Puedes leer el texto original, en inglés, escrito el sábado 26 de febrero por Katie en su blog España Profunda
Desde hace mucho había hablado de ir al curro en bici. Sin embargo, la idea me asustaba: alrededor de 20 kilómetros de pedaleo por la jungla urbana de Madrid, la última parte atravesando las autopistas, mega centros comerciales, y urbanizaciones exclusivas que componen la zona norte de Madrid. Pero, al seguir el blog En Bici por Madrid, me había enterado de la iniciativa de ayudar a la gente encontrar su ruta al trabajo con los BiciFindes.

Escribí a los blogueros ciclistas algo tarde el viernes, pero dentro de dos horas me respondieron, diciéndome que ya habían pensado en una ruta desde mi casa a mi cole y que podíamos ir a primera hora el sábado para probarla. Esa noche fui a clase de yoga en Sol y dejé mi bici candada, como siempre. Cuando salí, el sillín había desparecido.
¿Cómo iba a montar hasta mi colegio sin sillín a la mañana siguiente?
No tenía que preocuparme: después de un correo a última hora a los guías, se presentaron el sábado con un sillín extra para mí. Es que los ciclistas urbanos son muy buena gente.
Desde hace mucho había hablado de ir al curro en bici. Sin embargo, la idea me asustaba: alrededor de 20 kilómetros de pedaleo por la jungla urbana de Madrid, la última parte atravesando las autopistas, mega centros comerciales, y urbanizaciones exclusivas que componen la zona norte de Madrid. Pero, al seguir el blog En Bici por Madrid, me había enterado de la iniciativa de ayudar a la gente encontrar su ruta al trabajo con los BiciFindes.

Escribí a los blogueros ciclistas algo tarde el viernes, pero dentro de dos horas me respondieron, diciéndome que ya habían pensado en una ruta desde mi casa a mi cole y que podíamos ir a primera hora el sábado para probarla. Esa noche fui a clase de yoga en Sol y dejé mi bici candada, como siempre. Cuando salí, el sillín había desparecido.
¿Cómo iba a montar hasta mi colegio sin sillín a la mañana siguiente?
No tenía que preocuparme: después de un correo a última hora a los guías, se presentaron el sábado con un sillín extra para mí. Es que los ciclistas urbanos son muy buena gente.