Viernes 13 y sábado 14 de diciembre en Slowroom
El que más y el que menos ha sido sobrepasado alguna vez por
un ciclista bien vestido y bien compuesto que, sin apenas despeinarse, subía la
misma rampa que a nosotros -pobres mortales- nos suponía poco menos que echar
los higadillos por la boca hasta que reparábamos en un pequeño artilugio que
descansaba sobre el portabultos de la bicicleta.... ¡eléctrica!.
¿Y quién no ha sentido alguna vez la curiosidad de saber cómo
se circula en un trasto de ésos? Pues bien... para los curiosos y para los
indecisos que aún no hayan disipado sus dudas sobre si dar no el salto hacia la
electrificación de sus pedaleos, durante dos días tendrán la oportunidad de resolver el dilema.