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domingo, 3 de mayo de 2009

Ruta en bici de Las Rozas a Tres Cantos

Pasando por el Puente de la Marmota



En las últimas semanas hemos querido compartir con vosotros nuestras "aventuras" en bici por los alrededores de Madrid. Son rutas sencillas, al alcance de cualquier ciclista con un nivel medio, que nos permiten acercarnos a la Naturaleza, conocer nuevas zonas de Madrid, hacer un poco de deporte, y pasar un día divertido con los amigos.

Hoy vamos a mostraros la ruta que hicimos ayer Martingala, MiguelS, Aalto, y Aaltito.
La hemos titulado "Ruta en bici de Las Rozas a Tres Cantos", aunque en realidad partimos de la estación de Cercanías de Las Matas, y después de comer en Tres Cantos, acabamos "dejándonos caer" (Martingala dixit) por el carril bici hasta Madrid.


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La ruta en sí, desde la estación de Cercanías de Las Matas a la de Tres Cantos tiene una longitud de unos 33 kilómetros, no tiene tramos excesivamente complicados, y puede hacerse en menos de 4 horas… si no surgen problemas.

Nuestra ruta empezó a las 9:00 en la estación de Las Matas, aunque en realidad todo empezó un poco antes desde nuestras respectivas casas. Entre otras cosas, nos gusta utilizar el Cercanías porque además de facilitarnos el salir desde distintos puntos de Madrid, y juntarnos en el camino, nos permite realizar rutas lineales, mientras que si utilizas el coche tienes que realizar rutas circulares, empezando y acabando en el mismo punto.

Los primeros kilómetros de la ruta, tras salir de la estación, los realizamos callejeando por la urbanización de Los Peñascales, atravesando el arroyo de Trofas (en el que alguno se remojó un poco), y bordeando la tapia del Monte del Pardo por unos empinados caminos de tierra.


Una vez abandonada la urbanización, en el km 5 de nuestra ruta, y dejado atrás el término municipal de Las Rozas y el de Torrelodones, entramos en el de Hoyo de Manzanares. Los caminos en esta zona son amplios, se encuentran en buen estado, y tienen continuas subidas y bajadas, para hacer más amena la ruta.


En esta ruta buscábamos bordear el Monte de El Pardo por el norte, atravesando el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, y por ello durante todo el recorrido tuvimos a nuestra derecha las vistas del Pardo y al fondo el skyline de Madrid, con las Cuatro Torres destacando en el horizonte.


Los caminos son muy divertidos. En las subidas MiguelS y Martingala se me escapaban siempre por delante y tenía que ir haciendo la goma con ellos. En las bajadas, muy divertidas, podía coger una buena velocidad, y acababa cogiéndoles.

Pero en una de las bajadas, cuando llevábamos unos 10 km recorridos, empezaron los problemas. Mi cadena, que llevaba un rato sonando un poco raro, acabó rompiéndose, y me dejó tirado. Ninguno llevábamos tronchacadenas, y sin esa pequeña herramienta es muy difícil arreglar una cadena rota. Por suerte, un vecino de la zona pasaba por allí en coche, lo paramos para pedirle ayuda, y con un par de martillos y unos alicates, entre MiguelS y Martingala consiguieron arreglarla... o al menos consiguieron que aguantara una buena parte de la ruta que nos quedaba.


Saliendo a la carretera de Hoyo de Manzanares, y con el problema medio solucionado, seguimos ruta confiando en que nos acompañara la suerte. Por si acaso, y para no forzar la cadena, procuré no cambiar mucho de marcha el resto del camino.

En el kilómetro 13 de nuestra ruta, entrando en el término de Colmenar Viejo, nos desviamos a la derecha para hacer una divertidísima y rápida bajada de algo más de un kilómetro. Mucha arena, continuos derrapes... y al final Aalto que acaba en el suelo. Una caída sin importancia.


Un kilómetro más por la carretera, y giramos a la derecha por el camino que nos llevará al Puente de la Marmota. Este tramo ya lo habíamos recorrido anteriormente, en nuestra ruta de Tres Cantos a Colmenar Viejo, pero en sentido contrario, y por eso todo lo que recordábamos como grandes subidas ahora eran divertidas bajadas. Así, la primera recta de más de tres kilómetros ahora era una suave bajada en la que se pueden coger fácilmente velocidades cercanas a los 50 km/h.


