¿Por qué se roban bicis? Bien, la respuesta es evidente: valen dinero y son relativamente fáciles de robar. Ahora bien, ¿por qué se roban tantas bicis? “La posibilidad de que te hurten una bici es tres veces mayor a que te hurten un coche o una moto”, afirma en Público Pedro Malpica, sociólogo de la Universidad de Sevilla, a falta de estadísticas policiales. En España se roban muchísimas bicis, pero lo mismo sucede en Europa o en Estados Unidos: se trata de una plaga mundial contra el medio de transporte más limpio y eficiente en ciudad.
Unos colegas míos en esto del ciclismo urbano y la blogocosa, el excelente Priceonomics, han analizado el robo de bicicletas desde su vertiente económica. Al fin y al cabo, los delitos contra la propiedad son una actividad económica más, por más que sean ilegales y, salvo excepciones, moralmente reprobables. En consecuencia, el ladrón de bicicletas hace un cálculo, teóricamente racional, entre el riesgo asumido y el beneficio obtenido al mangar una bici. El resultado está expresado en esta ilustrativa gráfica: aunque el beneficio económico no sea altísimo, lo cierto es que el riesgo de que te pillen es tan bajo -y el castigo tan leve- que merece la pena “invertir” en este sector: