Escrito por La Pájara
Hace ya un año estuve visitando a una amiga en Berlín. Al volver escribí unas notas que creo que pueden resultar interesantes. Ahí van:
Era la primera vez que viajaba a Alemania y tenía muchas ganas de conocer esa ciudad. Me gustó mucho y los cuatro días que estuve se me hicieron muy cortos... Pero esto no es el relato de un viaje. Es una reflexión sobre temas relacionados con la movilidad ciclista, a los que los asiduos a este blog les damos muchas vueltas, a veces sin ponernos de acuerdo.
En Berlín vi por primera vez una ciudad en la que los ciclistas no son bichos raros. Hay ciclistas en casi todas las calles, a todas horas. Bicis aparcadas por todas partes. Y una infraestructura viaria pensada para la bici que se extiende por toda la ciudad. Además es plana de verdad, las únicas cuestas que te puedes encontrar son las artificiales de los puentes y así. Me hizo un tiempo espléndido, en pleno marzo, pero está claro que allí la gente no se arredra si tiene que pedalear bajo la lluvia o con frío intenso. Nunca había visto nada parecido. Pero bueno, viajo bastante poco, así que tampoco quiero que parezca que me considero un experto por pasar un fin de semana largo en Alemania.
En Madrid no se ven tantos ciclistas, ni se ven en todos los barrios. La infraestructura específicamente ciclista es en general escasa, fragmentaria y no está pensada para desplazarse (en Berlín los carriles bici llegan hasta el aeropuerto). Madrid, a pesar de estar en pleno centro de la Meseta, no es precisamente plana. En cuanto al clima sí que lo tenemos más fácil, eso seguro, aunque no parece que la gente se anime más por ello. Y sin embargo...
Hace ya un año estuve visitando a una amiga en Berlín. Al volver escribí unas notas que creo que pueden resultar interesantes. Ahí van:
Era la primera vez que viajaba a Alemania y tenía muchas ganas de conocer esa ciudad. Me gustó mucho y los cuatro días que estuve se me hicieron muy cortos... Pero esto no es el relato de un viaje. Es una reflexión sobre temas relacionados con la movilidad ciclista, a los que los asiduos a este blog les damos muchas vueltas, a veces sin ponernos de acuerdo.
En Berlín vi por primera vez una ciudad en la que los ciclistas no son bichos raros. Hay ciclistas en casi todas las calles, a todas horas. Bicis aparcadas por todas partes. Y una infraestructura viaria pensada para la bici que se extiende por toda la ciudad. Además es plana de verdad, las únicas cuestas que te puedes encontrar son las artificiales de los puentes y así. Me hizo un tiempo espléndido, en pleno marzo, pero está claro que allí la gente no se arredra si tiene que pedalear bajo la lluvia o con frío intenso. Nunca había visto nada parecido. Pero bueno, viajo bastante poco, así que tampoco quiero que parezca que me considero un experto por pasar un fin de semana largo en Alemania.
En Madrid no se ven tantos ciclistas, ni se ven en todos los barrios. La infraestructura específicamente ciclista es en general escasa, fragmentaria y no está pensada para desplazarse (en Berlín los carriles bici llegan hasta el aeropuerto). Madrid, a pesar de estar en pleno centro de la Meseta, no es precisamente plana. En cuanto al clima sí que lo tenemos más fácil, eso seguro, aunque no parece que la gente se anime más por ello. Y sin embargo...