Nuestro primer BiciFinde

El miércoles pasado lanzábamos la iniciativa de los BiciFindes, buscando ayudar a los que todavía no se deciden a utilizar la bicicleta como medio de transporte en su ruta al trabajo.

Desde entonces han sido muchos los madrileños que han escrito a nuestro correo biciviernes@espormadrid.es interesándose por el funcionamiento de los BiciFindes, y tres de ellos han decidido apuntarse para probarlo en este fin de semana.

Vamos a contaros como fueron estas tres primeras rutas de los BiciFindes.

Mi primer BiciFinde, by Aalto

Javier es un ciclista deportivo de fin de semana. Su bicicleta es de montaña, de gama media, y solo la ha utilizado por tramos del Anillo Verde Ciclista y la Casa de Campo. Nunca había circulado por la calzada.

Había quedado el sábado a las 10 de la mañana con él para realizar la ruta desde su casa en el barrio de Tetuán, a su trabajo en la zona de Arturo Soria.

Su trayecto al trabajo lo realiza por las calles de Marqués de Viana, Sor Ángela de la Cruz, Alberto Alcocer, Costa Rica y Arturo Soria, un recorrido con mucho tráfico y con coches circulando a gran velocidad. Desde luego, no es el trayecto ideal para empezar a circular en bici Madrid. Ese trayecto suele hacerlo a diario en coche, tardando unos 20 minutos si hay poco tráfico, que se convierten en cerca de una hora los viernes por la tarde.

Ayudándonos del “plano de calles tranquilas” de Villarramblas, habíamos diseñado una ruta alternativa que evitase en lo posible las fuertes pendientes y el tráfico agobiante. Como prefería comprobarlo yo mismo antes de llevar a Javier por esa ruta, a las 8:00 de la mañana salí de mi casa hacia Tetuán para realizar previamente esa ruta en solitario.

La verdad es que es una ruta sencilla, de unos 7 km, sin muchas pendientes y bastante tranquila, que puede realizarse en menos de media hora si circulamos sin muchas prisas.


A las 10:00 de la mañana, tras dar un paseo para comprobar el estado de las obras del Paseo de la Dirección y su nuevo carril bici, llegaba al punto en el que había quedado con Javier.

Tras presentarnos y charlar un rato sobre el respeto a las Normas de tráfico, nos ponemos en marcha sobre la bici. Me sorprendió que a pesar de no haber circulado nunca por la calzada, Javier señalaba perfectamente sus giros, y circulaba por el centro del carril. Se nota que lee nuestros consejos desde hace tiempo.

En lugar del eje de Alberto Alcocer optamos por seguir el de Alfonso XIII mucho más tranquilo, y por calles transversales de un solo carril como Puerto Rico, para cruzar finalmente la M-30 por la pasarela de Rafael Bergamín.

Tuvimos que poner pie a tierra para cruzar el Paseo de la Castellana por un semáforo cerca de la Plaza de Castilla, pero el resto del trayecto lo realizamos por la calzada, circulando tranquilamente y con poco tráfico. Solo encontramos algún punto un poco más complicado al atravesar alguna glorieta de tres carriles, pero entrando por el central para evitar que nos cerrasen el paso, y señalando nuestra maniobra, no tuvimos ningún problema.

Una vez llegados a nuestro destino, el camino de vuelta lo realizamos por el paseo de los Cerezos, un recorrido más directo que nos permitiría ahorrar alrededor de un kilómetro.

Tras tomar un chocolate con churros cerca de la Plaza de Castilla, acabábamos nuestro recorrido y nos despedíamos hasta la próxima vez que nos veamos circulando en bici por la calzada.

Según me comentó Javier, el domingo por la mañana pensaba volver a realizar la ruta para ver qué tal se desenvolvía él solo, y así poder coger ya la bici para ir al trabajo esta misma semana. Finalmente no pudo esperar al domingo, le picaba el gusanillo, y el mismo sábado por la tarde volvió a realizar la ruta en solitario. Según me comentó, el balance fue muy bueno, aunque prefirió utilizar nuestra ruta de vuelta, más directa, para realizar también el camino de ida.

A partir de esta semana Madrid tendrá un ciclista más en la calle.

Han empezado bien los BiciFindes, y aunque para algunos esto sea muy poco, por mi parte el esfuerzo ha merecido la pena..

Mi primer BiciFinde, by Villarramblas

En mi caso, llevaba las rutas estudiadas de casa (para algo me dedico a hacer el plano de calles tranquilas), y tenía dos rutas distintas. El resultado podréis verlo en un reportaje de Antena 3, que nos ha seguido en el recorrido.

Ruta 1. Tirso de Molina - Colón:

Jose Enrique usa la bici por el centro para ir a trabajar, pero sólo los días que hace bueno y sin atreverse a ir por la calzada. En su ruta utiliza las calles principales (Alcalá, Paseo de Recoletos), que son las que mentalmente ve como más directas, pero no le parecen aptas para la bici.

A las 11:00 hemos quedado y ¡sorpresa! Jose Enrique ha traído un amigo engañado, y yo me he llevado a otro, así que se ha formado un grupo majo. He diseñado una ruta que no sólo evitase las calles gordas, sino también algunas cuestas innecesarias, yendo por Huertas y Chueca. Gracias a esas calles hemos podido ir probando a circular con el tráfico gradualmente, primero por calles de coexistencia (de esas que se te cruzan niños y perros sin mirar), luego en calles estrechas normales, cruces complejos y al final alguna rotonda compleja. En ese proceso, hemos comentado algunos trucos básicos para circular, que unido a la tranquilidad del recorrido han permitido que al final del recorrido, los dos nuevos ciclistas pudieran atreverse a ir por una calle de tráfico moderado sin problemas. En principio el amigo no estaba interesado en usar la bici a diario, pero confío en que con esta ruta y el rodaje diario Jose Enrique vaya sin problemas a diario por cualquier calle tranquila.

Ruta 2: Puente Segovia-Canal:

¡Puente Segovia un copón! Cuando llego a la calle en cuestión y descubro que el Maps me ha señalado como portal 50 el que era realmente el 2, ya empecé a sospechar algo raro. Pasadas las cocheras de metro de LAGUNA encontré la dirección.

En este caso se trataba de Ángel, un ciclista experimentado que usa la bici a diario. Aunque por su trabajo su recorrido no es fijo, siempre tiene que enfrentarse a la terrible Cornisa del Manzanares para subir desde el río al centro, y buscaba un camino con menos pendiente que los que hacía habitualmente. Desde el río hasta Canal, hay 100m de desnivel, que hay que subir sí o sí, pero podemos optimizar esa subida para no bajar cuestas de más que luego haya que subir, y elegir subir la cuesta en un lugar agradable, y no la Cuesta de San Vicente.

En este caso, la clave ha sido subir toda la pendiente de golpe por un camino del Parque del Oeste tras el templo de Debod, que hemos subido andando. Aunque muy pronunciado, es un recorrido agradable que te quita la cuesta de un plumazo. A partir de ahí, las siguientes calles han repartido la cuesta de manera gradual y asumible con pendientes moderadas. Con este truco, Ángel ha evitado el rodeo que antes daba por Moncloa, que además le obligaba a comerse cuestas pronunciadas entre el tráfico.