Volviendo la vista atrás, la recta es muuuuuy larga, y las vistas de la Sierra, todavía con nieve en las cumbres, es impresionante.


Después de dos kilómetros más, con varias curvas, caminos en mal estado, y mucha piedra, llegamos a una de las zonas más divertidas de la ruta: la bajada al puente de de la Marmota.


El camino es muy estrecho y sinuoso, con árboles, ramas bajas, piedras a ambos lados, y algún que otro ciclista fatigado subiendo en sentido contrario. Es una zona muy técnica, hay que jugar mucho con los frenos, zigzagueando y llevando mucho cuidado para no acabar en el suelo. Para mí, una de las bajadas más divertidas del día.


Al final de la bajada, aparece el Puente de la Marmota. El entorno, muy solitario, merece la pena la visita. Es difícil llegar hasta allí si no es montado en una bici, y aunque se puede llegar a pie recorriendo unos 6 km desde la carretera de Hoyo, o unos 12 desde Tres Cantos, son pocos los senderistas que encontramos en el camino.


Un descanso en el puente para contemplar el río Manzanares, reponer fuerzas con el avituallamiento que nos tenía preparado Martingala, y a continuar camino hacia Tres Cantos.


Todo lo que habíamos bajado hasta el río, ahora nos tocaba subirlo hacia el mirador de Valdelaganar, bordeando en todo momento la tapia del Monte de El Pardo. El primer tramo, con una fuerte subida era muy complicado, luego una fuerte bajada en la que alguno volvió a bajarse de la bici, y una última subida hasta el Mirador.

Las vistas del Monte y de Madrid al fondo nos acompañarían el resto de la ruta.


Desde el mirador de Valdelaganar, la vista de la Sierra merece una parada. Como dice en el cartel, desde este punto se obtiene una inmejorable panorámica de la sierra de Guadarrama, donde nace el río Manzanares (en el alto de Guarramillas) dando nombre al parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Es el espacio natural protegido con mayor superficie de la Comunidad de Madrid, el cual se extiende desde el cordal de "La Cuerda Larga" hasta "El Pardo", junto al que nos encontramos. El Pardo está gestionado por Patrimonio Nacional. A consecuencia de su reciente historia como reserva de caza, en su interior todavía se encuentran poblaciones de gamos, ciervos o jabalíes, entre las aves destacan algunas de ellas por la fragilidad de sus poblaciones como el buitre negro, la cigüeña negra y especialmente el águila imperial (en peligro de extinción).


La bajada desde Valdelaganar hasta el arroyo de la Tejada empezó muy rápida y divertida, pero el ruido de la cadena iba aumentando, hasta que acabó rompiéndose por segunda vez... y quedaban más de 5 km para llegar a Tres Cantos.

Por segunda vez, unos vecinos de la zona nos dejaron alicates y un martillo, y conseguimos volverla poner en su sitio y continuar nuestra ruta. Aunque la alegría no duraría mucho.

Un par de kilómetros después, tras cruzar el arroyo de la Tejada, volví a perder la cadena, y esta vez sin posibilidad de arreglo. Todavía quedaban más de dos kilómetros cuesta arriba, para llegar a Tres Cantos.

Por suerte, un ciclista de Colmenar que bajaba paró a ayudarnos con la suerte de que él si llevaba un tonchacadenas, una sencilla herramienta que todos hemos prometido comprar antes de volver a salir de ruta. En unos pocos minutos quitó el eslabón dañado, volvió a empalmar la cadena, y problema solucionado por fin.

Aunque no nos quedamos con su nombre, por si nos está leyendo, ¡muchas gracias!

Con tanta parada eran ya casi las dos de la tarde, y decidimos parar a comer en Tres Cantos cerca de la Estación. Aunque no lo conocíamos, encontramos un sitio muy interesante para comer, la terracita de la "pulpería La Abadía" en la calle El Rocío, esquina a la avenida de los Labradores. Comimos bastante bien: pulpo, pimientos del padrón, cecina, y una buena bandeja de carne para que nadie se quedara con hambre. Todo ello bien regado, por supuesto , y para acabar, de postre, algo de chocolate y una bandeja de nicanores que por cierto acabé tomándome yo casi entera.

