Desde 2008 recorriendo las calles de Madrid y años más tarde su Sierra, el incremento de mujeres sobre las dos ruedas que he percibido ha sido sustancial. De hecho; comprar mi primera bici fue algo bastante intuitivo, en el 2010 no habían bicicletas enfocadas a la morfología femenina. Con el paso de los años, esto ha ido cambiando. Desde el 2014 se rumoreaba el avance de las bicicletas para chicas en el mercado y si bien no es el tema que deseo tocar en esta oportunidad, da para un artículo más.
A lo largo de 5 años aprendiendo de mis compañeros; a rodar, maniobrar, reparar y limpiar la bicicleta que me acompaña, cabe resaltar el aprender a vestir en cada salida para cada estación del año. Diferentes términos y cualidades claves; transpirable, waterproof, térmico, cortaviento, costuras planas, reflectante. Como voces susurrando mi oreja cada vez que entro en una tienda para elegir equipación. Más de una vez he salido sin comprar, no porque no tuvieran dichas cualidades, sino porque eran poco atractivas y quedaban un tanto raras en mi cuerpo. Sumemos el desconocimiento de la parte clave para la comodidad sobre una bicicleta; la badana, y la compra se hace cuesta arriba.