Comunicado consensuado por unanimidad en la Junta Directiva de la Red de Ciudades por la Bicicleta, celebrada de forma virtual a través de videoconferencia el 21 de abril a las 10h, con la participación de 32 representantes de ciudades y territorios asociados, y presidida por Antoni Poveda.
La crisis sanitaria del coronavirus obliga a realizar cambios drásticos en la movilidad urbana y metropolitana, con reducciones en el número de desplazamientos que superan el 90%, y con nuevos criterios de distanciamiento social para garantizar la salud, que implican un nuevo paradigma a considerar en la gestión de la movilidad de los próximos meses y años.
Ante esta situación, hay que trabajar desde ya para garantizar la movilidad de la ciudadanía de forma segura, tanto en el transporte público como en el transporte individual, impulsando sobre todo la movilidad segura y activa para transformar el sedentarismo del confinamiento en nuevos hábitos más saludables.
La recuperación de la crisis sanitaria estará acompañada durante muchos años por una importante crisis económica y social, por tanto nuevamente el transporte público y, muy especialmente, la movilidad activa tendrán un papel indispensable, ya que se trata de los modos de transporte más económicos y accesibles para todas las personas.
A día de hoy desconocemos cuánto tiempo va a durar la pandemia ya que probablemente, hasta que se disponga de una vacuna, habrá que mantener cierto grado de distanciamiento físico. Ante este escenario, favorecer la movilidad en medios individuales, como la bicicleta, permitirá un retorno a la actividad de la forma más ordenada y aislada posible.
No olvidemos tampoco que la COVID-19, pandemia que afecta especialmente al sistema respiratorio, está incidiendo con una mayor gravedad en los territorios con un aire más contaminado, hecho que corroboran ya diversos estudios científicos y universidades de todo el mundo. Por tanto, habrá que evitar a toda costa recuperar el uso previo del vehículo privado motorizado que teníamos en nuestras ciudades.
Las ciudades y territorios hemos estado trabajando activamente durante las últimas semanas para garantizar las necesidades sanitarias, sociales y de abastecimiento básico de nuestra ciudadanía. Pero ahora que algunos sectores se están reactivando, toca facilitar también la movilidad de la ciudadanía y a la vez conseguir que ésta sea lo más segura posible.
Según los datos del último Barómetro de la Bicicleta de 2019, el 72% de los hogares españoles dispone de por lo menos una bicicleta, y el 51% de la población española entre 12 y 79 años utiliza la bici con alguna frecuencia. Por tanto, el uso de la bicicleta tiene un gran potencial de partida.
El período de confinamiento y de disminución del tráfico han permitido una mejora ambiental significativa en nuestras ciudades (respirar un aire limpio, escuchar el canto de los pájaros o percibir el sonido del viento son ejemplos de ello), como nunca antes se había vivido desde la proliferación del coche en nuestras ciudades a partir de los años 60.
Por todo lo expuesto, y siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, desde la Red de Ciudades por la Bicicleta promovemos facilitar el uso de la bicicleta en las ciudades y territorios mediante diferentes actuaciones.
Desde la Red de Ciudades por la Bicicleta hemos seguido durante estas últimas semanas con mucha atención las iniciativas llevadas a cabo por diferentes ciudades y territorios del mundo. En base a las experiencias analizadas y a nuestra situación en particular, a continuación detallamos medidas para facilitar el uso de la bicicleta:
Durante la crisis del coronavirus muchos territorios están impulsando el uso de la bici porque:
Contexto
La crisis sanitaria del coronavirus obliga a realizar cambios drásticos en la movilidad urbana y metropolitana, con reducciones en el número de desplazamientos que superan el 90%, y con nuevos criterios de distanciamiento social para garantizar la salud, que implican un nuevo paradigma a considerar en la gestión de la movilidad de los próximos meses y años.
Ante esta situación, hay que trabajar desde ya para garantizar la movilidad de la ciudadanía de forma segura, tanto en el transporte público como en el transporte individual, impulsando sobre todo la movilidad segura y activa para transformar el sedentarismo del confinamiento en nuevos hábitos más saludables.
La recuperación de la crisis sanitaria estará acompañada durante muchos años por una importante crisis económica y social, por tanto nuevamente el transporte público y, muy especialmente, la movilidad activa tendrán un papel indispensable, ya que se trata de los modos de transporte más económicos y accesibles para todas las personas.
A día de hoy desconocemos cuánto tiempo va a durar la pandemia ya que probablemente, hasta que se disponga de una vacuna, habrá que mantener cierto grado de distanciamiento físico. Ante este escenario, favorecer la movilidad en medios individuales, como la bicicleta, permitirá un retorno a la actividad de la forma más ordenada y aislada posible.
No olvidemos tampoco que la COVID-19, pandemia que afecta especialmente al sistema respiratorio, está incidiendo con una mayor gravedad en los territorios con un aire más contaminado, hecho que corroboran ya diversos estudios científicos y universidades de todo el mundo. Por tanto, habrá que evitar a toda costa recuperar el uso previo del vehículo privado motorizado que teníamos en nuestras ciudades.
Las ciudades y territorios hemos estado trabajando activamente durante las últimas semanas para garantizar las necesidades sanitarias, sociales y de abastecimiento básico de nuestra ciudadanía. Pero ahora que algunos sectores se están reactivando, toca facilitar también la movilidad de la ciudadanía y a la vez conseguir que ésta sea lo más segura posible.
