Escrito el 23 de agosto por wheels

Es motivo de lamento y gran polémica, en este y otros blogs, la cuestión de la circulación por las vías urbanas.
Se pide que se circule con normalidad, siguiendo el código de circulación y la ordenanza de movilidad de la ciudad, a lo que muchos replican con argumentos de miedo y peligro de la integridad física, vestidos de racionalidad, haciéndolos extensivos a cualquiera que lo haga y que solo serían erradicados mediante un carril bici dedicado y segregado.
Cualquiera que circule por Madrid podrá observar que básicamente hay cuatro patrones de circulación ciclista:
Los que circulan por las aceras
Son en realidad peatones con bici. Van subidos en una bici, pero siguen pensando como peatones. Simplemente han incorporado la bici a su forma de caminar. Circulan por la acera, muchos de ellos a la misma velocidad que cuando caminaban, con auriculares generalmente los mas jóvenes. Cruzando por pasos de peatones y semáforos, sorteando viandantes, arboles, mobiliario urbano, y en general todo tipo de obstáculos, de los que las aceras están llenas y raramente bajándose de la bici. Son gente de todas las edades, desde la adolescencia a la tercera edad. Algunos mas experimentados tratan de circulan mas rápido, topándose con la limitación de tener que evitar muchos obstáculos y a los imprevisibles peatones.
En segundo lugar podríamos hablar de los ciclistas clásicos
Deportistas acostumbrados a circular por los arcenes de carretera y siempre como deporte, esforzándose todo lo posible. Estos, al encontrarse en ciudad sustituyen los arcenes
por el carril bus y en su ausencia se colocan en el lateral del carril derecho. También acostumbrados a la ausencia de semáforos, estos son sustituidos en su comportamiento como señales de ceda el paso, nunca se paran en la linea de detención y atraviesan los cruces cuando tienen oportunidad.
En triste minoría se encuentra el ciclista urbano
Circula como un vehículo mas, lleva una bici, pero piensa como un coche, una moto o un camión, dependiendo del caso, porque no es exactamente ninguno de estos vehículos pero comparte características con todos.
Lamentablemente, existe también el ciclista de "hago lo que quiero con mi pelo"
Puede circular de cualquiera de las formas anteriormente descritas o muchas otras inimaginables. Suele conocer las normas y saltárselas despreocupádamente o bien las ignora y no tiene mucho interés en conocerlas.
Se considera al margen de los vehículos y de sus normas, a sabiendas de que al no llevar matrícula, muy gorda la tiene que liar para ser amonestado o sancionado.