Qué entienden por Movilidad Sostenible quienes gobiernan nuestros barrios: Historia de un aparcamiento en Vallecas
Escrito por Rubén Casado de Bicillecas
Cuando pensamos en la lucha que el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid está acometiendo en cuanto a la reducción del tráfico de vehículos privados y su consecuente disminución en los niveles de contaminación, de manera automática nos vienen a la cabeza numerosas medidas que quedan concentradas en uno pocos km2 del Distrito Centro o, como mucho, llegan a los límites de lo que venimos a denominar “la almendra central” de la ciudad.
Cada plaza de aparcamiento tendrá un coste unitario superior a los 3.500 euros. Otro ejemplo más de la hiper-subvención al vehículo privado a motor
De manera cada vez más enfática, empiezan a surgir voces que demandan al Consistorio actuaciones decididas en materia de reducción de contaminantes para los barrios periféricos de Madrid. Siguiendo procesos equiparables a los que históricamente han reclamado actuaciones que equiparasen su nivel de calidad de vida con la de las zonas más céntricas, muchos ciudadanos de estos barrios comienzan a pedir al Ayuntamiento un modelo de movilidad más sostenible en las afueras de la ciudad. Queremos que llegue BiciMad, queremos Zonas 30, queremos un mejor transporte público. Pero, ¿qué ocurre cuando tu propio Distrito está decidido a crear infraestructuras que atacan directamente el modelo de movilidad sostenible que una gran mayoría queremos para Madrid?
Desde Bicillecas queremos aprovechar la oportunidad que amablemente nos brindan desde enBiciporMadrid para contaos un esperpéntico ejemplo que vivimos en nuestro Distrito: Nos construyen un aparcamiento en superficie para 250 coches en el barrio de Portazgo, en pleno corazón de Puente de Vallecas (mapa). 6.000 m2 de asfalto –superficie equiparable a la de un campo de fútbol- para uso y disfrute de la ciudadanía, sin ningún tipo de restricción. Aquí va la historia.
A riesgo de terminar de vaciar por completo de significado la expresión, en los últimos años todos hemos repetido de forma unánime el mantra de “en Vallecas existe un enorme potencial ciclista”. No nos falta parte de razón. Tanto la composición demográfica y socio-económica del barrio -población aún joven, que no tiene un nivel adquisitivo que garantice un fácil acceso al vehículo privado a motor- y su trama urbana –plagada de calles tranquilas y comercio de proximidad- presentan un panorama propicio para animarse a utilizar la bicicleta. Es cierto que si pensamos en las grandes pendientes sostenidas de la Avenida de la Albufera podamos encontrar alguna reticencia entre futuros usuarios de la bici, pero para los movimientos transversales de hasta 2-3 kilómetros, Vallecas es un lugar excelente para pedalear.
Y es que el gran impedimento al despegue definitivo de la bicicleta en el Distrito no es la orografía, sino la supremacía del coche. Las calles tranquilas del casco viejo y el interior de los barrios quedan interrumpidas por grandes vías de varios carriles por sentido donde, sin medida alguna de pacificación del tráfico, la circulación alcanza valores de intensidad y velocidad poco amables con el uso de la bicicleta. Si bien cabe destacar los esfuerzos municipales en reducir el número y velocidad de los automóviles en la Avenida de la Albufera (con la reciente implantación de un CC30 al que sólo le falta disciplina sancionadora para los conductores que aún no respetan la convivencia con los ciclistas), vías como la Avenida de Pablo Neruda, la Calle Pío Felipe, la Avenida de Entrevías o la Avenida de Buenos Aires se asemejan bastante a las no suficientemente denostadas autopistas urbanas. Si no acabamos con estos espacios tan favorables al vehículo a motor, la bicicleta nunca acabará de arrancar en Vallecas.
De hecho, desde Bicillecas llevamos bastantes años reclamando diversas medidas que favorezcan una implantación real de la bicicleta en el Distritos, como la creación de Caminos Seguros al Cole, con objeto de inculcar los principios de una cultura de Movilidad Sostenible entre los más pequeños. Ahora que nuestras primeras propuestas están siendo llevadas a cabo, nos parece crucial que las políticas a nivel distrital vayan en este mismo sentido, y no supongan un auténtico boicot, como es el caso.
