Salvador Sostres para elmundo.es
La tremenda irresponsabilidad de esa clase de padres que cargan a su hijo en la bicicleta y le llevan por la ciudad, arriba y abajo, entre motos y coches, con la sola protección de un casco normalmente de poca o de ninguna calidad. Estos padres merecerían ser apartados dos días de sus hijos para que pudieran sentarse y reflexionar. ¿Cómo pueden poner la vida de su prole en peligro de este modo tan intenso y tan absurdo?
Es muy propio de las sociedades destrozadas moralmente por la socialdemocracia que se llegue a la extrema degradación de pensar más en la protección del medio ambiente que de la vida de tu propio hijo o hija. Tales son los siniestros efectos de la propaganda más perniciosa del mundo. Como si no tuviéramos bastante con los accidentes de coche, como si ir en moto no fuera ya un exceso de temeridad, como si no hubiera suficientes familias noqueadas, destrozadas por tan mortíferos accidentes de tráfico.
La tremenda irresponsabilidad de esa clase de padres que cargan a su hijo en la bicicleta y le llevan por la ciudad, arriba y abajo, entre motos y coches, con la sola protección de un casco normalmente de poca o de ninguna calidad. Estos padres merecerían ser apartados dos días de sus hijos para que pudieran sentarse y reflexionar. ¿Cómo pueden poner la vida de su prole en peligro de este modo tan intenso y tan absurdo?
Es muy propio de las sociedades destrozadas moralmente por la socialdemocracia que se llegue a la extrema degradación de pensar más en la protección del medio ambiente que de la vida de tu propio hijo o hija. Tales son los siniestros efectos de la propaganda más perniciosa del mundo. Como si no tuviéramos bastante con los accidentes de coche, como si ir en moto no fuera ya un exceso de temeridad, como si no hubiera suficientes familias noqueadas, destrozadas por tan mortíferos accidentes de tráfico.