José Vicente Gisbert “Cascoloco” termina la mítica prueba pirenaica sobre una Tallbike

Si pienso un poco, todo ha ido mucho mejor de lo esperado en esta QH de 2012. Ni un solo contratiempo por parte de la Tallbike ni del jinete en los 205 km y cuatro puertos de la prueba. Ha resultado ser un fin de semana muy divertido y difícil de olvidar.
Llegamos el viernes por la tarde a Sabiñánigo Juanjo “Champ” y el autor de esta modesta crónica. Javi Pavón no pudo acompañarnos por problemas laborales de última hora, pero seguro que el año que viene tendrá vía libre para intentarlo. Por supuesto que también venía con nosotros mi Tallbike. Tras dejar la bici en el stand de Ciclismo a Fondo y saludar a mis amigos de la revista, fuimos a recoger los dorsales y a echar una ojeada a los stands. Nos reunimos con los “pakeftes” (La élite de Pedalibre y escoria del pelotón), con los que íbamos a compartir alojamiento en Orós Bajo, un pequeño y coqueto pueblo a unos 11 km de Sabiñánigo.
Madrugón, desayuno, vestirse de ciclista… y rumbo a la salida de la QH. Por el camino ya empieza la gente a mirar extrañada el “invento”, aunque algunos están tan nerviosos y concentrados que aunque un marciano les invitase a subir a su platillo volante le diría: “-¡Quita bicho!, tengo que correr la Quebrantahuesos, la prueba que llevo todo el año preparándome con los entrenamientos de Chema Arguedas-”.