Escrito por Verónika. Cualquier persona puede publicar un artículo enviándolo a enbici@espormadrid.es
En el día que los niños pudieron volver a ver la luz del sol me crucé con otra madre del mismo colegio al que mís dos hijos solían ir hace seis semanas (Dios, parecen años). Me comentó que era probable que los más pequeños no pudieran tener curso en septiembre.
Se me vino el mundo encima. Tienen dos y cuatro años, es decir, no tienen la presión de hacer selectividad ni nada similar, y hasta ese día no me había importado que se asilvestraran un poco. Total, dos meses sin clase es como unas vacaciones de verano. Yo ya me había hecho a la idea de que en otoño pudiéramos tener otro brote de virus y tocara algunas semanas más de confinamiento, pero esta posibilidad significaba dejarlos sin escolarizar durante ¿cuánto? Marzo, abril... septiembre, octubre... hasta que pase la gripe invernal ¿marzo de 2021?
Entendía que los más pequeños serían los primeros en ser recluidos al mínimo brote, pero me resistía a pensar que esa fuera la única opción. La enseñanza 100% virtual no está muy lograda, es injusta (brecha digital y desigualdad van de la mano) y en edades tempranas el contacto con otros niños es insustituible. Mis hijos tienen la suerte de estar educándose mutuamente, aprenden a gestionar conflictos, la mayor aprende enseñando al pequeño y el pequeño aprende imitando a la mayor. Amigos con hijos únicos de su edad no tienen esa suerte, y la carencia de trato social con niños de su edad puede pasar factura.
Quizá en un mundo en el que todo está por dibujar es posible imaginar otras realidades mejores, y contarlas para lograr que sucedan. Por eso escribo esto. Y aunque parezca que no tiene que ver con el contenido de un blog de bicis, la "nueva normalidad" que veo posible sí que habla de ella.

Se me vino el mundo encima. Tienen dos y cuatro años, es decir, no tienen la presión de hacer selectividad ni nada similar, y hasta ese día no me había importado que se asilvestraran un poco. Total, dos meses sin clase es como unas vacaciones de verano. Yo ya me había hecho a la idea de que en otoño pudiéramos tener otro brote de virus y tocara algunas semanas más de confinamiento, pero esta posibilidad significaba dejarlos sin escolarizar durante ¿cuánto? Marzo, abril... septiembre, octubre... hasta que pase la gripe invernal ¿marzo de 2021?
Entendía que los más pequeños serían los primeros en ser recluidos al mínimo brote, pero me resistía a pensar que esa fuera la única opción. La enseñanza 100% virtual no está muy lograda, es injusta (brecha digital y desigualdad van de la mano) y en edades tempranas el contacto con otros niños es insustituible. Mis hijos tienen la suerte de estar educándose mutuamente, aprenden a gestionar conflictos, la mayor aprende enseñando al pequeño y el pequeño aprende imitando a la mayor. Amigos con hijos únicos de su edad no tienen esa suerte, y la carencia de trato social con niños de su edad puede pasar factura.
Quizá en un mundo en el que todo está por dibujar es posible imaginar otras realidades mejores, y contarlas para lograr que sucedan. Por eso escribo esto. Y aunque parezca que no tiene que ver con el contenido de un blog de bicis, la "nueva normalidad" que veo posible sí que habla de ella.
