domingo, 21 de septiembre de 2014

En Bici de Madrid a Santiago (3/8)

Etapa 3 Ciguñuela- Sahagún (León).

Cuando las aguas vuelven a su cauce.


Día:01/09/2014
Track: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7770722
Kilómetros: 107,3
Desnivel positivo: 401 metros
Tiempo total: 10 horas 45 minutos

Como el día anterior, nos levantamos temprano con la idea de evitar los calores, pero, nos espera una sorpresa inesperada cuando bajamos a ver las bicis: Casi todas tienen alguna rueda vacía (en algún caso, con varios pinchazos). Así, que nuestro gozo en un pozo. Nos empleamos a fondo en cambiar cámaras y parchear, pero prácticamente no salimos hasta las 9 de la mañana.

Aún sin desayunar, emprendemos la marcha. Nos espera, en principio, Santervás de Campos, pero como en los días anteriores hemos ganado algo de tiempo, damos por hecho que quizá sigamos un poco más.

Salimos de Ciguñuela y de nuevo, se suceden las estampas del día anterior. Pistas de tierra frente a campos de cultivo y cielos infinitos. Enseguida vemos unas curiosas esculturas que hasn colocado junto al camino, representando diferentes sombras de peregrinos. Otra muestra más de que el Camino va calando entre estos pueblos de Castilla, que ven en él una oportunidad de darse a conocer y de mejorar con el turismo. Tras las dos jornadas maratonianas de los días anteriores, las piernas parecen de madera, y cuesta entrar en faena, pero aún así nos ponemos y rodamos con ánimo.



Curiosas las "sombras" del Camino. Nos animan a la vez que acompañan
 Nuestra idea es desayunar en el primer pueblo, Wamba, pero es aún demasiado temprano, y el único bar no esta abierto. Así que tenemos que seguir al siguiente, no sin antes hacer una pequeña parada en su iglesia visigoda.

Iglesia visigoda en Wamba
No podemos entrar, porque está cerrada, así que seguimos ruta por un paisaje en el que se suceden rectas kilométricas entre campos de cereal. Una fuerte bajada y un cuestarrón de los de quitar el hipo dan paso a Peñaflor de Hornija. Aquí sí, por fin, encontramos un bar abierto, así que nos disponemos a la primera colación. Es curioso porque en el bar, pedimos tostadas y...no saben hacerlas! Cosas que pasan por estos pueblecitos. Tenemos que conformarnos con magdalenas.

A la salida del bar, y tras comprar algo de fruta en la tienda de al lado, nuestra encargada de intendencia Laura, se encuentra con dos sorpresas.

La primera, que acaba de pinchar.

Primer pinchazo del día
La segunda, que... SÍ!! Nos hemos acordado de que es su cumpleaños.  Y no solo eso, sino que tenemos un regalo para ella que transportamos en las alforjas.

Con esta chaqueta, no más frío en la estepa castellana!
Fernando a por los Gigantes,... ¿o eran molinos?
Dejamos atrás Peñaflor, y tras la pertinente subida (y otro par de pinchazos) atravesamos una zona de dehesas con encinas, para volver poco después a nuestro paisaje habitual de campos de cultivo.Pronto llegamos a Castromonte.


Las cuestas son continuas. Al fondo, Peñaflor de Hornija

La fauna de las dehesas. Alguno sugirió que lo echáramos a las alforjas para la cena
Desde ahí, el Camino pasa a circualr por carretera, en la que nos toca luchar contra un fuerte viento en contra. Pronto montamos pequeños grupos de relevos que junto con la ligera pendiente hacia abajo,  nos permiten rodar a buen ritmo.Al fin llegamos a Valverde de Campos, y poco después, por la misma carretera, hasta Medina de Rioseco.
Medina es una localidad de tradición ganadera, rodeada de campos de regadío, con una calle principal porticada y llena de vida en la que se acumulan pequeños comercios. En ella nos aprovisionaremos de pan, queso y chorizo de la tierra, para montarnos luego unos bocadillos. Como de costumbre, nos acercamos a la preciosa iglesia dedicada a  Santa María de Mediavilla, para verla e intentar sellar nuestra credencial. 
La Iglesia de Santa María.
Iglesia de Santiago Apóstol, en Medina de Rioseco
 
Desgraciadamente,se está oficiando un funeral, y el sacerdote que es quien debería sellarnos nos dice que no puede hacerlo. Seguimos recorriendo el pueblo, y nos dirigimos al Ayuntamiento, donde sí sellamos. Aprovechamos para comprar otras cosas, porque por fin es lunes y las tiendas están abiertas. Pero no podemos enrrollarnos demasiado.
El calor empieza a apretar y aún nos queda mucha ruta. Así que, tras pasar por la igualmente bonita iglesia de Santiago, tomamos la salida. Pronto nos encontraremos con una agradable sorpresa. Nuestras queridas flechas amarillas encaminan nuestros pasos a un parque en el que aparece, como si del lago del Retiro se tratara, el Canal de Castilla.
Empieza el Canal de Castilla

