Como ya os habíamos anunciado, vuelven nuestras rutas. Desde luego adaptadas al momento que vivimos, siempre respetando las normas y sugerencias dictadas por las autoridades. Retomar las rutas, tiene mucho de retomar viejas costumbres y tradiciones. Y por supuesto, de retomar esas clásicas que tanta ilusión nos hicieron en nuestros comienzos. Y es que salir por primera vez desde Madrid rodando, siempre es especial, aprendes a unir caminos y tu cabeza comienza a imaginar nexos entre poblaciones vecinas. Aprecias paisajes que aunque puedan ser áridos, tienen consonancia con historias y costumbres. Y que nos trasladan, lejos de este Madrid que nos ha tenido confinados, a uno diferente, de pueblos, y de campos. Esa fue mi percepción de Madrid a Aranjuez.