martes, 15 de octubre de 2013

Los resultados del casco ciclista por ley en carretera, a examen

Señor diputado: Si de su decisión depende que se apruebe la obligación del casco en ciudad, antes debería de leer esto

La semana pasada el Consejo de Ministros envió el texto al Congreso que prohibe a menores usar la bici sin casco. Esto no significa que la ley esté aprobada, ya que en estos momentos una Comisión de Seguridad Vial está discutiendo la ley por si necesita cambios antes de aprobarse.

Una de las cuestiones más llamativas es que llevamos 6 meses discutiendo sobre las consecuencias de la ley fijándonos en los ejemplos de los pocos países que la han implantado: que si en Australia funcionó mal, que si en Canadá dependió del estado… ¿y España? Aquí hay una ley desde 2004 en carretera que nadie se ha preocupado de evaluar.

Que una ley polémica se quiera extender a todo el territorio nacional sin siquiera haber mostrado al público los resultados donde ya está en vigor demuestra una falta de rigor y profesionalidad inauditas. Es el momento de que la DGT presente resultados ante la Comisión de Seguridad Vial tras 9 años, para evaluar qué ha funcionado bien y qué no. Qué menos que disponer de mecanismos de medición para poder hacer lo propio con una ley en la que hay tantas dudas sobre sus resultados.

  bergamont.files.wordpress.com



Para quien no quiera leer el tocho, le desevelo el final: Aunque ahora se usa más el casco, no está claro que sea por la ley. No se sabe por qué hay más ciclistas heridos. No hay pruebas de que un mayor uso del casco esté reduciendo la gravedad de los accidentes. El efecto del casco obligatorio en ciudad no es medible. La obligación en ciudad podría aumentar la siniestralidad. Qué bien ¿no?

Si la DGT no quiere hablar del tema, no se preocupen los lectores. Les presentamos todos los datos disponibles para que juzguen ellos mismos. Si en algún caso detectan rastros de parcialidad en el siguiente texto, rogamos nos dejen un comentario para poder corregirlo en cuanto sea posible.

Avisamos, los datos son escasos. Quien debería de proporcionar el resto de la información, no lo está haciendo. Reclamaciones a ellos.


1. ¿Cómo funciona la ley vigente desde 2004?

Desde ese año se obliga a llevar el casco a ciclistas en cualquier vía pública fuera de poblado: carreteras, caminos, vías verdes, etc.
La ley no obliga en los siguientes casos:
  • Ciclistas profesionales
  • Cuestas pronunciadas 
  • Situaciones de mucho calor
  • Prescripción médica 
Es decir, que hay bastantes excepciones para que la ley no fuerce sistemáticamente a llevar casco, y en cambio se obliga en vías sin riesgo.

2. ¿Sirvió la ley para que más gente llevara casco? No se sabe

Jamás se han hecho aforos de cuánta gente lleva casco en vías interurbanas, pero sí sabemos cuántos accidentados llevaban casco tras un accidente, y podemos tomar ese dato como referencia*. Se puede ver en el gráfico:

(datos de DGT recopilados aquí)



¿Ha tenido efecto la ley en el uso del casco? Juzguen ustedes en función de este calendario:
-En 1999 se propone en el congreso el casco obligatorio en carretera sin excepciones.
-En 2004 se aprueba la obligación, pero con las excepciones citadas
-En 2005 se empieza a aplicar el reglamento.

En 6 años antes de discutirse la le ley, el uso del casco pasó del 10 al 40%. En los 6 años posteriores a su aprobación, pasó del 50 al 70%. Se puede ver que la ley no resulta demasiado efectiva, ni es la única manera de que aumente el uso del casco.


 *Como medición, el % de usuarios de casco tras un accidente puede ser distinto al uso real:
  • Llevar casco puede aumentar las posibilidades de tener un accidente, debido a una menor distancia de seguridad de los coches que adelantan y un mayor riesgo cometido por el ciclista al sentirse más protegido (ver).
  • Un ciclista con casco puede no tener consecuencias tras un accidente leve, y por lo tanto, no aparecer en la estadística. Es un factor relevante en el 17% de accidentes. En el resto, no hubo golpes en cabeza (ver). 
Ambos factores se corrigen parcialmente entre sí, aunque no sabemos cuánto.