Algo fabuloso de escribir para enBiciporMadrid es que nos dirigimos a un público que tiene completamente interiorizados los principios de la Movilidad Sostenible. Más aparcamiento significa más coches, es sencillo, no hay mayor debate. Puente de Vallecas es todavía un Distrito con una clara hiper-representación del vehículo a motor precisamente porque el aparcamiento gratuito está garantizado.
Hablamos de hiper-representación porque mayoritariamente nos movemos en transporte público. No olvidemos que se trata de un Distrito cruzado por una línea de metro que te sitúa en Sol en 15-20 minutos y una línea de Cercanías con la que accedes a Atocha en otros 5. La red de autobuses ha ganado en competitividad con la instalación del carril-bus de Avenida de la Albufera. Obviamente todo es mejorable, pero podemos calificar nuestra accesibilidad al transporte público como muy buena.
Sin embargo, el coche sigue reinando. Coches que, lejos de ser utilizados para los trayectos de movilidad obligada, pasan la mayor parte del día aparcados en el barrio y son utilizados para otros usos que perfectamente podrán llevarse a cabo sin él. En este sentido, resulta especialmente grave que ya exista una inmensa bolsa de aparcamiento gratuito en pleno corazón del Distrito, concretamente en las instalaciones del hipermercado Alcampo. Más de 500 plazas de aparcamiento libre que se utilizan de manera compulsiva no sólo para los clientes del hipermercado, sino como improvisado aparcamiento disuasorio –ya que la estación de Metro de Buenos Aires se encuentra en las inmediaciones- o para propiciar el acceso en vehículo privado a eventos deportivos y de ocio -partidos del Rayo Vallecano, San Silvestre, Cabalgata de Reyes, períodos de rebajas-. El barrio se satura de coches periódicamente porque existe la falsa percepción de que vas a aparcar fácil (evidentemente el aparcamiento se llena más pronto que tarde, y el resto de viario absorbe esta sobredemanda en forma de aparcamiento ilegal).
En 2007, fruto de la buena sintonía Comunidad de Madrid y Ayuntamiento, se lleva a cabo una modificación del Plan general de Ordenación Urbana que cambiaba el uso de una decena parcelas del Distrito de Puente de Vallecas. Para el caso que nos ocupa, la parcela enmarcada por las calles Arroyo del Olivar – Sierra Grande – Sierra Salvada - Avenida de Buenos Aires pasa a albergar el uso “Administación Pública, ya que su ubicación es idónea, por su centralidad, para la construcción de la nueva Junta Municipal de Distrito de Puente de Vallecas” (literal). Una parcela dotacional siempre es una buena noticia tanto para el barrio como para el Distrito.
Los años pasas, en el solar no se edifica el prometido edificio de la Junta y como única utilización, durante un fin de semana al año se celebran allí las fiestas autogestionadas de La Karmela. Cambia el signo del gobierno municipal, y desde la propia Junta de Distrito deciden que lo que los vallecanos necesitamos es que se gaste 1 millón de euros en la construcción de un macro-aparcamiento en un ámbito urbano consolidado. Pero ojo, que con ánimo de regatear la normativa urbanística vigente, se decide que no se le llamará aparcamiento, sino “Espacio Multifuncional que favorezca el desarrollo de actividades vinculadas al reequilibrio territorial mediante la realización de iniciativas de economía social que contribuyan a la revitalización del comercio en el distrito, el apoyo a iniciativas culturales y sociales, y otras que favorezcan el equilibrio de los barrios” (literal). Curioso espacio multifuncional para iniciativas sociales y culturales, que no reserva ni un solo metro cuadrado para la instalación de aparcabicis.
Además, la Administración justifica que se tratará de una actuación provisional para porder encajar la actuación en el artículo 2.2.7 del PGOUM “En todos los terrenos que tengan la condición de solar, hasta el momento en que para el mismo se otorgue licencia de edificación, podrá autorizarse, con carácter provisional, los usos de carácter público … Excepcionalmente el Ayuntamiento podrá igualmente autorizar al propietario a destinar el solar a aparcamiento de vehículos, previa su preparación para tal uso.”. Creednos, el “espacio” se utilizará casi exclusivamente como aparcamiento y no tiene absolutamente ningún viso de provisionalidad.
