Las vías ciclistas suelen tener unas nomenclaturas que no dan una idea clara de cómo va a ser la interacción con el tráfico o los peatones. Los nombres oficiales de "carril-bici" "pista-bici" "acera-bici" o "senda ciclable" a menudo reflejan diseños muy distintos dentro de un mismo nombre, con diferentes dificultades de gestión.
Incluso un mismo tipo de vía pasa a denominarse "acera-bici" o "carril-bici" por algo tan poco relevante para el ciclista como la altura del bordillo que lo separa de la acera.
Queremos proponer una clasificación en cuatro niveles de segregación ciclista: Cada nivel implica una manera distinta de gestionar el tráfico motorizado y los flujos peatonales y transmite una idea clara al usuario de lo que se va a encontrar, de manera independiente a las confusas clasificaciones actuales.
Para que sean fácilmente reconocibles las hemos nombrado usando la analogía de un modo de transporte.