Esta gran obra de ingeniería, la mayor seguramente de la España ilustrada, se conserva particularmente bien en Medina.  Casi sin darnos cuenta, nuestro ritmo se tranquiliza mientras entramos en el tunel arbolado que rodea el canal. Rodamos por una pista plana, pasando junto a puentes y exclusas.
Nos reimos, y disfrutamos de un momento de paz entre la frescura.


Así, relajados recorremos  los 7 kilómetros del canal en un paisaje que, no por ser artificial es menos hermoso. Es un paseo que,sin duda, me encantaría repetir.

La iglesia en Tamariz de Campos tiene un aspecto tétrico. Triste y romántico a la vez
Apenas salimos, empieza el calor. Sofocante, rozamos los 40º, llegando a Tamariz de Campos, con su iglesia fantasma.  
Solo una breve parada a rellenar el bidón en una fuente, y seguimos camino, en busca de algún lugar sombreado en el que poder refugiarnos a comer. No paramos de sudar y echamos de menos el Canal.


Seguimos hasta Moral de la Reina, y allí, en el centro social, nos dejan comernos nuestro bocadillo acompañado con cervezas bien frías. 


Avituallamiento. Otros buenos bocadillos.
Repuestas las energías,y con hielo renovado en el bidón,seguimos ruta. El camino empieza por carretera, pero pronto vuelve a anchas pistas de tierra, con un continuo sube y baja bajo un sol agotador. En Cuenca de Campos, a apenas 9 km encontramos una fuente junto a la Iglesia, en cuyo portal,se cobija del sol una peregrina a pie.

 Rellenamos el bidón, y nos remojamos porque el agua está bien fresca. Pero poco después empiezo a sentirme mal. El "baño" me ha cortado la digestión. Se lo aviso a mis compañeros. Tenemos que seguir,pero lo haré a un ritmo un poco más lento. Consigo arrastrarme hasta Villalón de Campos. Otro bonito pueblo con una hermosa iglesia y un admirable rollo gótico. Unos refrescos y el descanso ayudan a aliviar un poco mi malestar. 
La Iglesia de Villalón de Campos se vislumbra al fondo.

 Y seguimos rodando (algo más lento por mi culpa) hasta llegar a Santervás por las mismas pistas polvorientas y bajo el mismo sol hiriente.
 
Las pistas y el calor parecen no acabarse nunca
Santervás. Estamos cansados pero... queremos más!
Aún así, nos llena la pequeña euforia que da el saber que ya hemos cumplido con el plan de ruta.
 Mis compañeros me miran. Lo cierto es que los últimos kilómetros antes de llegar he empezado a sentirme mejor, y aunque con precaución, me siento capaz de seguir. Así que decidimos tirar para adelante. Antes, en Santervás, cuna del conquistador Ponce de León, sellamos en el Albergue, y nos refrescamos en el bar.
 Unos kilómetros más, atravesando la comarca de Campos, con sus pueblos de casas de barro y llegamos a Arenillas. Allí, el Camino da un pequeño giro, y pasa a circular junto a la vega de un río, el Valderaduey, lo que por fin nos permite rodar un rato a la sombra de los árboles que crecen al lado. Es un alivio que nos ayuda a seguir con ánimos. Solo un par de pinchazos nos retrasan, antes de llegar a Grajal de Campos. El Camino no entra en el pueblo, sino que lo bordea,  a pesar de lo cual, alguien ha pintado flechas amarillas orientando hacia él, seguramente con el fin de atraer a algún despistado a consumir. Lo cierto es que aunque solo sea por ver su imponente castillo y el palacio renacentista, bien merecería una visita.
Grajal, con su grandioso castillo. 
Pero tendrá que ser en otra ocasión. Vamos con ganas de acabar la jornada, y por fin, llegar al Albergue a una hora razonable. Nos espera Sahagún, y con él, la "autopista" jacobea: El Camino Fancés. Solo nos falta una suave subida, y allí, a los pies de la iglesia de la peregrina, aparece por fin. hemos llegado! La felicidad es mayor de lo que seguramene se justifique, pero es que creo que todos empezábamos a temer que nuestro Camino pasara por terminar todas las etapas de noche, mendigando una cena en el bar del lugar.

