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A estas alturas ya todos sabemos cuáles son las medidas más efectivas para mejorar la velocidad de los autobuses sin necesidad de incrementar la oferta: carriles bus y menos coches circulando, o una mezcla de las dos.
Quitando estos ejemplos más típicos, hay una medida que no se habla casi nunca y, aunque no se pueda aplicar en todas las líneas y solo en las que reúnan estas circunstancias, me he preguntado muchas veces: ¿poner dos paradas con distancias de 100-180 metros de distancia vale la pena?