Mi propósito fue no perder de vista a aquella chica del chaleco amarillo, que resultó ser Fuencis (se ve que desde el principio me ha gustado seguir su estela…). A las 14:30 h ya habíamos terminado…. Estos locos volvieron a Madrid pedaleando. Conclusión: Feliz.

Llegaron otras rutas, por ejemplo, Las Matas y los senderos del Hoyo de Manzanares, con muchas veredas de las que disfrutar con mi bici endurera. La otra salida que también recuerdo es a La Pedriza, esas zetas tó p’arriba y sin descanso, en donde David 6D2 me dio conversación para que no me percatara de la cuestecita (no se le veía la poncimera…). El tema elegido: el Soplao. Luego asomó su tocayo David Arranz y, el par de merluzos tiraron de nuevo de conversación para que Nieves pudiera llegar a pisar la nieve. En los últimos kilómetros también estaba allí Novoa dándome algún empujoncito ya que mis fuerzas estaban bajo mínimos. Al final acabé la ruta dignamente. Conclusión: muy feliz.



La última salida que quiero mencionar, porque podría hablar de todas, es la que hicimos el día 19/1/2019, muy especial para mí. Quise invitar a mis amigos de Granada a pasar un día con nosotros en Madrid. Los enbiciados prepararon gustosamente una de las rutas más bonitas que hecho con ellos. Todos los astros se alinearon para que pudiéramos disfrutar del pedaleo sobre la nieve. Fue muy dura (la climatología la hizo más difícil de lo esperado) pero resultó una verdadera pasada. Conclusión: acabamos todos felices.



Vuelvo al tema del Soplao. Hace unos 2 años llegó a mi Facebook información sobre el infierno cántabro y lo anoté en mi “debe” porque quería vivirla. La suerte es que estos locos enbiciados van todos los años. Hoy me siento una enbiciada más y también me he inscrito a los 10.000 del Soplao.

Continúo perteneciendo al Club Ciclista en Femenino Granada, aunque ya no pueda salir con ellos, me ha aportado mucho. Ahora somos más de 100 personas (creo que un 80% mujeres) y sigue creciendo, da gusto ver los avances que hemos ido haciendo todas.

A día de hoy puedo decir que la bici me ha cambiado, por todo lo que me está aportando, los buenos amigos que he hecho y que sigo haciendo; por supuesto, manteniendo a los de siempre que están muy felices por mi nueva vida.

Quiero concluir mi relato animando a todas las chicas a iniciarse en la MTB, hayan hecho o no deporte y pesen lo que pesen. ¡SI QUIERES, PUEDES! Y…si no encuentras ropa de chica de tu talla, te vas a la de chico y ¡solucionado!

Nos vemos por los senderos.

Nieves


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