Desde el Santuario de la peregrina, hoy transformado en sala de exposiciones, solo una bajada nos separa del pueblo. Nos encaminamos al Albergue municipal.


Las magnificas vistas de Sahagún desde el Santuario de la Peregrina
El de Sahagún es otro de esos albergues "clásicos" del Camino. La antigua iglesia de la Santísima Trinidad, ha sido reconvertida, en su cabecera, en un auditorio para conciertos, mientras el albergue con capacidad para nada menos que 300 plazas, se encuentra en la parte trasera. En la segunda planta, se alinean hileras de camas (que alguno de mis compañeros compara con un gallinero) mientras los peregrinos comparten experiencias, se dan masajes unos a otros.

El "gallinero" de Sahagún

 En la puerta conocemos a otro peregrino ciclista de nacionalidad bulgara, con unas enormes alforjas. Viene desde Roma, pero no va a quedarse a dormir, solo saludar y asearse en el Albergue. Dice que ronca mucho y que no quiere molestar a la gente. Otro ejemplo de la gente especial que circula por el Camino.

No ha habido tiempo (tampoco ganas) de hacer compra, así que tan solo cruzamos la calle para cenar en uno de los mesones, para disfrutar de un menú del peregrino que empieza para casi todos con una sopa castellana de esas capaces de resucitar a un muerto.


Lo cierto es que nos sentimos muy bien, porque pese a las dificultades, el calor y los infinitos pinchazos, hemos superado nuestro ambicioso plan de ruta. Empezamos a idear las mejores opciones para el día siguiente en el que el destino original, León, se nos queda un poco corto. Astorga? Hospital de Órbigo? Es mejor no hacer muchos planes. Tenemos la mala costumbre de superarlos.

Escrito por Agustín Felipe Farelo

 Quieres seguir la historia? Sigue las flechas amarillas aquí:
Etapa 1, Etapa 2, Etapa 3, Etapa 4, Etapa 5, Etapa 6, Etapa 7, Etapa 8, Epílogo Finisterre. 

23 comentarios :

  1. En nuestras rutas de los sábados hay días que pasamos la barrera de los 100 km, pero en este caso llevábamos tres días seguidos haciéndolo y estábamos tan frescos. Puede que sea cosa del entrenamiento que traíamos en nuestras piernas, pero mucho más de la ilusión y de ver las caras de alegría de nuestros compañeros.

    ResponderEliminar
  2. Que bueno!.
    Y el detalle del cumple! jeje, que tíos más majos XD
    Por cierto, que lo de los pinchazos, va a haber que hacer algo...

    ResponderEliminar
  3. David 6D2 (Caballo de acero)21 de septiembre de 2014, 21:13

    Como le comente ayer a Agus, no me plantearia realizar el camino si no es a vuestro lado. Cuantos retos he conseguido sobre la bici (que no me hubiera planteado yo solo ni loco) gracias a pedalear con vosotros...

    ResponderEliminar
  4. Jesús Joaquín Rabadán Zaldívar22 de septiembre de 2014, 9:59

    Qué recuerdos me vienen cuando hice el camino en la ultima semana de invierno de 2012!!ojo con la bajada a PORTOMARIN.Y subid a O Cebreiro por la carreterilla, que por el camino de los peregrinos es imposible ir montado. Desde Astorga id por la carreterilla hacia la cruz de Ferro. Nunca olvidaréis esta experiencia!! ANIMO!! Estirad bien!

    ResponderEliminar
  5. Enhorabuena por la crónica. Soy de esos que llevan años planificando hacer el Camino desde Madrid en bici y algún día se hará. Mientras tanto, tomo nota. Eso sí, será a un ritmo más suave que el vuestro. Más de 100 kilómetros al día, y con calor, tiene muchísimo mérito. Estoy impaciente por leer el resto de etapas. Gracias por contar vuestra experiencia. Por cierto, ¿es normal tantos pinchazos?

    ResponderEliminar
  6. Gracias por mostrarnos vuestro viaje !! y menudo ritmo 100 km diarios !!
    Por cierto que a la vista de tanto pinchazo, os llevasteis por delante toda la cosecha de abreojos castellanos. Alguno uso algún sistema antipinchazos?

    ResponderEliminar
  7. No éramos los únicos en pinchar, esa zona en verano se pone imposible. En Ciguñuela coincidimos en el Albergue con un grupo de ciclistas madrileños que desistió de seguir rodando por los caminos y pasó a hacerlo por carretera para evitar los pinchazos.

    ResponderEliminar
  8. Creo que ninguno llevábamos líquido antipinchazos ni bandas de protección. Habrá que tenerlo en cuenta para próximas aventuras ;-)

    ResponderEliminar
  9. Es bueno saberlo. A lo mejor sería buena idea poner cubiertas antipinchazo para una ruta como esta.

