La polarización mundial amenaza al activismo ciclista

lunes, 28 de diciembre de 2020

La polarización mundial amenaza al activismo ciclista

Escrito por John Fairton

Este blog es una tribuna libre. Cualquier persona puede publicar su artículo enviándolo a enbici@espormadrid.es

1. Hay una tendencia creciente de polarización de la sociedad frente a temas complejos. Esta radicalización se manifiesta en una menor tolerancia a aceptar las ideas ajenas, preferencia a relacionarse sólo con quien piensa de manera similar y un desprecio hacia las personas que defienden posturas opuestas a las propias. Como derivada, los perfiles que aún defienden posturas mixtas, de consenso o intentan tender puentes son hostigados de manera creciente por las posturas extremas. (1)

2. Esta tendencia es mundial, sucede en multitud de países. Y se ha acrecentado agudamente en los últimos 5 años. (2)

3. Afecta a todos los niveles. No se limitan al debate político, sino que van impregnando las capas de la sociedad, desde las organizaciones civiles hasta los grupos de amigos e incluso familiares. (3)

4. Internet es un factor determinante, y en concreto, las grandes redes sociales (Facebook, Twitter, Youtube, etc...). Se trata de gigantescas empresas cuyo poder consiste en conseguir que el mayor número de personas sea dependiente de sus redes, algo que se consigue con mucha más facilidad cuando los contenidos son virales que cuando son útiles o de calidad. La viralidad es más fácil de conseguir mediante sentimientos primarios: pertenencia a un grupo, falta de crítica hacia lo propio y hostilidad hacia el que no forma parte del grupo. Cualquier contenido que ahonde en estos valores tendrá una difusión asegurada gracias a las personas con posturas más extremas. Así, los algoritmos acaban premiando los perfiles y contenidos radicales, amplificando su representación en la red a costa del resto. (4)

5. Las redes sociales también radicalizan a los moderados, no se limitan a premiar los perfiles y contenidos radicales. La selección de contenidos "recomendados" en virtud del historial de preferencias del usuario acaba filtrando cualquier tipo de idea ajena y potenciando aquellos contenidos que dan la razón. Son las llamadas cámaras de resonancia. (5)

6. Las organizaciones civiles presentes en redes sociales no son ajenas a esta tendencia. Cuando se trasladan los debates desde entornos presenciales hacia las redes sociales, se produce una dinámica por la cual las opiniones que son redifundidas, y por tanto, sometidas al aplauso de unos y la crítica de otros tienden a radicalizarse. Las posturas intermedias o de consenso se defienden en privado, y temas de disenso que en persona son menores se convierten en líneas rojas en la red. Así, los debates en redes tratan cada vez menos sobre los objetivos originales de los colectivos, y cada vez más con hacer demostraciones identitarias, esto es, la fidelidad al bando. (6)

7. Las confrontaciones identitarias llevan a escaladas de conflicto. Si no se atajan en estadios tempranos acaban por provocar daños al conjunto de la sociedad (incluyéndose uno mismo y su propio grupo) con tal de acabar con el oponente. (7)

8. El activismo ciclista en Madrid es una víctima más de esta dinámica. A diferencia del activismo ciclista de otras ciudades de España, tiene la suficiente entidad y cantidad de participantes como para poderse generar facciones de un tamaño capaz de generar cámaras de resonancia y sentir la pertenencia a un grupo, y por tanto, entrar al juego de la escalada del conflicto. Las reacciones ante hechos importantes muestran que actualmente la voluntad no es aprovechar las diferencias para encontrar soluciones más sólidas a los problemas, sino dejar claro que "el otro" es alguien que debe desaparecer en aras del bien común. También está en una fase en la que ese "bien común" ya no admite discusión entre las propias filas, a riesgo de considerarse traidor a la causa y ser expulsado del grupo. Se premia la fidelidad y se castiga el disenso.

9. Están en marcha varias estrategias para destruir al contrario en el activismo ciclista. Algunas de las más visibles que cualquiera que siga las redes sociales puede comprobar consisten en tratar de silenciar por todos los medios al oponente en lugar de rebatirlo, su desacreditación como personas no respetables en foros públicos o el hostigamiento coletivo a quien expresa opiniones contrarias (9).

10. Se pueden ver ya consecuencias negativas en la sociedad de esta dinámica. Las propuestas realizadas desde el activismo en foros públicos, hacia el Ayuntamiento o en medios de comunicación son cada vez más unidimensionales, al estar autocensurada cualquier aportación que pueda ser considerada "impura" y cerrando así el abanico de posibilidades. Esto las hace cada vez más inviables, ya que la ciudad es un ente complejo en el que el resultado que se lleva a cabo no es el mejor para una parte, sino el que consigue un consenso más amplio para ciudadanos con necesidades muy diversas. Llegar a una solución mediante renuncias parciales para conseguir un acuerdo se convierte en anatema, incluso en una habilidad incapaz de ejercerse por no haberse practicado internamente. (10)

11. Esto acaba generando en el activismo una frustración constante, al no ver jamás relación entre lo que defiende y lo que consigue. Sin embargo, la dinámica tribal le impide hacer autocrítica. La culpa siempre es "de otros", y por tanto, no hay manera de salir de la espiral. El activisimo se acaba convirtiendo en algo cada vez más incapaz de transformar la realidad, y deja de aportar valor a la sociedad. A la postre, muchos abandonan cansados por el frentismo y la falta de resultados, y los colectivos activistas tienen que empezar desde cero una y otra vez con nueva gente. Entre medias, existe riesgo severo de desaparecer o de volverse anecdótico. (11)