Según los datos del último Barómetro de la Bicicleta de 2019, el 72% de los hogares españoles dispone de por lo menos una bicicleta, y el 51% de la población española entre 12 y 79 años utiliza la bici con alguna frecuencia. Por tanto, el uso de la bicicleta tiene un gran potencial de partida.
El período de confinamiento y de disminución del tráfico han permitido una mejora ambiental significativa en nuestras ciudades (respirar un aire limpio, escuchar el canto de los pájaros o percibir el sonido del viento son ejemplos de ello), como nunca antes se había vivido desde la proliferación del coche en nuestras ciudades a partir de los años 60.
Por todo lo expuesto, y siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, desde la Red de Ciudades por la Bicicleta promovemos facilitar el uso de la bicicleta en las ciudades y territorios mediante diferentes actuaciones.
Plan de choque para impulsar el uso de la bicicleta
Desde la Red de Ciudades por la Bicicleta hemos seguido durante estas últimas semanas con mucha atención las iniciativas llevadas a cabo por diferentes ciudades y territorios del mundo. En base a las experiencias analizadas y a nuestra situación en particular, a continuación detallamos medidas para facilitar el uso de la bicicleta:
- Impulsar la ampliación táctica de forma urgente y de bajo coste de las redes ciclistas urbanas y de conexión con los municipios vecinos, con el objetivo de crear espacios seguros de circulación y facilitar el distanciamiento físico, sin afectar al espacio peatonal, con ayudas específicas por parte de las administraciones supramunicipales.
- Reabrir los servicios de bicicleta pública, ajustando la oferta a la demanda prevista, reforzando las medidas de limpieza y desinfección de las bicicletas e instalaciones y promoviendo el uso obligatorio de guantes y una adecuada higiene de manos entre las personas usuarias.
- Establecer medidas de coordinación semafórica para evitar la acumulación de bicicletas y peatones esperando en los cruces.
- Conseguir ciudades 30 y reducir los límites de velocidad de circulación de la red interurbana para evitar las conductas temerarias del tráfico motorizado y favorecer la movilidad activa.
- Facilitar espacios de aparcamiento seguro para bicicletas en locales municipales y otros espacios de fácil acceso (aparcamientos municipales, equipamientos…), así como generar aparcamientos de bicicleta con estructuras de fácil instalación en los centros sanitarios, estaciones de ferrocarril y otros espacios de concentración de movilidad, sin afectar al espacio peatonal.
- Impulsar los servicios de ciclologística para los pedidos a domicilio, la compra de proximidad y los servicios municipales.
- Solicitamos al gobierno estatal y a las comunidades autónomas la puesta en marcha de un plan urgente de ayuda para la compra de bicicletas eléctricas y mecánicas (por ejemplo, 100 € de ayuda para adquirir una bici mecánica, 250 € para una bici eléctrica o electrificar una bici mecánica y 500 € para una bicicleta de carga).
- Instamos a la Dirección General de Tráfico a que agilice la actualización de la normativa referente a la bicicleta y se adapte con rapidez a los nuevos tiempos y cambios sociales previstos, para facilitar una movilidad en bicicleta segura y poder impulsar el uso de la bicicleta como medio prioritario, tal y como está proponiendo el Gobierno.
- Solicitamos que en los proyectos de impulso de la economía que se promuevan en los próximos meses se contemplen específicamente los proyectos que favorezcan a la industria, a la comercialización y al uso de la bicicleta.
- Solicitamos que las comunidades autónomas y demás entes supramunicipales elaboren planes de forma urgente para el impulso del uso de la bicicleta y contemplen medidas específicas de promoción y financiación.
- Teniendo en cuenta que se prevé un mayor uso de la bicicleta en un futuro inmediato, instamos a los gobiernos autonómicos y locales a que impulsen de una forma decidida la educación y formación vial en el uso de la bicicleta en escuelas, institutos y para la población en general.
- Para llevar a cabo todas estas acciones solicitamos al Gobierno estatal el nombramiento de una figura responsable de coordinar a nivel interadministrativo todas las políticas que hay que llevar a cabo de forma activa durante los próximos meses, y a todos los agentes implicados.
¿Por qué impulsar el uso de la bicicleta durante y después de la pandemia?
Durante la crisis del coronavirus muchos territorios están impulsando el uso de la bici porque:
- Es un modo de transporte individual que facilita el distanciamiento físico
- Es un modo que no contamina, por tanto no contribuye a agravar el estado de las personas enfermas de coronavirus
- Es un modo que no hace ruido, por tanto facilita apreciar la mejora en la contaminación acústica en los días de confinamiento sin tráfico, lo que provoca un mayor bienestar emocional
- Es un modo que no genera gases de efecto invernadero, por tanto no contribuye a agraviar la situación de emergencia climática
- Es un modo que no provoca accidentes graves de tráfico, por tanto evita el uso de los servicios sanitarios durante estos días
- Es un modo flexible y que no ocupa espacio, y que se puede desplazar por la mayoría de calzadas y espacios peatonales de las ciudades
- Es un modo de movilidad activa que genera salud física y emocional a la persona que lo utiliza, muy importante en estos tiempos de confinamiento y sedentarismo
- Es el modo de transporte más rápido para las distancias de hasta 8 km, las más habituales en los entornos metropolitanos
- Es un modo de transporte muy económico tanto por parte de la persona usuaria como por parte de la administración pública
- Si las personas que lo pueden usar lo hacen posibilitan una menor ocupación en el transporte público
- Para el transporte de mercancías y e-commerce, la ciclologística se está demostrando estos días como la más eficiente y eficaz, en especial para el comercio de proximidad
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