3. ¿La obligación desincentiva el ciclismo? No se sabe

En otros países se midieron caídas bruscas entre un 10-50% al implantarse la ley por el efecto disuasor que supuso a ciertos grupos, especialmente a los usuarios de la bici como medio de transporte y a adolescentes, influyendo bastante menos en ciclistas deportivos (ver).

En España no sabemos nada fiable. No hay datos.

Sabemos que a los ciclistas deportivos la obligación no les afecta demasiado, ya que el casco es habitual en su práctica. De hecho el número de federados va subiendo gradualmente aunque con altibajos, que no podemos saber a qué se deben. 

(datos del Consejo Superior de Deportes)


Pero esto deja fuera al 95% de ciclistas no adscritos a organización alguna (ver pag 34 del Bicibarómetro), y a los que la obligación puede haber supuesto un factor disuasorio para usar la bici, (por ejemplo, agricultores que se desplazaban en bici hasta que fueron multados). Pero no hay datos.

También es cierto que desde 2005 el fenómeno del ciclismo se está extendiendo en varias partes del mundo. España no es una excepción, lo podemos ver en cualquier ciudad, y esto puede tener su reflejo en carretera. ¿en qué grado? No lo sabemos.
 
Aunque esto parezca anecdótico a algún lector, la falta de este dato lastra enormemente la información en los siguientes puntos.


4.¿Han disminuido las víctimas gracias a la obligación del casco? No, pero no sabemos por qué

Las víctimas ciclistas en carretera se han disparado a partir de 2005, como se puede ver en este gráfico

(gráfico a partir de datos DGT




¿Por qué ahora que el casco se usa un 75% en carretera hay más heridos como cuando sólo se usaba por un 10%? Parece obvio que se deba a que cada vez hay más ciclistas, tal como muestran los datos de ciclistas federados. Aunque es la explicación más sencilla, como no tenemos datos, no sabemos si realmente hay aumento de ciclistas, ni si eso justifica todo el aumento en heridos o no.

La manera de comprobarlo sería ver si en caso de accidente, el % con víctimas es cada vez menor. Pero la DGT sólo publica números de accidentes con víctimas. Así que no hay datos.

5. ¿Hay diferencia de lesiones en la cabeza entre los que llevan casco y los que no? Indudablemente sí, la mitad

Esto parece obvio, el casco está ofreciendo una reducción algo superior al 50% de lesiones en la cabeza en caso de accidente en carretera.

(gráfico a partir de datos DGT recopilados aquí)  

A partir de aquí podemos saber cuál debería de ser el efecto de un mayor uso del casco:
  • Un 14% de accidentes tienen lesión en la cabeza a día de hoy (2012). El casco evita poco más de la mitad.
  • Tras la ley, el uso del casco pasó del 50% al 70%
Es decir, que de ser la ley la única responsable de que los ciclistas se protejan más (que está por demostrar) hemos evitado un 8% de lesiones a ese 20% que se puso casco.
20% x 8% = 1.6% de reducción en lesiones graves.
En víctimas, esto supone 4 heridos al año menos. Difícilmente se salvaría alguna vida.


6. ¿Ha bajado la gravedad de accidentes gracias a un mayor uso del casco? No se sabe


Aunque no podamos saber por qué se producen más accidentes, sí tenemos mediciones sobre las consecuencias de esos accidentes, que afortunadamente son cada vez menos graves.


Se puede ver claramente un paralelismo entre un mayor uso del casco y un descenso en muertes y gravedad de accidentes. Si se ha logrado que la gente que acababa mal tras un accidente se reduzca a la mitad, igual tiene que ver con que el gran aumento del uso del casco ¿no?

