El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha apostado por "pacificar" el tráfico de las ciudades ampliando las zonas con una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora -la conocida como "zona 30"- a todas las áreas residenciales y vías adyacentes. Navarro, en una comparecencia ante la Comisión de Interior del Senado, se ha mostrado convencido de que si los conductores respetaran los semáforos y el límite vigente de 50 kilómetros por hora y llevaran puesto el cinturón, sólo habría golpes "de chapa" y se reducirían al máximo las víctimas mortales en zona urbana.

El responsable de la DGT ha reconocido que su departamento no tiene competencias sobre el tráfico en las ciudades, pero ha dicho que no vale escudarse en que la autonomía municipal es "sagrada" para no hacer frente a un problema que es "de todos". "Hay que incidir en la disciplina en los semáforos y la velocidad en las ciudades. La gravedad de las lesiones se agrava con la velocidad", ha recordado. Según sus datos, el año pasado murieron aproximadamente unas 600 personas en accidentes de tráfico en ciudad. De éstos, casi la mitad -275 personas- eran peatones, 200 circulaban en moto, unas 100 en turismo y 13 iban en bicicleta.
El responsable de la DGT ha reconocido que su departamento no tiene competencias sobre el tráfico en las ciudades, pero ha dicho que no vale escudarse en que la autonomía municipal es "sagrada" para no hacer frente a un problema que es "de todos". "Hay que incidir en la disciplina en los semáforos y la velocidad en las ciudades. La gravedad de las lesiones se agrava con la velocidad", ha recordado. Según sus datos, el año pasado murieron aproximadamente unas 600 personas en accidentes de tráfico en ciudad. De éstos, casi la mitad -275 personas- eran peatones, 200 circulaban en moto, unas 100 en turismo y 13 iban en bicicleta.