¿Qué hay detrás de toda esta engañifa? Evidentemente poder meter el aparcamiento con calzador. Además de ahorrarse el estudio de los impactos negativos de la nueva infraestructura (aumento en la emisión de contaminantes, en los niveles de ruido, en la accidentabilidad, en el efecto isla de calor, etc.) se incumplen de manera flagrante varios aspectos de la Instrucción de Vía Pública del Ayuntamiento de Madrid. Destacamos especialmente que uno de los accesos rompe completamente la continuidad de una acera de más de 6 metros de ancho –lo que constituye este espacio como un área estancial- o que se incumple la disposición mínima de arbolado que debe disponerse en un aparcamiento de estas características. Si no lo llamamos aparcamiento y decimos que es provisional, ¿por qué hemos de cumplir la normativa? Reconozcamos que es un magnífico razonamiento.
El meta-aparcamiento: Bandas de estacionamiento que dan acceso a un aparcamiento. Simplemente brillante
Llegados a este punto creo que os podéis imaginar perfectamente que el aumento de tráfico en las inmediaciones del aparcamiento nos hará perder bastante calidad de vida a los vecinos. Una zona perfecta para utilizar la bici o desplazarse a pie en nuestros quehaceres diarios, se convertirá en un medio bastante más agreste para los medios de desplazamiento más sostenibles.
Pero aparte de todas las externalidades negativas que lamentablemente viviremos de una forma tangible, nos preocupa el nefasto mensaje que subyace: Ni en un vecindario que está a 100 metros de una estación de Metro y a poco más de 1 kilómetro de una de Cercanías (no podemos dejar de recomendar a todo el barrio utilizar la bici para acceder a las estaciones de El Pozo o Asamblea de Madrid-Entrevías) vamos a dejar de fomentar el uso del coche. Si algún vecino estaba pensando prescindir de su coche o no animarse a tener un segundo o tercer vehículo en la familia, ahora va a tener una preciosa infraestructura donde aparcar su coche de forma indefinida. Es un mensaje tan lamentable como perfectamente tangible.
Hemos querido dejar dos de los aspectos más sorprendentes de la situación para el final. Justo delante de una de las salidas del aparcamiento, se encuentra el Centro De Educación Infantil Y Primaria San Pablo. Gracias al creciente estado de opinión creado a raíz de los recurrentes episodios de alta contaminación que sufrimos en Madrid, las noticias sobre los efectos nocivos de la exposición a altos niveles de tráfico cada vez llegan y preocupan a más personas (lamentablemente no a los representantes políticos de nuestra Junta de Distrito).
¿Cómo cerrar el círculo de una pésima planificación de infraestructuras? Parece claro que sería una buena idea esconder los efectos adversos de la actuación de forma que sólo los vecinos más cercanos al nuevo aparcamiento estuviesen al tanto. ¿Cómo podrían llegar estos efectos al resto de habitantes de Madrid? Situar una estación de Medición Remota de la calidad y los niveles Sonoros de la red municipal en las inmediaciones sería sin duda la mejor forma.
Deseo concedido. El aparcamiento queda emplazado a 20 metros de la actual estación nº 28079040 “Puente de Vallecas”. Se trata de una estación urbana de fondo, es decir, representativa de la exposición de la población urbana en general, no ligada a situaciones de especial tráfico. Dado que de manera habitual esta estación se queda un poco por debajo de los umbrales de activación de los diferentes niveles de activación del Protocolo Anticontaminación, esperamos que –dado que parece poco probable que podamos evitar la puesta en servicio del aparcamiento- nuestro particular “legado ambiental” sea propiciar una activación más frecuente del Protocolo. En este sentido, permaneceremos vigilantes para que los representantes de “la nueva política” no tengan la tentación de re-situar la estación medidora de Puente de Vallecas, siguiendo los patrones de la anterior inquilina del Ayuntamiento.
