Estamos muy preocupados. En Madrid no llueve, el otoño se ha retrasado, y aunque eso ha favorecido que los sábados tengamos un tiempo fantástico para montar en bici, también sabemos que aquí se convoca ruta haya lluvia, haga frío, nieve...pase lo que pase todos los sábados hay ruta.
La semana pasada ya nos sorprendieron las predicciones, sobre todo porque no dieron una, y ahora nos preparamos para que pase lo que pase podamos seguir saliendo en ruta...Los del tiempo andan desconcertados, y nosotros queremos seguir invocando lluvia.
Y con ese ánimo y preocupación hemos querido tirar de hemeroteca y recurrir a una de esas clásicas ruta que convocamos cuando puede llover, para ver si eso invoca al cielo y nos seguimos llenando de chaparrones como la semana pasada. Y no hay que irse lejos para recordar una ruta en la que nos mojamos, más bien acabamos casi sin un centímetro del cuerpo sin mojar, pero en la que las risas eran el cántico del día, los paisajes otoñales nos sorprendían, pero sobre todo los terrenos drenaban lo suficiente como para no acabar paralizados por ese barro botijero que tan poco nos gusta. Esas rutas nos demuestran que rodar con lluvia es un aprendizaje, y que bajo las inclemencias también se puede reír, se puede disfrutar y sobre todo sentirte orgullosa de tan buena compañía, porque ellos hacen que todo sea más fácil.