Fuente: a7.com.mx
En la última década, con el socialista Bertrand Delanoë al frente de la alcaldía de París, el 40% de los habitantes de la capital de Francia ha renunciado al coche y ahora va a pie o usa los transportes públicos y la bicicleta. La guerra contra el tráfico rodado y la polución emprendida por el alcalde socialista, que termina su mandato en 2014, está todavía en marcha. En noviembre pasado, Deloanoë lanzó un nuevo plan para restringir aun más la circulación y mejorar el aire de la Ciudad Luz. Entre las nuevas medidas está la reducción de la velocidad a 30 kilómetros por hora en nuevas áreas de la capital y las zonas adyacentes a los colegios e instalaciones deportivas o culturales, y la reducción de la velocidad en el cinturón periférico en 10 kilómetros / hora, para pasar de 80 km/h a 70 km/h.

En una década, Delanoë ha robado 75 hectáreas de terreno a los coches para dárselo a los peatones, las bicis y otros medios ‘limpios’. Hace unos días, ha empezado la gran obra en la orilla izquierda del Sena, que ajardinará gran parte del paseo fluvial desde el distrito 7 al 13 y quitará varios kilómetros de asfalto a los vehículos a motor para dárselo a las bicicletas. Vélib, el sistema municipal de alquiler, tiene 250.000 abonados, y la bici supone el 3,1% de los desplazamientos.
Algunos medios y ciudadanos han criticado a la alcaldía por ser “menos audaz” al combatir el gran punto negro de la polución: la masiva presencia de coches diesel. El alcalde ha pedido al Ejecutivo que reduzca de forma progresiva las ventajas fiscales a los diesel, responsables de emisiones de partículas finas y muy finas, de probado efecto cancerígeno según la Organización Mundial de la Salud y que hacen de París una de las ciudades más contaminadas de Europa. El 60% de los autobuses urbanos funcionan con diésel.
En la última década, con el socialista Bertrand Delanoë al frente de la alcaldía de París, el 40% de los habitantes de la capital de Francia ha renunciado al coche y ahora va a pie o usa los transportes públicos y la bicicleta. La guerra contra el tráfico rodado y la polución emprendida por el alcalde socialista, que termina su mandato en 2014, está todavía en marcha. En noviembre pasado, Deloanoë lanzó un nuevo plan para restringir aun más la circulación y mejorar el aire de la Ciudad Luz. Entre las nuevas medidas está la reducción de la velocidad a 30 kilómetros por hora en nuevas áreas de la capital y las zonas adyacentes a los colegios e instalaciones deportivas o culturales, y la reducción de la velocidad en el cinturón periférico en 10 kilómetros / hora, para pasar de 80 km/h a 70 km/h.
En una década, Delanoë ha robado 75 hectáreas de terreno a los coches para dárselo a los peatones, las bicis y otros medios ‘limpios’. Hace unos días, ha empezado la gran obra en la orilla izquierda del Sena, que ajardinará gran parte del paseo fluvial desde el distrito 7 al 13 y quitará varios kilómetros de asfalto a los vehículos a motor para dárselo a las bicicletas. Vélib, el sistema municipal de alquiler, tiene 250.000 abonados, y la bici supone el 3,1% de los desplazamientos.
Algunos medios y ciudadanos han criticado a la alcaldía por ser “menos audaz” al combatir el gran punto negro de la polución: la masiva presencia de coches diesel. El alcalde ha pedido al Ejecutivo que reduzca de forma progresiva las ventajas fiscales a los diesel, responsables de emisiones de partículas finas y muy finas, de probado efecto cancerígeno según la Organización Mundial de la Salud y que hacen de París una de las ciudades más contaminadas de Europa. El 60% de los autobuses urbanos funcionan con diésel.