Escrito el 15 de julio por Ripy

Hola,
En primer lugar las felicitaciones de rigor por el blog. Deciros que, en mi caso, ha sido decisivo para sacar la bicicleta del trastero y lanzarme a recorrer Madrid. Empecé a usar la bici para ir al trabajo un par de días a la semana hace algunos meses, hasta que hoy día y aprovechando el buen tiempo la estoy usando a diario. Lo cierto es que, salvo casos muy esporádicos, me he encontrado con respeto por parte de los conductores (ese era mi mayor miedo cuando comencé a usar la bici por la calzada).
Quería comentaros una anécdota un poco desagradable que me ocurrió el otro día. Normalmente combino la bicicleta con el tren, pero el otro día salí del trabajo un poco estresado y decidí volver a casa dando un paseo de unos 15 km que hago de vez en cuando (recorriendo parte del anillo verde). Tuve la mala suerte de pinchar cuando llevaba 5km de viaje, y la mala cabeza de no llevar parches ni cámara de repuesto (ni bomba, ya puestos).
Empujé la bici hasta que la parada de metro más cercana, que no estaba precisamente cerca. Al ir a entrar, y conociendo la normativa al respecto (el transporte de bicis está permitido de 10:00 a 12:30 y a partir de las 21:00, en ese momento eran alrededor de las 5 de la tarde) pedí amablemente al encargado de la taquilla si podía dejarme pasar dadas las circunstancias. Creo que el encargado en cuestión tuvo que mirar el cartelito del horario y su reloj antes de decirme que no, que era imposible dejarme pasar fuera de horario.
De nada me sirvió explicarle que había pinchado, que estaba lejos de casa, recordarle que no había estación de cercanías próxima y que entiendo que el horario restringido pretende ser orientativo, para evitar que las bicis molesten cuando hay aglomeraciones (cosa que en ningún caso ocurría en esa estación, poco transitada por lo general y menos aún una tarde de julio). Pero el funcionario de metro me dijo que las normas eran las normas y que luego las reclamaciones se las lleva él. ¿a quién podía molestarle yo con mi bici un día como ese, que no fuera a molestarle unas horas antes o después o un sábado o domingo, cuando las bicis son permitidas todo el día? ¿a quién iba a molestarle más que yo llevara una bici y no, digamos, tres maletas grandes? Es más, en caso de que así fuera ¿cómo iban a responsabilizarle a él, si yo llevaba la bici y podría haber accedido por cualquier otra estación? Pero nada, según él "ya se habían dado casos". Y ante la pregunta de si me podía dar alguna alternativa o si conocía alguna tienda de bicis donde pudieran hacerme un arreglo, se encogió de hombros y dijo que ni idea, que en cualquier caso no era su problema.
Como sólo me restaba cagarme en sus muertos e irme, simplemente me fui sin más. Empujé la bici hasta la siguiente estación y allí me metí sin preguntar. Ni que decir tiene que nadie pareció molestarse lo más mínimo y que nadie me dijo nada, incluyendo a un par de seguratas que me crucé en el propio vagón y durante un transbordo. Lo cierto es que me hubiera encantado que alguien me dijese algo, para alegar ignorancia sobre los horarios y responder que había entrado por la estación de Mar de Cristal, donde el taquillero me había abierto la puerta sin informarme al respecto y prestarme mucha atención, ya que parecía muy entretenido con su teléfono móvil (así al menos tendría uno de esos "casos"). Pero es que efectivamente, a nadie le molesta una bici llevada con un poco de sentido común.
Así que nada, aunque prefiera mil veces ir sobre mi bici al aire libre que junto a ella bajo tierra, realmente espero que llegue el día, no muy lejano, cuando Metro de Madrid decida hacer como Cercanías (donde ahora se pueden llevar bicis en cualquier momento, salvo que la ocupación sea muy alta en cuyo caso te "invitan" a coger otro tren, algo completamente lógico) y sustituya horarios restrictivos por sentido común y espiritu de convivencia, algo de lo que lamentablemente siguen careciendo algunos.
Un saludo y enhorabuena de nuevo por el blog,
Ripy.