Hace unos días, al convocar esta pequeña aventura, escribía: "Es una ruta dura, tanto por la subida al puerto de la Morcuera, como por la distancia a recorrer, pero haciéndola a un ritmo tranquilo está al alcance de cualquier ciclista de nivel medio". No me equivocaba mucho, 130 kilómetros son muchos kilómetros, y la subida al puerto de la Morcuera es bastante dura... pero los 10 ciclistas que emprendimos la subida, que no pasamos de ser unos ciclistas de nivel medio, logramos coronar los dos puertos. Seguimos planteándonos nuevos retos, cada vez más difíciles, y conseguimos superarlos una y otra vez. Enhorabuena a todos mis compañeros de ruta.

- Datos de la ruta -
Fecha: Sábado 22 de septiembre de 2012
Origen: Madrid (en mi caso, Bernabéu) Destino: Madrid (pasando por los puertos de Morcuera y Canencia)
Distancia: En mi caso, 126.30 km
Hora de inicio: 7:06 - Hora finalización: 20:46
Duración: 13 horas y 40 minutos
Velocidad media: 8.61 km/h
Desnivel subida acumulado: 2.411 m
Dificultad: alta (por la distancia y la subida)
Otros datos: Fuentes en Soto del Real, pasado Morcuera, llegando a Canencia y en Miraflores - Ver ruta en RunKeeper - Descargar ruta en formato .GPX y .KML
Después de nuestra ruta nocturna de Segovia a Madrid bajo la luz de la luna en la que realizamos unos 110 km, proponer una ruta más larga todavía y subiendo el puerto de la Morcuera, era poner el listón mucho más alto. Si en la anterior ruta nos juntábamos 28 ciclistas, en este caso solo 11 valientes quisieron acompañarme en la aventura.
Un buen madrugón, y poco antes de las 7:00 de la mañana llegaba al Bernabéu, con las calles vacías salvo por los que se resistían a volver a casa después de una noche de juerga. A los pocos minutos aparecían por allí Javier, MiguelS, Shinyeva, Wheels, Álvaro, Jose Luís y Olivares. Alguno ya llevaba unos cuentos kilómetros porque había salido de Legazpi, Conde de Casal o Embajadores. Unos minutos de espera por si aparece alguien más, encendemos las luces, y ocho ciclistas emprendemos nuestra ruta por el paseo de la Castellana. ¡Menuda paliza nos esperaba por delante!
En la plaza de Castilla de suma a nosotros Gotha, en Fuencarral Navalex, en el inicio del carril bici Ángel, y ya solo nos faltaba Naxetem que nos esperaba en Tres Cantos, para completar la docena de valientes.
Tras cruzar la pasarela blanca, al entrar al carril, enciendo el GPS del teléfono para grabar la ruta, porque se me había olvidado hacerlo en Bernabéu. ¡Qué cabeza!
Hasta Soto del Real teníamos por delante 31 km de carril bici. Después de la bronca que me echaron en la última ruta por salir de Segovia dándole mucha caña al personal, me había propuesto rodar despacio por el carril bici en estos kilómetros iniciales, para no llegar muy cansados al inicio del puerto, pero con las piernas frescas y con algo de viento trasero, la bici rodaba sola y bastante rápido. Lo siento, no pude evitarlo.
En Tres Cantos hacemos la primera parada. Recogemos a Naxetem, que venía desde Alcalá de Henares en el Cercanías, y despedimos a Javier, que se vuelve rodando a Madrid. Unos kilómetros más allá, en Colmenar Viejo, MiguelS haría lo mismo. Los compromisos familiares les impedían acompañarnos toda la ruta. Gracias a los dos por acompañarnos en estos primeros kilómetros.
Más kilómetros de carril bici, meto plato grande, y a correr ¡cómo se nota la diferencia de llevar un 44!. Shinyeva mantiene mi ritmo, pero vamos dejando atrás a nuestros compañeros de ruta, alguno muy rezagado, por lo que aflojamos un poco la marcha hasta llegar a Soto del Real.

