Cuidao!, Aparta!, Mig-mig!. Para ser honesto esto es lo que esperaba escuchar en más de una ocasión al paso por el centro de la ciudad montado en bicicleta. Y poco, muy poco, es lo que al final encontré una vez terminado el recorrido y a salvo en casa –más que nada por ser un ciclista de pega que por otra cosa–.
Sobre las 11 de la mañana empieza a rodar la bici por la avenida Prat de la Riba y primera sorpresa. No cruzo con un vehículo sino con una ciclista con la que comparto unos metros, ya que ella gira a la izquierda dirección al Mercat Central. A lo largo de esta calle pocos coches y a cierta distancia. El semáforo del final detiene el recorrido.
La posibilidad de hacer de otra forma el conocido Tomb de Ravals es una novedad desde hace un mes. Para ello se han pintado unos carriles con franjas rojas con el objetivo de equiparar bicis y coches y hacer más segura su convivencia. ¿Pero realmente es seguro? Hasta la fecha no se tiene constancia de ningún accidente. Continuamos.
Las primeras impresiones son buenas. Ahora bien, en el tramo del Passeig Sunyer la mejor opción es pasar por el medio del paseo, ya que las calles no cuentan con carril bici. Una desconexión que parece haber intención de subsanar. Sin demasiados inconvenientes se retoman los carriles en la calle Sant Joan. La circulación a esa hora, extrañamente, no es demasiado densa. Tras mis pasos, una furgoneta de reparto.
A pesar de que la velocidad no llega a los 30 Km/h –según el conmutador de la bici– el conductor no hace la intención de querer adelantar ni toca el ‘pito’ por querer rebasarme. Y es que una de las finalidades de esta medida era que los ciclistas tuvieran el mismo trato que los vehículos.
El viaje por el centro continúa discurriendo, ahora sí, por un arrabal Martí Folguera con gran tráfico. Los vehículos de detrás mantienen una correcta distancia y, por tanto, no existe peligro. La complicación empieza en los arrabales Robuster y Sant Pere. Allí otra furgoneta circula tras la bici sin dejar demasiada distancia. Además, por poca que parezca, la ínfima subida de estas vías hace que el pedaleo deba ser más repetitivo para avanzar.
El recorrido que se puede llevar a cabo por el centro de la ciudad permite hacer una vuelta completa por el Tomb de Ravals accediendo por la calle Sant Joan o por la calle del Roser. Las calles Salvador Espriu, Amargura y Recs también entran dentro de este circuito. En total, Reus dispone en la actualidad de 30 kilómetros de carril bici.
Precisamente en la calle dels Recs es donde sucede el único incidente remarcable, ya que el paso acelerado de un vehículo –unido al único pitido de la mañana– hacen apartarme a un lado. Cabe decir que esta pequeña calle peatonal es la única del ‘circuito’ que no está señalizada y que está limitada a los 10 Km/h.
Anécdotas a parte, la ciudad parece haber encajado la implantación del nuevo medio de transporte. Parece que el civismo y la cordura de la persona al volante es muy mayoritario en la ciudad. Eso sí, todo cambia cuando abandonamos los carriles porque la actitud varia y las miradas también.
Relacionado: Los ciclistas circularán por el centro de la calzada en el Tomb de Ravals de Reus
Fuente: diaridetarragona.com
<span>"Eso sí, todo cambia cuando abandonamos los carriles porque la actitud varia y las miradas también."</span>
ResponderEliminarEl riesgo de señalar oficialmente algunas calles ciclables, es que automáticamente el resto de calles deja de serlo para los conductores.
Me parece una medida fabulosa la de pintar un carril bici en medio de la calzada, pues aquí en Madrid y a pesar de estar permitido circular por el centro del carril derecho, yo no he sido capaz de hacerlo salvo en vías cuesta abajo en las que podía ir a gran velocidad.
ResponderEliminarAquí, si haces eso, los coches te meriendan, cuando no sus dueños.
¡QUE PINTEN CARRILES-BICI EN MEDIO DE LA CALZADA!
"<span>Aquí, si haces eso, los coches te meriendan, cuando no sus dueños. "</span>
ResponderEliminarOidos sordos, paciencia y un aguante a prueba de bombas. :)
De todas maneras, si vas en bici por la calzada y no te metes en vías rápidas—me río de la limitación a 50 Kmts/h en la ciudad de Madrid—, es raro que te salga el típico carcamal aunque a todos nos ha pasado alguna vez y con una tienes ración de estrés para una buena temporada. *DONT_KNOW*
Ese es el temor al que me refería hace un par de semanas cuando se dió aquí por primera vez la noticia del sistema de Reus: que fuera de las calles con esas marcas rojas, aparentemente (para parte de los conductores) el derecho de las bicis a circular desaparece .
ResponderEliminar<span>Creo que la única solución, si queremos que la bicicleta se vea en ciudad como lo que es (medio de transporte), es conseguir que más gente la utilice por voluntad propia. Y en esta linea, los biciviernes son la mejor arma, habría que ver la forma de potenciarlos para que más gente se apunte.
ResponderEliminarY por lo que veo, las instituciones y los medios solo promoveran el uso de la bicicelta 'segregado', nada de integrarla en el tráfico.</span>
Sí, pone muy nervioso que te estén echando la bronca cuando en realidad tú estás respetando las normas. Hace un tiempo bajaba por Santa María de la Cabeza (Madrid) con EL COCHE a 50 km/h, respetando la velocidad y uno se cabreó conmigo muchísimo y cuando se puso a mi lado me gritó QUE YO NO ESTABA SOLO EN LA CARRETERA.
ResponderEliminarSomos poco realistas...
A mí me puede estorbar una persona que va a 50 km/h, pero no puedo decirle nada porque él va acorde a lo que marca la señal.
Yo suelo ser de los que reclaman lo que creo justo, así que poco a poco iré haciendo uso de ese derecho, cuando vea que la situación resulta medianamente favorable.