Una vez acabada la comida se nos planteó la duda de coger el Cercanías o bajar en bici a Madrid, pero Martingala lo solucionó pronto: "hasta Madrid, por el carril bici, sólo es dejarse caer..." y siguiendo su consejo, y para bajar lo que habíamos comido, nos dejamos caer hasta Madrid.

Al llegar a casa, mi cuentakilómetros marcaba 60 km, el de MiguelS y Martingala alguno más, pero no estábamos muy cansados (bueno, quizás yo sí que lo estaba). Habíamos pasado el día en contacto con la Naturaleza haciendo algo de deporte, y lo que es más importante, a pesar de la aventura de la cadena, habíamos pasado un divertido día con unos buenos amigos.

Habrá que repetir aventuras en breve.

domingo, 12 de abril de 2009

El carril bici de Colmenar Viejo

Hace unas semanas escribíamos sobre cómo ir de Madrid a Colmenar Viejo en bici, y una de las opciones que os comentábamos era la del carril bici de Colmenar, que discurre paralelo a la M-607. Hoy vamos a detallar un poco más esa ruta.


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Esta vía ciclista, con una longitud de 32 kilómetros, nos permite llegar por una vía segregada del tráfico rodado, desde el Anillo Verde Ciclista de Madrid hasta Soto del Real, pasando por Tres Cantos y Colmenar Viejo.

El que ahora vemos como uno de los mejores carriles bici de la Comunidad, hace años era uno de los más peligrosos, tan solo un arcén de autopista pintado de rojo, que como puede verse en las fotos todavía mantiene el color en alguna zona.


En el 2002 se creó un carril independiente, y separado de la carretera, en el tramo de Madrid a Tres Cantos, y en el que va de Colmenar Viejo a Soto del Real. En el 2005 se completaría el tramo intermedio, de Tres Cantos a Colmenar Viejo.


La manera más sencilla de llegar a la Vía Ciclista de Colmenar, es desde el Anillo Verde Ciclista, en la zona norte de Motecarmelo.


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En realidad hay dos opciones, la primera, marcada en azul en el plano, nos lleva con varios túneles bajo las vías y la M-40, por caminos de arena, hasta la vía ciclista de Colmenar, a la altura de la Academia de Policía Local de la Comunidad de Madrid.


La segunda opción, marcada en morado en el plano, mucho más recomendable, nos lleva por el caril bici a un puente elevado sobre la M-607, y al inicio de la vía ciclista.


En el primer tramo parece que no circulásemos por un carril bici, será porque ni siquiera está pitado en rojo ni tiene marcas indicativas en el suelo. Con una anchura variable, que en algún punto llega a poco más de un metro, discurre entre las vías de tren a la derecha y la carretera a la izquierda, separado de ellas por muros de hormigón o vallas.


En esta zona tan estrecha, y con puntos de poca visibilidad, hay que llevar cuidado con los ciclistas que nos vienen de frente, y también con los peatones que deciden utilizar la vía ciclista para sus paseos.


Cuando llevamos algo menos de dos kilómetros recorridos, al llegar a la altura de la Academia de Policía Local de la Comunidad de Madrid, se incorpora a nuestra izquierda, por un puente sobre la carretera, la opción que habíamos marcado en azul en el plano (al volver a Madrid, debemos llevar cuidado para no equivocarnos en este punto: debemos elegir la vía de la izquierda)


A partir de aquí, el carril bici aumenta su anchura, superando los cuatro metros, se encuentra perfectamente señalizado, pintado en rojo, y con una línea central separando los dos sentidos de circulación.



La vía ciclista salva los desvíos de la carretera mediante túneles y pasos elevados, lo que hace que se sucedan las subidas y bajadas, y permiten que no sea tan plano y aburrido el recorrido.


En el km 4 de nuestra ruta nos encontraremos con la Universidad Autónoma de Cantoblanco. Un camino de adoquines rojos nos marca la vía a seguir si queremos entrar en la Universidad o en la estación de Cercanías. Alguna señalización no estaría de más.


Un kilómetro más al norte se encuentran los carriles bici que conectan con Alcobendas, unas vías ciclistas que discurren a ambos lados de la M-616, segregadas de la circulación por un muro de hormigón.


