Escrito el 18 de marzo por Luis
Misión cumplida, concluido mi primer BiciViernes, en solitario, eso sí, no ha podido ser de otra manera ya que no dispongo de demasiado tiempo, y los fines de semana casi menos..., me hubiera gustado quedar con vosotros para un BiciFinde, pero ha sido imposible.
La verdad, me lo he pasado genial, como diría el famoso anuncio de la tarjeta de crédito,
"Cruzar el retiro pedaleando con la música de los pájaros y los árboles, no tiene precio"
Ver BiciViernes de Atocha a la Mezquita M-30 en un mapa más grande
He salido de casa a las 7 en punto, desde mi casa hasta la Renfe (San José de Valderas), hay 1,5kms muy fáciles, en ligera bajada, fresquito en las manos, bastante fresquito en las manos.
Me he subido al tren de las
7.05, último vagón, no me ha hecho falta plegar la bici y a las
7.25 estaba en Atocha; aquí he perdido mucho tiempo, ya que el torno que me permite salir (el más ancho), estaba roto y hasta que me han abierto, ha tenido que venir una señorita después de llamarla por el interfono, más de 5 minutos esperando hasta que me dejaran pasar. Como tampoco conozco muy bien la estación por
"arriba", he salido por la parte de la glorieta de Carlos V, en vez de Pº Infanta Isabel, con lo que he tenido que dar un rodeíllo hasta ponerme en línea con Alfonso XII, donde la parada de taxis, pero bueno, para eso he salido con tiempo.
Cojo Alfonso XII a las
7.42 (soy un poco maniático con los tiempos, sí) y subo hasta meterme en el Retiro, donde todo sea dicho, la subida de Fernán Núñez duele, a esas horas y sin avisar, duele, y lo dice uno que lleva unos cuantos maratones a la espalda y se supone que está en forma, pero con un triste café en el cuerpo y no muy acostumbrado a la bici, hace pupa. Otra vez, bastante fresquito en las manos...
Seguimos, llegamos a la rotondita que enlaza con el Paseo de Uruguay y bajamos hacia Menéndez Pelayo, donde salgo del Retiro con una sonrisa de oreja a oreja ya que el paseo, como he dicho antes, pese al cuestón inicial, no tiene precio. Cruzo hacia Pío Baroja en modo
"peatón", aunque no me he bajado de la bici y he aprovechado un paso de cebra y un disco en rojo para meterme en Pío Baroja, no está bien, lo sé y lo reconozco, pero ha sido la única trampa del día y no había peligro para nadie, así que llego a la Calle Maiquez tras girar un momento por Doce de Octubre.
Sin incidencias en Maiquez salvo un tramo de empedrado que me ha obligado a meterme en la zona de acera unos metros, acera contigua y sin escalón y un taxista que se ha saltado un disco en un cruce. Atendiendo al consejo del amigo Gonzalo, llego hasta el final, donde giro en Ortega y Gasset a la derecha y cruzo Francisco Silvela en modo peatón para meterme en Cartagena y llegar a Martínez Izquierdo, que desde ahí hasta Av. Donostiarra es todo bajada, una gozada. Llego a mi oficina en Salvador de Madariaga, pliego la bici y al ascensor.
Me siento en mi sitio a las 8.05. Me bajo a desayunar como Dios manda.
Calculo que entre las incidencias de Atocha, las paraditas para enfilar la calle correcta sin meter la pata (con calma) y demás habré perdido unos 15 minutos, con lo que con práctica tardo menos que si voy en metro, aunque esto la verdad es que no me importa demasiado, me compensaría tardar un poquito más sólo por el placer de ir en bici.
Del coche, atascos en la M-30, gasto de gasolina mensual, aparcar y tal mejor ni hablamos.
Conclusiones finales:
Los conductores son bastante educados (al menos hoy lo han sido), y por norma general si tu respetas, ellos respetan.
Hay que ir con mil ojos, en un cruce de Maiquez un taxista se ha saltado el típico semáforo que se acaba de cerrar y ha pasado muyyy cerca. A mí por supuesto no me ha visto.
Las calles que he seguido, tal y como indica el plano, son muy tranquilas, muchas de único sentido y perfectas para rodar en bici, sin "doble fila", o carga-descarga que siempre incordian mucho.
Me ha encantado la experiencia, el año pasado hacía Chamartín-Manoteras, pero esto es otra historia, más ciudad, más kilómetros y más bonito.
He pasado de coger 40 minutos de transporte público y 15 andando a 20 de tren y 25 de bici (con la práctica estoy seguro de que será algo así).
El próximo día me llevo guantes y pongo la mochila en el portabultos para que no me sude la espalda, ¿me debería poner el casco?
A partir de ahora esto no se quedará en biciviernes, será bicilunes, bicimartes, bicimiércoles..., además, como atleta popular que soy, me viene muy bien como "entrenamiento invisible".
Gracias otra vez a Villarramblas y a Gonzalo por vuestra ayuda y vuestros consejos, que me han resultado más que útiles.
Saludos, Luis