La propia información del Ayuntamiento de Madrid refleja claramente la cercanía entre la estación medidora de contaminantes y el nuevo aparcamiento
En nuestro debe, cabe decir que no hemos sido capaces de crear un verdadero estado de oposición ciudadana a esta medida. El tejido social del barrio, como fiel reflejo de la aquella parte de la ciudadanía que aún no está concienciada con los problemas de un modelo de movilidad poco sostenible, no ha visto la amenaza latente a los niveles de bienestar que este aparcamiento acarrea. Desde el espectro político, fomentar el uso del vehículo privado desde la más pura demagogia del discurso “esto es un barrio obrero, el coche es necesario”, no deja de ser lo esperable. Una ciudadanía consciente debe demandar de sus representantes otro tipo de políticas de equiparación a zonas más céntricas de Madrid.
Reclamaciones administrativas aparte, que en el mejor de los casos sólo incidirán en aspectos puntuales del aparcamiento, no vemos probable evitar la apertura del aparcamiento. Sí creemos que tan pronto entre en funcionamiento, los aspectos negativos del mismo serán tan palpables que demandarán medidas mitigadoras. En este sentido, estamos preparando un Programa de Regeneración del Espacio Urbano próximo al aparcamiento que, como principal medida, incluya la eliminación de 250 plazas de aparcamiento libre en superficie en las calles más cercanas del aparcamiento que, acompañado de medidas de pacificación del tráfico en las mismas, trate de revertir los niveles de tráfico y calidad urbana a la situación pre-operacional.
Esperamos que bien la Junta tenga considere nuestra demanda en los próximas partidas presupuestarias, bien sean los propios vecinos quienes a través de los próximos Presupuestos Participativos del Distrito vean con buenos ojos nuestra propuesta. En cualquier caso, que la ciudadanía y los actores políticos del Distrito no se haya posicionado en contra de la construcción del aparcamiento, es buena prueba de lo mucho que nos queda por avanzar a todos en el conocimiento y la divulgación de los beneficios globales que nos aporta un modelo de movilidad más sostenible.
Cuando pensamos en la lucha que el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid está acometiendo en cuanto a la reducción del tráfico de vehículos privados y su consecuente disminución en los niveles de contaminación, de manera automática nos vienen a la cabeza numerosas medidas que quedan concentradas en uno pocos km2 del Distrito Centro o, como mucho, llegan a los límites de lo que venimos a denominar “la almendra central” de la ciudad.
Cada plaza de aparcamiento tendrá un coste unitario superior a los 3.500 euros. Otro ejemplo más de la hiper-subvención al vehículo privado a motor
De manera cada vez más enfática, empiezan a surgir voces que demandan al Consistorio actuaciones decididas en materia de reducción de contaminantes para los barrios periféricos de Madrid. Siguiendo procesos equiparables a los que históricamente han reclamado actuaciones que equiparasen su nivel de calidad de vida con la de las zonas más céntricas, muchos ciudadanos de estos barrios comienzan a pedir al Ayuntamiento un modelo de movilidad más sostenible en las afueras de la ciudad. Queremos que llegue BiciMad, queremos Zonas 30, queremos un mejor transporte público. Pero, ¿qué ocurre cuando tu propio Distrito está decidido a crear infraestructuras que atacan directamente el modelo de movilidad sostenible que una gran mayoría queremos para Madrid?
Desde Bicillecas queremos aprovechar la oportunidad que amablemente nos brindan desde enBiciporMadrid para contaos un esperpéntico ejemplo que vivimos en nuestro Distrito: Nos construyen un aparcamiento en superficie para 250 coches en el barrio de Portazgo, en pleno corazón de Puente de Vallecas (mapa). 6.000 m2 de asfalto –superficie equiparable a la de un campo de fútbol- para uso y disfrute de la ciudadanía, sin ningún tipo de restricción. Aquí va la historia.
