Subvencionando el combustible más contaminante...
España ha pasado de ser un país de coches de gasolina a otro de coches diésel. El fenómeno es tal que hoy siete de cada diez coches que se venden se alimentan con gasóleo. Pero ¿está justificada esta fiebre? Lo está para un sector de la población, el de quienes recorren grandes kilometrajes anuales. Para el conductor medio no tanto, sobre todo porque los precios del gasóleo se acercan a los de la gasolina o incluso los rebasan si no se cuenta su menor fiscalidad. El último elemento del debate ha sido la constatación de que el diésel es más nocivo para la salud, porque emite menos CO2, pero más de otras partículas que contaminan las ciudades.
Los motores diésel son, eso sí, más eficientes. Cuesta más, pero consume menos que los de motor de gasolina, aunque estos han recortado distancias. Por otro lado, los motores diésel se han ido equiparando en potencia a los de gasolina. Y los expertos consultados dicen que aunque el motor diésel gasta menos y el precio del gasóleo ha sido tradicionalmente más barato, contamina más por partículas y por óxido de nitrógeno (NO2). Lo que más afecta al ciudadano.