Si
me hubieran preguntado hace un tiempo, me hubiese negado a ir a una
ruta viendo caer agua antes de salir por la puerta. Pero ahora, después
de unas cuantas rutas en las que el pronóstico, en absoluto acompañaba,
diría que al menos hay que intentarlo. Lo más probable es que lo
vaya a disfrutar tanto o más. Las risas van a estar aseguradas. Así
que al final van a tener razón los que dicen que no hay mejor
ocasión de salir, que la que se nos presenta cada sábado, porque la
bici no encoge.
Ahora
que vamos camino del frío y las inclemencias, aunque aún nos queden
lejos, es buen momento para empezar a pensar cómo equiparnos. Para
que tampoco se nos encoja el ánimo.