Al llegar a la plaza de Soto del Real llevábamos 41 kilómetros de ruta. Primera parada para descansar, beber y comer algo. Algunos aprovechan para comprar comida, pan, refrescos, llenar botellas de dos litros de agua... mal asunto eso de cargar tanto peso antes de empezar la subida.
Salimos en dirección norte, buscando el camino de Miraflores de la Sierra. Desde Soto del Real al Puerto de la Morcuera tenemos unos 17 kilómetros de subida. Aunque los primeros tramos son suaves, la pendiente va aumentando, y todos vamos poco a poco metiendo plato pequeño. Wheels, que es un peso pluma van tirando delante del grupo, seguido de cerca por Shinyeva. El resto vamos subiendo cada uno a nuestro ritmo.
Aprovechamos una parada en el mirador de la ermita de San Blas para reponer fuerzas, descansar, comer algo, y contemplar el paisaje. Al Sur el embalse de Santillana con poca agua y más al fondo el perfil de Madrid con las Cuatro Torres. Al Norte, viendo la silueta de la montaña, podemos intuir dónde están los puertos de la Morcuera y Canencia. Nuestros dos destinos de hoy.

El siguiente tramo, antes de empezar la subida al puerto de la Morcuera es el que tiene las rampas más duras de toda la ruta. Una nueva parada en un mirador, antes de dejar el camino a Miraflores para desviarnos hacia el puerto de la Morcuera. Desde aquí podemos ver toda la zona que queda al Este, presidida por el Cerro de San Pedro.
La subida al puerto de la Morcuera empieza muy suave, y a la sombra de los pinos se rueda muy bien. La temperatura es muy agradable, incluso con un poco de viento para refrescarnos.
Según vamos subiendo, algunos empiezan a quedarse muy rezagados, Olivares incluso pone pie a tierra. Se les está atragantando el puerto, y no ha hecho más que empezar. Paro a esperarles, pero los de delante se me escapan. Por suerte Navalex me echa una mano y se queda con los más rezagados para animarles ¡Gracias!
Pasadas las primeras "zetas", una gran recta, que para algunos parecería interminable, aunque subiendo a un ritmo tranquilo no hay nada que se te pueda resistir. Si lo haces a pie, ya ni te cuento.

Al menos el ir despacio te permite disfrutar del paisaje y de las espectaculares vistas del valle. A nuestra derecha, podemos contemplar el embalse que abastece a Manzanares el Real.
Una parada a mitad de la subida para descansar y agruparnos, y seguimos subiendo hacia el puerto. Por suerte las rampas se hacen más suaves, incluso podemos disfrutar en alguna pequeña bajada.

Ha desaparecido la vegetación, y el sol pega fuerte, pero ya queda poco para la carretera. Cruzo al otro lado del valle, miro hacia atrás, pero no veo a los últimos. El puerto les debe estar costando mucho más de lo que esperaban.
Llegamos a la carretera, y después de esperar un buen rato, logramos reagruparnos. De charla con otros ciclistas, alucinaban cuando les dijimos que veníamos pedaleando desde Madrid, porque ellos habían aparcado en Soto y ya les parecía muy duro.
Solo nos quedan un par de kilómetros hasta el puerto, y la pendiente no es muy fuerte, pero los kilómetros que llevamos encima empiezan a hacer mella. Olivares sigue subiendo a pie ¡Qué paliza!
La carretera está muy transitada por ciclistas, subiendo a un ritmo cansino, y bajando lanzados como balas, también nos encontramos algunas motos y coches, pero todos muy prudentes con los ciclistas.

