Suelen ser calles mas residenciales que comerciales donde el tráfico es más de buscar sitio para aparcar o entrar y salir de aparcamientos subterráneos.
Por sus características nunca son la primera opción de ruta para un automóvil por lo que suelen tener baja densidad de tráfico que además se mueve a bajas velocidades debido a que están constantemente interrumpidas por pasos de cebra y cruces sin semáforo. Como además suelen tener arbolado, son calles muy agradables por la menor contaminación acústica y ambiental y por la sombra disponible en verano.
Pero como nada es perfecto, estas calles tienen dos problemas :
1 - Cuando se atascan de coches no hay forma de adelantarlos
2 - Cuando es cuesta arriba, la especialmente lenta circulación de la bici produce una situación socialmente incómoda
Dentro de este grupo de calles tranquilas, existen un tipo especial, que son las que tienen un único carril de ancho mayor de lo normal, excesivo para un único carril y escaso para dos. En estas calles nunca se ha utilizado pintura hasta que ha habido que delimitar las plazas de aparcamiento.
Posteriormente en las que se pintaron marcas de ciclocarril, se hizo en el centro de la calle, como un único carril. Es decir, que para el ayuntamiento por ahí solo debe circular un vehículo a la vez.
Calle Modesto Lafuente
Sin embargo su ancho excesivo empuja a las bicis a desobedecer la ordenanza y abandonar el centro. Ya sea por miedo, vergüenza, cortesía o recordando aquella obligación de vía interurbana del código de circulación de “favorecer el adelantamiento al resto de vehiculos”, el caso es que utilizar esa calle genera dudas y tras las duda viene la polémica.