El potencial ciclista de Vallecas
A riesgo de terminar de vaciar por completo de significado la expresión, en los últimos años todos hemos repetido de forma unánime el mantra de “en Vallecas existe un enorme potencial ciclista”. No nos falta parte de razón. Tanto la composición demográfica y socio-económica del barrio -población aún joven, que no tiene un nivel adquisitivo que garantice un fácil acceso al vehículo privado a motor- y su trama urbana –plagada de calles tranquilas y comercio de proximidad- presentan un panorama propicio para animarse a utilizar la bicicleta. Es cierto que si pensamos en las grandes pendientes sostenidas de la Avenida de la Albufera podamos encontrar alguna reticencia entre futuros usuarios de la bici, pero para los movimientos transversales de hasta 2-3 kilómetros, Vallecas es un lugar excelente para pedalear.
Y es que el gran impedimento al despegue definitivo de la bicicleta en el Distrito no es la orografía, sino la supremacía del coche. Las calles tranquilas del casco viejo y el interior de los barrios quedan interrumpidas por grandes vías de varios carriles por sentido donde, sin medida alguna de pacificación del tráfico, la circulación alcanza valores de intensidad y velocidad poco amables con el uso de la bicicleta. Si bien cabe destacar los esfuerzos municipales en reducir el número y velocidad de los automóviles en la Avenida de la Albufera (con la reciente implantación de un CC30 al que sólo le falta disciplina sancionadora para los conductores que aún no respetan la convivencia con los ciclistas), vías como la Avenida de Pablo Neruda, la Calle Pío Felipe, la Avenida de Entrevías o la Avenida de Buenos Aires se asemejan bastante a las no suficientemente denostadas autopistas urbanas. Si no acabamos con estos espacios tan favorables al vehículo a motor, la bicicleta nunca acabará de arrancar en Vallecas.
De hecho, desde Bicillecas llevamos bastantes años reclamando diversas medidas que favorezcan una implantación real de la bicicleta en el Distritos, como la creación de Caminos Seguros al Cole, con objeto de inculcar los principios de una cultura de Movilidad Sostenible entre los más pequeños. Ahora que nuestras primeras propuestas están siendo llevadas a cabo, nos parece crucial que las políticas a nivel distrital vayan en este mismo sentido, y no supongan un auténtico boicot, como es el caso.
Es el aparcamiento, estúpido
Algo fabuloso de escribir para enBiciporMadrid es que nos dirigimos a un público que tiene completamente interiorizados los principios de la Movilidad Sostenible. Más aparcamiento significa más coches, es sencillo, no hay mayor debate. Puente de Vallecas es todavía un Distrito con una clara hiper-representación del vehículo a motor precisamente porque el aparcamiento gratuito está garantizado.
Hablamos de hiper-representación porque mayoritariamente nos movemos en transporte público. No olvidemos que se trata de un Distrito cruzado por una línea de metro que te sitúa en Sol en 15-20 minutos y una línea de Cercanías con la que accedes a Atocha en otros 5. La red de autobuses ha ganado en competitividad con la instalación del carril-bus de Avenida de la Albufera. Obviamente todo es mejorable, pero podemos calificar nuestra accesibilidad al transporte público como muy buena.
Sin embargo, el coche sigue reinando. Coches que, lejos de ser utilizados para los trayectos de movilidad obligada, pasan la mayor parte del día aparcados en el barrio y son utilizados para otros usos que perfectamente podrán llevarse a cabo sin él. En este sentido, resulta especialmente grave que ya exista una inmensa bolsa de aparcamiento gratuito en pleno corazón del Distrito, concretamente en las instalaciones del hipermercado Alcampo. Más de 500 plazas de aparcamiento libre que se utilizan de manera compulsiva no sólo para los clientes del hipermercado, sino como improvisado aparcamiento disuasorio –ya que la estación de Metro de Buenos Aires se encuentra en las inmediaciones- o para propiciar el acceso en vehículo privado a eventos deportivos y de ocio -partidos del Rayo Vallecano, San Silvestre, Cabalgata de Reyes, períodos de rebajas-. El barrio se satura de coches periódicamente porque existe la falsa percepción de que vas a aparcar fácil (evidentemente el aparcamiento se llena más pronto que tarde, y el resto de viario absorbe esta sobredemanda en forma de aparcamiento ilegal).
