lunes, 18 de agosto de 2014

En verano, las bicis son para el verano

En otoño, las bicis son para el otoño... y así sucesivamente 


Pues eso, que siempre es buen sitio y momento para sacar a pasear a una bici. O para que nos saque ella.
Y este verano no iba a ser menos.



Me gustaría aprovechar este tiempo y sitio que tenemos para dar a conocer un poco esas monturas que nos están provocando placeres y sudores, ahora que ya hemos pasado el ecuador del verano.
Aquí os dejo unas fotos de las bicis que estoy usando en estos días. La idea es, sobre todo, dar pie a ver las vuestras. Propias, de préstamo o de multipropiedad. Que seáis vosotros los que pongáis fotos, mejores y con alguna anécdota o historieta de vuestras bicis. Cotilleo puro, lo que viene siendo que te la enseño y me la enseñas.

Esta es mi trek. Un pedazo de máquina. Mucho más valiente que yo (a esta si la dejan...), que pierde algo de aire del amortiguador trasero, con su asiento de cuero y juguetes varios en el manillar.
La foto está hecha sobre una valla antigua de piedra. Es un tipo de valla que me encanta y del que aún quedan muestras interesantes por zonas de rocas de granito. Me da la impresión de que, muchas veces, ni los propietarios de las fincas, ni los ayuntamientos ni los paseantes aprecian estos muros en todo lo que valen.



Esta otra, la morada, la uso para trayectos muy cortos y casi siempre con compañía de una personita y a veces dos. Es estupenda para ir a la piscina o a comprar el pan, pipas y esas cosas tan importantes para la vida diaria. Mis bicis no tienen nombre, salvo el color o la marca, pero esta pobre casi merecería tener uno. La encontré hace unos años en Madrid, cerca de mi casa, apoyada en un árbol, sin cadena ni nada parecido y junto a un montón de trastos y unos cubos de basura. Tenía un futuro bastante negro, como todo el polvillo que la cubría. Las ruedas no giraban, no frenaba, no cambiaba, aparentemente un pequeño desastre.
Si tuviese consciencia, supongo que estaría bastante contenta. Yo lo estoy.




Esta otra, de préstamo, usada en los secarrales toledanos. Aquí bajo mi árbol preferido, una encina. Una buena pausa, un buen sitio, una bici corriente y una foto... mejorable



Este verano ha habido alguna más, que en esto de las bicis, la promiscuidad es una virtud. Una de ellas la que ya os enseñé en Benidorm y alguna otra se queda sin foto por ahora.

Pero lo que quiero es pediros que aprovechéis la ocasión para enseñarnos esas máquinas o maquinillas ciclables que estáis usando estos días y si eso da pié a contarnos alguna historia o dar un poquito de envidia pues mejor que mejor.

A pasarlo bien. Y que se vea.