Por fin llegamos todos al puerto de la Morcuera, a 1.796 metros de altura ¡Prueba superada!. Contemplamos el paisaje, descansamos un poco, nos hacemos las fotos de rigor y nos dirigimos ya sin una gota de agua en los bidones hacia la Fuente de Cossio, bajando un par de kilómetros hacia Rascafría.
Esta fuente está dedicada a Manuel Bartolomé Cossio, fundador, junto a Giner de los Ríos y otros, de la Institución Libre de Enseñanza. La ILE, símbolo de una corriente de pensamiento, cambió a finales del siglo XIX la forma de acercarse a la Sierra, impulsando el descubrimiento de la naturaleza como una forma de enseñanza y fomentando el excursionismo desde el punto de vista científico y deportista. Por desgracia, estamos a finales del verano y la fuente está seca, tendremos que seguir hasta las cercanías del puerto de Canencia para beber algo.
Bajamos un par de kilómetros por la carretera, y nos desviamos por un camino a la derecha que nos llevará hacia el puerto de Canencia. Como todos los caminos del día, es una pista forestal cerrada al tráfico de coches, y que se encuentra en muy buen estado.
El puerto de la Morcuera está a 1.796 metros de altura, mientras que el de Canencia solo llega a los 1.524 metros. Tenemos 11 kilómetros por delante, pero solo dos de ellos son cuesta arriba, y el resto es en bajada. ¡A disfrutar!

Pero estos dos kilómetros de subida acaban de darle la puntilla a Olivares, que ya no puede seguir ni a pie, por lo que para y decide ponerse a comer algo para ver si así repone fuerzas. José Luis y Navalex se quedan a hacerle compañía y no dejarle solo con las vacas, que alguna tenía muy mala leche. Mientras el resto del grupo esperábamos un poco más arriba. Bueno, menos Ángel, que tenía prisa para volver a Madrid, por lo que se adelantó y siguió por el camino ya sin descanso hacia su casa.

Una vez recuperado Olivares, y acabada toda la subida, nos quedaban 7 km hasta el puerto de Canencia, pero eso sí, todos de bajada. Las vistas del valle de Rascafría son espectaculares, por lo que no nos resistimos a parar y hacer alguna foto.



La bajada, a pesar de las piedras, la hacemos muy rápido, tenemos ganas de llegar a la fuente para refrescarnos.

Por fin llegamos al puerto de Canencia, tomamos sitio en una de las mesas y nos disponemos a comer. Empiezan a abrirse las mochilas con grandes bocadillos de tortilla de patatas, filetes, embutidos, y hasta una tartera ¡con macarrones!
¡Chicos, hemos venido a hacer una ruta en bici, no una ruta gastronómica!
Creo que lo he puesto en las "recomendaciones" más de una vez, es mejor ir comiendo y bebiendo todo el camino, que pegarse un atracón una sola vez. Como anécdota, yo llevaba en la mochila 3 plátanos, 3 sándwiches de jamón, chocolate, un paquete de galletas de chocolate, y un tubo de leche condensada ¡qué invento, por cierto!, y lo fui espaciando para ir comiendo en todas las paradas. En esta ocasión se me olvidó llevar unos frutos secos, que también dan mucha energía, ahí estaban los orejones de Navalex para ayudarme.

Tras el descanso, y con el estómago lleno, nos acercamos a hacernos una foto junto al cartel del Puerto de Canencia, y empezamos la vertiginosa bajada por carretera hacia Miraflores de la Sierra ¡Qué velocidad!. Curva tras curva, inclinando la bici, y viendo el cuentakilómetros acercarse a los 60 km/h, vamos bajando todos en fila de a uno. Ni los coches pueden adelantarnos en la bajada.
En Miraflores salimos hacia el área recreativa de Fuente del Cura, y de allí a Soto del Real bajando por los mismos caminos que habíamos subido por la mañana. Bueno, y con algún senderillo añadido.
En Soto del Real, unas cervezas y un rato de charla en una terracita como recompensa a nuestro esfuerzo. Nos lo hemos ganado. Aunque todavía nos quedasen 40 kilómetros a Madrid.
La vuelta por el carril bici y con el viento de frente se hizo dura en algún momento, pero por suerte yo iba bien de fuerzas, y hasta podía permitirme meter plato grande y rodar a 40-50 km/h en mucho tramos. Había que bajar la velocidad media, que era bastante mala.
En Tres Cantos se retiraron para volver en el Cercanías Naxetem, Álvaro, y José Luis.
Shinyeva, Gotha, Wheels, Olivares, Navalex y Aalto preferimos seguir nuestra ruta hacia Madrid por el carril bici para llegar a casa pedaleando, ya con las luces de la bici encendidas.