En el km 6 de nuestra ruta, a la altura de las instalaciones militares de El Goloso, el carril bici pasa por un puente al lado contrario de la M-609, para discurrir el resto del camino por el lado izquierdo (dirección salida de Madrid).


La vía ciclista, con continuas subidas y bajadas debidas a los cruces, discurre en este tramo entre la carretera y el Monte de El Pardo, con unas excepcionales vistas de la Sierra de Madrid al fondo.


Por esta vía ciclista podemos encontrar muchas bicis de montaña, pero también muchos ciclistas de carretera que la utilizan para sus entrenamientos. Los hay que van "de paseo", mientras otros van a batir récord. Es importante tener cuidado y no despistarse para evitar algún alcance no deseado.


En el km 11 de nuestra ruta llegamos al desvío de Tres Cantos, que nos permitirá, si cruzamos la carretera por el puente, entrar en este municipio hacia la estación de Cercanías (en rosa en el plano).


Si queremos hacer alguna ruta por el campo, este es un buen punto de inicio, bajando por el camino que nos lleva al Arroyo de la Tejada. Como ya os hemos contado en artículos anteriores, una vez abajo podremos elegir el camino de la derecha para subir a Colmenar Viejo por el GR-124, o el camino de la izquierda, que nos lleva hacia el Puente de la Marmota.


Si seguimos por el carril bici hacia Colmenar Viejo, la ruta es algo monótona aunque las vistas de la Sierra son estupendas.


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Al llegar a Colmenar Viejo encontraremos cuatro posibles maneras de entrar en el casco urbano, lo que hemos llamado salidas 1, 2, 3, y 4.

  • Salida 1 (km 19) es la manera más rápida de llegar a la estación de Cercanías. En un primer tramo se circula por un camino de tierra, por delante del Centro Comercial, pero a partir de la primera glorieta hay que circular por la calzada, algo bastante peligroso porque en esta zona los coches van a bastante velocidad y el arcén es pequeño. Quizás sea más seguro entrar a callejear por Colmenar.
  • Salida 2 (km 20) es una manera de entrar al centro de Colmenar, aunque poco recomendable porque hay que hacerlo por la calzada y con mucho tráfico.
  • Salida 3 (km 22) es la mejor manera de llegar al Centro urbano, en una primera parte por caminos y después por carriles ciclistas.
  • Salida 4 (km 24) nos permite por caminos de arena y por la cañada de Guadalix, bordear el casco urbano por el Oeste, y conectar con las trialeras que nos llevan por el Camino bajo de Cerceda al puente del Batán o por el Camino de la Retuerta, siguiendo el GR-124 hacia el río Manzanares. También podemos conectar desde aquí con la carretera de Hoyo de Manzanares hacia el Puente del Grajal, o regresar hacia la estación de Cercanías por la nueva zona urbanizada de Colmenar.


    Si optamos por seguir nuestro camino hacia Soto del Real, un kilómetro más al norte encontraremos un desvío que nos lleva por amplios caminos hacia el puente del Batán.


    El carril bici discurre en estos cinco últimos kilómetros hacia Soto del Real en un trazado bastante plano quee discurre junto a la M-609. Esta carretera va a ser reformada para duplicar su capacidad, y es de esperar que ello no afecte al carrril bici en esta zona.

    La Comunidad tiene en estudio, a través del Plan CIMA, la realización de carriles bici desde Soto del Real para conectar con otros municipios de la sierra madrileña.


    En definitiva, el carril bici de Colmenar es una vía ciclista bien señalizada (salvo el tramo inicial), de escasa dificultad, agradable para pedalear, y que nos permite salir de Madrid para dirigirnos a los pueblos de la Sierra sin el peligro del tráfico rodado. Si prefieres los caminos de tierra, también es una buena manera de llegar a ellos, sin olvidar la ventaja de poder volver en el tren de Cercanías desde la estación de Colmenar Viejo o Tres Cantos.


    Hemos escrito anteriormente:
    Ruta de Madrid a Colmenar Viejo en bici, Ruta en bici de Tres Cantos a Colmenar Viejo por el Puente de la Marmota (I), Ruta en bici de Tres Cantos a Colmenar Viejo por el Puente de la Marmota (II), Vuelta en bici al embalse de Santillana (I), Vuelta en bici al embalse de Santillana (II)