Un día se me va a ir la pinza y le daré una patada a una de esas bicis. Circulan ilegalmente por las aceras ignorando los carriles bici o las ciclocalles (calles con prioridad para las bicicletas), y no hay nada que me enerve más que un ciclista con cara de pardillo me chupe el culo tocando la campanita de los cojones para que le deje pasar. Pues no, no voy a dejarte pasar. Y es más, oscilaré para ocupar toda la acera, para que estés inseguro a la hora de adelantar, moveré las sillas de las terrazas en cada bar que pase a ver si así te tropiezas y haces uso del casco que no llevas pero deberías.
Eso sí, un consejo: Si escuchas la campanita detrás de ti, antes de llevar a cabo tan vil y justiciero comportamiento, asegurate de que te sigue un bicicleta, y no una silla de ruedas. A mí me ha pasado.