    ResponderEliminar
  10. Vaya cuestarrón!!! Recuerdo que al empezar a subirla nos dijo un paisano "ni lo intentéis, porque vais a tener que bajaros a la mitad"... pero como somos muy cabezotas, lo intentamos :P

    ResponderEliminar
  11. Yo iba a preguntar lo mismo, me parece increíble pinchar tanto, claro que yo hago en un mes lo que vosotros hacéis en un día, y por carretera :P

    ResponderEliminar
  12. Perdón "abrojo" no abreojo como he comentado :-)

    ResponderEliminar
  13. Bueno, será cuestión de suerte, pero si no recuerdo mal yo sólo pinché una vez (dos pinchazos en la misma rueda). También influye la presión que lleves en las ruedas, a mayor presión, más difícil es pinchar... pero en los arenales tienes mucho menos agarre que si las llevas más bajas.

    ResponderEliminar
  14. ¿Cómo era aquella frase? "Como no sabían que era imposible, lo hicieron"

    ResponderEliminar
  15. Agustín Felipe Farelo22 de septiembre de 2014, 13:34

    Gracias Jesus por los consejos. Este Camino lo hicimos hace casi tres semanas. Lo de O Cebreiro, ya verás que... bueno, somos un poco brutos

    ResponderEliminar
  16. Agustín Felipe Farelo22 de septiembre de 2014, 13:38

    Laura llevaba bandas de Kevlar, pero es, creo, la que mas pinchazos disfrutó. Yo suelo llevar cámaras antipinchazo (con muy buen resultado) pero la quité después del pinchazo en Fuenfría (llevaba ya casi dos años con la misma, y supongo que el líquido se había agotado) así que no sé decirte.

    Creo que ayuda también como de nueva lleves la cubierta, y, sospecho, tu estilo de conducción.

    ResponderEliminar
  17. Vaya, pues acabo de poner unas bandas.... :-(

    ResponderEliminar
  18. Yo estrene en el camino unas cubiertas Schwable Maraton Plus, que han dado muy buen resultado, cero pinchazos. Lo malo que son cubiertas para ir por carretera. Les había puesto 4 bares de presión, sumado a la anchura de la cubierta, de 1,5, me resultaba más dificil circular por caminos. Pero gracias a las alforjas, la rueda trasera de la hibrida traccionaba sin problemas!

    ResponderEliminar
  19. Muy buen reportaje, nos vais a poner los dientes largos y nos queda muchoooo invierno para pensarlo ;)

    ResponderEliminar
  20. leo por aqui que haciendo 100km con el calor que hacia ... estabais tan frescos! jeje eso es imposible a no ser que el sudor lo asociéis a frescura y protección que así es ! saludos

    ResponderEliminar
  21. lo suscribo Agus... yo llevaba la cubierta trasera nueva y sólo pinché una vez... saliendo de Ciguñuela....

    ResponderEliminar
  22. y nos bajamos en los últimos 10 mts... porque aumentaba la pendiente (más todavía) y literalmente nos caíamos hacia atrás... se levantaba la bici de delante...era físicamente imposible... salvo casos como el de Fernando, que también llevaba bastante peso delante y se "desayunó" la subida ENTERITA...

    ResponderEliminar
  23. Este video (abajo) sobre como evitar pinchazos (y otros preparativos para preparar la bici para el invierno) de una televisión pública regional de Alemania puede demostrar que eliigiste bien. Muestra como se pasa por una docena de chinchetas y cristales sin perder presión en los neumáticos.
    Llevo estos neumáticos Schwalbe desde hace mucho tiempo (en rueda de 28 con un ancho de 37), pero con equpaje con 6 de presión, siguiendo el consejo de unos alemanes que hicieron el camino desde el norte Alemania - aconsejan llevar neumáticos que soportan 6 de presión.
    Con tanta presión hay que controlar todos los tornillos de la bici permanentemente si se va por caminos pedregosos, pero no hay pinchazos.
    Única desventaja de estos neumáticos: Si los tienes que desmontar por haberlos llevado bajos de presión - me pasó varias veces a causa de una bomba que desregulaba la válvula de la cámara hasta que me diera cuenta del origen del problema - necesitas herramientas, (mejor las de plástico de la marca que los habtuales de metal). ya que son los únicos neumaticos de bici que casi nunca logro montar o desmontar sin herramientas. Ahora la marca ofrece además un gel para facilitar el montaje...

    Video: http://www.swrmediathek.de/player.htm?show=21893140-44eb-11e4-8ce5-0026b975f2e6

    ResponderEliminar