Casi nueve meses después de iniciar la búsqueda de un patrocinador privado para que se hiciese cargo de la gestión del circuito de BMX de Madrid Río, el Ayuntamiento ha decidido asumir la explotación de la pista. Desde que se terminó el verano pasado, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, no ha podido inaugurarlo porque nadie ha querido afrontar los costes del mantenimiento de un recinto en el que las apisonadoras tiene que modelar constantemente sus montículos de tierra.
Ahora, con Madrid Río terminado, el circuito de ciclismo acrobático, que costó 2,5 millones de euros, tenía que abrir sus puertas aun siendo el Ayuntamiento el que asumiese el coste. Mantenerlo abierto supondrá más de 195.000 al año entre limpieza, personal y mantenimiento. La Federación Madrileña de Ciclistas prestará, además, apoyo técnico y creará una escuela para formar a los nuevos ciclistas que quieran entrenarse en esta modalidad olímpica desde 2008. El acceso será libre, pero no gratuito.