Pues no. El mayor uso del casco no explica esta reducción. Las carreteras son cada vez más seguras y los accidentes menos mortales para todos los usuarios de la vía. Esto también está sucediendo para los ciclistas de carretera, y es el factor principal que ha hecho caer los heridos graves a la mitad, y no un mayor uso del casco. Lo pueden ver más claramente así:
  • Las lesiones de cabeza caen a la mitad incluso sin casco: Desde 1993 hasta 2012 los accidentes de bici en carretera que acaban con una lesión en la cabeza se han reducido a la mitad. Lo curioso es que eso también ha pasado en los ciclistas que no llevaban casco (ver gráfico punto 5).
  • El casco sólo explica un 1,6% de la reducción de accidentes graves. Falta por explicar el 48% restante.
 

7. Con estos datos ¿se puede saber qué pasaría si el casco fuera obligatorio en ciudad? Desde luego, no tendría consecuencias positivas

Aunque tenemos pocos datos, sí se pueden sacar algunas conclusiones de cara al próximo Reglamento de Circulación si finalmente el casco se hiciera obligatorio:
  • Se puede lograr que más gente use el casco sin necesidad de obligación. El uso del casco aumenta también en ciudad de modo natural. Unas campañas incidiendo en las situaciones de riesgo concretas en las que el casco es efectivo como las que proponemos aquí puede hacer mucho más por la protección del ciclista que una obligación genérica que muchos ayuntamientos no están dispuestos a cumplir (ver).
  • La gravedad de los accidentes está bajando sin que intervenga el casco. Cada vez es más seguro ir en bici, por lo que cada vez el casco es menos relevante para la seguridad del ciclista.
(gráfico a partir de datos DGT recopilados aquí)

  • Las lesiones de cabeza graves decrecen a pesar del crecimiento en el uso de la bici.  El número de lesiones graves craneoencefálicos se ha dividido por 5 en los últimos 15 años. No tiene ningún fundamento afirmar que el aumento en el uso de la bicicleta esté ocasionando un problema de salud pública, más que en los heridos leves.  
(gráfico a partir de datos DGT recopilados aquí

    • En ciudad ya no es posible medir el efecto del casco. El número de heridos graves y fallecidos por golpe en la cabeza es ya tan bajo que las estadísticas empiezan a no ser significativas. Estamos ya en un punto en el que la única manera poder constatar fehacientemente una mejora de la seguridad es reducir las causas de los accidentes, no sus efectos.  
    • No hay que descartar el efecto negativo de una obligación. Aunque al ciclista de carretera le influye poco que le prohiban circular sin casco, el ciclista urbano sí podría verse retraído de usar la bici, sobre todo si dependen de un sistema de bicicletas de alquiler. El número de ciclistas circulando puede afectar positivamente a su seguridad, como ya se ha visto en Barcelona (gráfico de Esther Anaya) El efecto contrario no es descartable y ha de ser controlado, ya que puede comerse con creces la escasa protección que ofrezca el casco por ley.
    •   texto alternativo
    • En definitiva, sin mecanismos fiables de medición no será posible determinar si la ley que se está debatiendo logrará lo que se pretende, será irrelevante o causará perjuicio

     

    Sin control sobre los resultados, legislar es jugar al aprendiz de brujo


    Para poder tomar esta decisión con rigor, hacen falta que se midan sistemáticamente los siguientes datos:
    • Control anual de cuántos ciclistas llevan casco para ciclistas no accidentados, separando carretera y ciudad
    • Control anual del número de ciclistas, tanto en carretera como en ciudad, ponderando km recorridos y/o horas de actividad, tal como se mide en el resto de Europa.
    • Accidentes ciclistas sin heridos 
    • Lesiones craneales en función de si llevaban casco o no (sólo están hasta 2010)
    • Separación de los datos para menores, si se quiere legislar específicamente para ellos

    Señores promotores de esta ley, confiar en que una medida pueda funcionar sin tener manera de comprobarlo es pura superstición. Y no tener manera de saber si la medida tendrá consecuencias negativas es temerario. Nos estamos jugando vidas. ¿no merecería la pena estudiar el caso (y el casco) con un poquito más de rigor?