Volvamos a nuestro particular monstruo
En 2007, fruto de la buena sintonía Comunidad de Madrid y Ayuntamiento, se lleva a cabo una modificación del Plan general de Ordenación Urbana que cambiaba el uso de una decena parcelas del Distrito de Puente de Vallecas. Para el caso que nos ocupa, la parcela enmarcada por las calles Arroyo del Olivar – Sierra Grande – Sierra Salvada - Avenida de Buenos Aires pasa a albergar el uso “Administación Pública, ya que su ubicación es idónea, por su centralidad, para la construcción de la nueva Junta Municipal de Distrito de Puente de Vallecas” (literal). Una parcela dotacional siempre es una buena noticia tanto para el barrio como para el Distrito.
Los años pasas, en el solar no se edifica el prometido edificio de la Junta y como única utilización, durante un fin de semana al año se celebran allí las fiestas autogestionadas de La Karmela. Cambia el signo del gobierno municipal, y desde la propia Junta de Distrito deciden que lo que los vallecanos necesitamos es que se gaste 1 millón de euros en la construcción de un macro-aparcamiento en un ámbito urbano consolidado. Pero ojo, que con ánimo de regatear la normativa urbanística vigente, se decide que no se le llamará aparcamiento, sino “Espacio Multifuncional que favorezca el desarrollo de actividades vinculadas al reequilibrio territorial mediante la realización de iniciativas de economía social que contribuyan a la revitalización del comercio en el distrito, el apoyo a iniciativas culturales y sociales, y otras que favorezcan el equilibrio de los barrios” (literal). Curioso espacio multifuncional para iniciativas sociales y culturales, que no reserva ni un solo metro cuadrado para la instalación de aparcabicis.
Además, la Administración justifica que se tratará de una actuación provisional para porder encajar la actuación en el artículo 2.2.7 del PGOUM “En todos los terrenos que tengan la condición de solar, hasta el momento en que para el mismo se otorgue licencia de edificación, podrá autorizarse, con carácter provisional, los usos de carácter público … Excepcionalmente el Ayuntamiento podrá igualmente autorizar al propietario a destinar el solar a aparcamiento de vehículos, previa su preparación para tal uso.”. Creednos, el “espacio” se utilizará casi exclusivamente como aparcamiento y no tiene absolutamente ningún viso de provisionalidad.
¿Qué hay detrás de toda esta engañifa? Evidentemente poder meter el aparcamiento con calzador. Además de ahorrarse el estudio de los impactos negativos de la nueva infraestructura (aumento en la emisión de contaminantes, en los niveles de ruido, en la accidentabilidad, en el efecto isla de calor, etc.) se incumplen de manera flagrante varios aspectos de la Instrucción de Vía Pública del Ayuntamiento de Madrid. Destacamos especialmente que uno de los accesos rompe completamente la continuidad de una acera de más de 6 metros de ancho –lo que constituye este espacio como un área estancial- o que se incumple la disposición mínima de arbolado que debe disponerse en un aparcamiento de estas características. Si no lo llamamos aparcamiento y decimos que es provisional, ¿por qué hemos de cumplir la normativa? Reconozcamos que es un magnífico razonamiento.
El meta-aparcamiento: Bandas de estacionamiento que dan acceso a un aparcamiento. Simplemente brillante
Cómo cambiará el barrio
Llegados a este punto creo que os podéis imaginar perfectamente que el aumento de tráfico en las inmediaciones del aparcamiento nos hará perder bastante calidad de vida a los vecinos. Una zona perfecta para utilizar la bici o desplazarse a pie en nuestros quehaceres diarios, se convertirá en un medio bastante más agreste para los medios de desplazamiento más sostenibles.
Pero aparte de todas las externalidades negativas que lamentablemente viviremos de una forma tangible, nos preocupa el nefasto mensaje que subyace: Ni en un vecindario que está a 100 metros de una estación de Metro y a poco más de 1 kilómetro de una de Cercanías (no podemos dejar de recomendar a todo el barrio utilizar la bici para acceder a las estaciones de El Pozo o Asamblea de Madrid-Entrevías) vamos a dejar de fomentar el uso del coche. Si algún vecino estaba pensando prescindir de su coche o no animarse a tener un segundo o tercer vehículo en la familia, ahora va a tener una preciosa infraestructura donde aparcar su coche de forma indefinida. Es un mensaje tan lamentable como perfectamente tangible.
