
Cada día lo tengo más claro, hay dos tipos de ciclistas, los leones y los huevones.
Los leones no temen al peligro, cuando llega el fin de semana saben que saldrán con su bici a recorrer los caminos sin importarles si la ruta es dura, si hay que madrugar mucho, si la distancia es larga, si hace frío o llueve, si hay barro o nieve en el camino… no les importa porque saben que todas esas dificultades harán todavía más divertida la aventura.
Claro que también hay ciclistas huevones, comodones, que antes de salir de ruta miran que no sea muy larga, que el perfil sea suave, que la meteorología no sea adversa. Siempre están pensándose hasta el último minuto si saldrán, y casi siempre optan por quedarse en casa. Siempre encuentran alguna excusa para evitar el barro y que se pueda ensuciar su preciada bicicleta.

Había estado lloviendo toda la semana, y a pesar de ello, y de las predicciones que anunciaban un 95% de probabilidad de agua para el sábado, nosotros decidimos sacar nuestras bicis para probar el nuevo track que habían preparado los “dragones” de Leganés para la ruta que seguirá la Red MTB el domingo 24 de marzo.
A las 7:30 salí de mi casa hacia la Puerta del Sol, y no llovía, caía un verdadero diluvio. A mí no me importaba mucho, ya sé que el agua no va a hacer que encoja mi bici, eso sí, tuve que ir un poco más despacio que de costumbre porque las calles de Madrid parecían ríos. Lo que no tenía tan claro era si el agua iba a hacer a más de uno de mis compañeros de ruta pensárselo dos veces y quedarse en casa para evitar mojarse. Al llegar Sol el teléfono empezó a sonar con WhatsApps y correos excusándose. Está claro, hay ciclistas leones y huevones.
Por suerte, más de uno pensaba como yo, y a pesar de la lluvia, Juan Carlos, Daniel, Amador, Alex y Antonio salimos de la Puerta del Sol a ritmo tranquilo hacia la Casa de Campo para emprender nuestra ruta hacia San Lorenzo de El Escorial. Belén y Herman se unieron a nosotros a mitad de camino. Por suerte a los pocos minutos de empezar nuestra ruta paró la lluvia y se empezaron a abrir grandes claros. El tiempo mejoró bastante, y el sol nos acompañó durante todo el camino, incluso haciéndonos pasar calor.
Es cierto que encontramos barro, mucho barro en algunas zonas, pero eso hizo todavía más divertido el camino. Si los primeros charcos los sorteábamos, a mitad de camino ya no nos importaba pasarlos por el centro, hasta era más divertido.
El nuevo track es mucho más suave que el anterior, es cierto que hay una subida larga pasado Villafranca, y otra al llegar a San Lorenzo de El Escorial, pero yo diría que es una ruta asequible para cualquier ciclista con un nivel medio. La zona de senderos que rodea al embalse de Valmayor es muy, pero que muy divertida, y con un grupo grande en fila india debe ser más divertida todavía.
Solo éramos siete, siete valientes leones a los que no les había importado madrugar, enfrentarse a la lluvia, al barro y a la dureza de la ruta. Todo el esfuerzo tiene su recompensa, y en este caso (además de las cervecitas) era poder hacerse la foto frente al Monasterio de El Escorial.
Si estáis dudando, no lo dudéis más, dejad de mirar al cielo para ver si llueve, no seáis huevones y apuntaos a la Red MTB del domingo 24 de marzo.
Cuando le pregunto a mis compañeros de ruta si somos leones o huevones... siempre me responden lo mismo: leones, leones, leones