Fuente: Oficina de la Bici, Ayuntamiento de Madrid
Circular en bici por la ciudad no es peligroso, siempre y cuando se haga de forma prudente y atendiendo las normas básicas. El tráfico sigue unas pautas predecibles y el comportamiento de los conductores motorizados en su inmensa mayoría es mejor de lo esperado, ya que existe un miedo por su parte a dañar al ciclista.
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Circula por el centro de tu carril, y hazte respetar. Una bicicleta arrimada al borde de la carretera despierta la tentación de adelantar en los coches, aunque no se pueda mantener una distancia prudencial durante el adelantamiento. Y un coche aparcado puede abrir sus puertas sin mirar y derribar al ciclista.
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Circula por el carril derecho. Los coches no esperan encontrar un usuario lento en el carril izquierdo (el rápido), y dado que adelantar por la derecha es poco común, se desconciertan. No obstante, si tienes que girar a la izquierda es mejor situarse en este carril con antelación. Si el carril derecho está ocupado, circula por el inmediato a tu izquierda.
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Conduce en línea recta y se predecible, Indicando las maniobras que vas a realizar con los brazos. Es más importante de lo que pueda parecer. Si no conoces como hacerlo, pide que te lo enseñen.
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En carretera se debe circular por el arcén si este está limpio.
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Circula a la velocidad adecuada. Adáptate a la velocidad de la calle por donde circules y, a ser posible, elige calles tranquilas. Cuando circules por zonas de prioridad peatonal hazlo a una velocidad similar a la de los viandantes, teniendo siempre en cuenta la prioridad del peatón. Si hay mucha densidad peatonal, desciende de tu bicicleta y anda con ella al lado.
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Busca una ruta segura. Merece la pena seguir un buen itinerario por calles apacibles o por carriles-bici, con la ayuda de un plano. Frecuentemente, los cascos antiguos o los barrios tranquilos ofrecen buenas posibilidades.
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Hazte visible por la noche. Utiliza luz delantera blanca y trasera roja, además de reflectantes. El sistema de alumbrado conviene que sea a pilas o de dinamos con acumulador, para que la luz no se apague cuando te detienes.
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Utiliza un casco si te hace sentirte más seguro. Pero recuerda que el uso del casco NO evita los accidentes. Una verdadera seguridad se basa en la utilización de medidas de protección activa: moderación de la velocidad, atención al conducir, prevenir los movimientos propios y de los demás, señalizar las maniobras, conducción defensiva...
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Pon un retrovisor, es un elemento más con el que aumentarás tu seguridad.
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No circules con auriculares, pues te impiden controlar adecuadamente el tráfico que se encuentra a tu alrededor.
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Utiliza un timbre, los peatones no nos oyen y se suelen cruzar a menudo.
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Con lluvia extrema las precauciones. Lo fácil se vuelve difícil y arriesgado.
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Ata la bici con un buen candado. Recomendamos candados en forma de U.
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Asegúrate. Un seguro de Responsabilidad Civil cubre los posibles daños que pudieras ocasionar a terceros.
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Acata las normas de circulación.
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Mantén tu bicicleta en buen estado: frenos, cambios, dirección, ruedas y luces. Aporta mayor seguridad.
y sobre todo...
• Pon especial cuidado al circular por tu carril cuando pases a la altura de una desviación a la derecha. Muchos conductores no señalizan su maniobra de giro a la derecha, te cortan el paso y crean situaciones de riesgo.
• No te fíes de las maniobras de los coches hasta el último momento y ten los frenos a punto sobre todo cuando circules a la altura de ellos. Ten en cuenta que, aunque puedas tener la razón, ante un accidente con un coche la bicicleta lleva siempre las de perder.
• No circules demasiado pegado a los coches aparcados. Los coches que circulan a tu izquierda no prevén si vas a necesitar espacio porque un coche que esté parado a tu derecha abra su puerta. Es una más de las razones por las que te pedimos que circules por el centro del carril.
• En las rotondas, compórtate como otro vehículo más. Si entras con miedo los automovilistas te echarán a la derecha. Salvo que vayas a usar la primera salida a la derecha, no renuncies a los carriles centrales. Aunque vayas más lento, los coches tendrán que adaptar su velocidad a la tuya.
• Pon máxima precaución en momentos de intensidad de tráfico y no te quedes entre dos carriles. No importa que estés en un carril a la izquierda, incluso con más motivo en esos casos, permanece en el centro de él. En algunas ocasiones será preferible esperar unos metros para realizar la maniobra.
¡¡Gracias por usar la bici!!