Moviéndome en bici por Sevilla
Durante el pasado congreso Velo-City tuve la suerte de disponer durante cuatro días de la tarjeta de usuario del Sevici por lo que se puede decir que experimente en mis piernas las bondades (y conflictos) de la bicicleta en Sevilla. Mi visión por tanto en totalmente subjetiva y tiene el sesgo de un madrileño usuario habitual de la bici aunque poco acostumbrado a ver tanto ciclista por todas partes.
Toma de contacto
Mi primera toma de contacto con la bici es rápida ya que el sistema para liberar la bicicleta de la base del Sevici es relativamente rápido y sencillo de entender. Pasas la tarjeta por el lector, sigues unas mínimas instrucciones, seleccionas la bici que vas a liberar, tecleas su número y la retiras. El problema es que debido al éxito del sistema no siempre hay bicis disponibles. Un dato importante es que si hay varias bicis para elegir has de mirar que las distintas partes y componentes de la bici seleccionada estén en su sitio: pedales, sillín, etc. Si solo queda una bici en la base puede ser que esta se encuentre averiada y que el sistema la haya bloqueado para evitar su uso hasta ser reparada. Lo cierto es que a primera hora de la mañana gran parte de las bases están vacías y eso aunque fastidie mucho es una excelente señal.