La paradoja de la contaminación y la salud
Hemos querido dejar dos de los aspectos más sorprendentes de la situación para el final. Justo delante de una de las salidas del aparcamiento, se encuentra el Centro De Educación Infantil Y Primaria San Pablo. Gracias al creciente estado de opinión creado a raíz de los recurrentes episodios de alta contaminación que sufrimos en Madrid, las noticias sobre los efectos nocivos de la exposición a altos niveles de tráfico cada vez llegan y preocupan a más personas (lamentablemente no a los representantes políticos de nuestra Junta de Distrito).
¿Cómo cerrar el círculo de una pésima planificación de infraestructuras? Parece claro que sería una buena idea esconder los efectos adversos de la actuación de forma que sólo los vecinos más cercanos al nuevo aparcamiento estuviesen al tanto. ¿Cómo podrían llegar estos efectos al resto de habitantes de Madrid? Situar una estación de Medición Remota de la calidad y los niveles Sonoros de la red municipal en las inmediaciones sería sin duda la mejor forma.
Deseo concedido. El aparcamiento queda emplazado a 20 metros de la actual estación nº 28079040 “Puente de Vallecas”. Se trata de una estación urbana de fondo, es decir, representativa de la exposición de la población urbana en general, no ligada a situaciones de especial tráfico. Dado que de manera habitual esta estación se queda un poco por debajo de los umbrales de activación de los diferentes niveles de activación del Protocolo Anticontaminación, esperamos que –dado que parece poco probable que podamos evitar la puesta en servicio del aparcamiento- nuestro particular “legado ambiental” sea propiciar una activación más frecuente del Protocolo. En este sentido, permaneceremos vigilantes para que los representantes de “la nueva política” no tengan la tentación de re-situar la estación medidora de Puente de Vallecas, siguiendo los patrones de la anterior inquilina del Ayuntamiento.
La propia información del Ayuntamiento de Madrid refleja claramente la cercanía entre la estación medidora de contaminantes y el nuevo aparcamiento
Solucionar todo este embrollo
En nuestro debe, cabe decir que no hemos sido capaces de crear un verdadero estado de oposición ciudadana a esta medida. El tejido social del barrio, como fiel reflejo de la aquella parte de la ciudadanía que aún no está concienciada con los problemas de un modelo de movilidad poco sostenible, no ha visto la amenaza latente a los niveles de bienestar que este aparcamiento acarrea. Desde el espectro político, fomentar el uso del vehículo privado desde la más pura demagogia del discurso “esto es un barrio obrero, el coche es necesario”, no deja de ser lo esperable. Una ciudadanía consciente debe demandar de sus representantes otro tipo de políticas de equiparación a zonas más céntricas de Madrid.
Reclamaciones administrativas aparte, que en el mejor de los casos sólo incidirán en aspectos puntuales del aparcamiento, no vemos probable evitar la apertura del aparcamiento. Sí creemos que tan pronto entre en funcionamiento, los aspectos negativos del mismo serán tan palpables que demandarán medidas mitigadoras. En este sentido, estamos preparando un Programa de Regeneración del Espacio Urbano próximo al aparcamiento que, como principal medida, incluya la eliminación de 250 plazas de aparcamiento libre en superficie en las calles más cercanas del aparcamiento que, acompañado de medidas de pacificación del tráfico en las mismas, trate de revertir los niveles de tráfico y calidad urbana a la situación pre-operacional.
Esperamos que bien la Junta tenga considere nuestra demanda en los próximas partidas presupuestarias, bien sean los propios vecinos quienes a través de los próximos Presupuestos Participativos del Distrito vean con buenos ojos nuestra propuesta. En cualquier caso, que la ciudadanía y los actores políticos del Distrito no se haya posicionado en contra de la construcción del aparcamiento, es buena prueba de lo mucho que nos queda por avanzar a todos en el conocimiento y la divulgación de los beneficios globales que nos aporta un modelo de movilidad más sostenible.
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