El caso de una ciudad ciclista sin carriles-bici ni restricciones al tráfico
Si en el artículo anterior veíamos cómo era posible que una ciudad se volcase en la bici apostando por las restricciones al tráfico más que por los carriles-bici, hoy vamos con algo más difícil todavía.
¿Se imaginan una ciudad europea con un uso de la bici superior al 15% sin carriles-bici, ni bici pública… compartiendo calzada con un tráfico infernal a todas horas, incluso niños y abuelas?
Esa situación existe, y EnbiciporMadrid ha estado allí
Fotos de EnbiciporMadrid si no se indica lo contrario
Uno de los casos más extremos es la costa italiana del golfo de Génova, la más pegada a Francia. Allí la cercanía de los Alpes concentra la población en una densísima ciudad lineal de 1,5 millones de personas junto al mar en apenas 1 km de ancho. La mala planificación urbanística de Italia ha convertido la movilidad en una odisea, permitiendo edificar casitas en los montes cercanos que dependen del coche para todo o careciendo de mecanismos estatales para duplicar un tendido férreo que parte los municipios como un bisturí sin poder ofrecer una frecuencia acorde a la demanda.


El equivalente a la N-340 en España que recorre toda la costa Mediterránea conserva todavía el nombre de tiempos del Imperio Romano por los cientos de municipios que atraviesa (lo que es muy práctico para orientarse). Esta carretera… mejor dicho, esta travesía de un carril por sentido y exiguas aceras ha sido la única vía de comunicación entre pueblos de la costa hasta 1970. En bastantes casos, la vía Aurelia va pegada al mar. Pocos son los municipios afortunados que han tenido espacio para tener un paseo marítimo. Muchos han privatizado las playas


El atasco es continuo todo el año: si en verano aquello se llena de familias con niños, en invierno los jubilados del norte de Europa dan el relevo. El bus, claro está, usa esta pista de baile de coches como única opción. Siempre atestado y sin espacio para un carril propio.
Para paliar estos atascos, agravados por las cientos de casitas que tienen un trayecto caminando más que horrible hasta el pueblo, muchos municipios decidieron poner limitaciones al uso del coche con un curioso sistema: la limitación gratuita de una hora (que no se diga que se intenta recaudar). El resultado ha sido muy interesante: ahora hay mayor rotación de las plazas de aparcamiento, y por tanto, mayor movimiento de coches.

Hace 40 años que se prevé tierra adentro un nuevo trazado ferroviario doble. Entre tanto, los terrenos reservados han sido edificados haciendo el proyecto inviable.

El acceso a la autostrada, además de caro es complejo. Hay que subir unos cuantos kilómetros de carretera de montaña para alcanzarla. Así, sólo compensa para recorrer largas distancias, pero en trayectos menores de 10 km es completamente inútil.


¿Creen que esas bicis están reservadas a varones en buena forma física o que circulan por la acera? Se equivocan: Es común ver a niños o a abuelas circulando, siempre por la calzada. Quizá la única ventaja que tiene el atasco perpetuo es que el tráfico no es rápido. Pero no existe la cultura del miedo respecto a usar la bici junto a los coches que tan familiar nos resulta. Y eso que hablamos de conductores italianos, que adelantan sin dejar ni un metro.
Por supuesto, lo de circular ocupando todo el carril como se está aconsejando en las ciudades españolas es una utopía resesrvada a calles secundarias. Allí, el reparto modal a favor de la bici puede llegar a triplicarse y ofrecer este aspecto.

Un caso particular es el paseo marítimo, sólo presente en algunos tramos de costa. Una medición: sólo 2 de 26 bicis circulaban por el paseo, el resto prefirió calzada en una configuración muy similar a la de Madrid Río, y los que querían ir en sentido contrario buscaban calles paralelas. Cierto que una descolorida línea roja indica que ese es el camino de las bicis, pero no tiene ninguna diferencia respecto al resto de calles. Igual basta con un poco de pintura en la calzada también en Madrid para que los más veloces se animen a abandonar la zona de paseo.
Aquí se puede ver la calzada y el paseo marítimo de Loano en este punto, ambas fotos tomadas a la misma hora.


También se ve aquí que por muchas bicis que aparezcan, los coches no tienden a desaparecer. Al contrario, el hueco que deja un conductor al pasarse a la bici lo ocupa otro conductor. Así, si queremos una ciudad donde se use menos el coche, hay que tomar medidas para que se use menos el coche, aunque parezca una consigna del capitán Obvio. La gente ya tomará otros medios de transporte, entre ellos la bici (sobre todo la bici, si el transporte público no es una buena opción).
Sin embargo, se puede potenciar la bici y no por ello quitar coches de enmedio. ¿Una ciudad con muchas bicis y muchos coches? Parece preferible el modelo de Florencia, pero sin olvidarse de que las ciudades van mucho más allá de los cascos históricos.
La bici en Benidorm:La bici busca su sitio despacio, demasiado despacio
Esa situación existe, y EnbiciporMadrid ha estado allí
Fotos de EnbiciporMadrid si no se indica lo contrario
La costa más compleja de Italia
Las orillas del Mediterráneo llevan siglos densamente pobladas, y décadas formando un continuo urbano de miles de kilómetros desde Cádiz hasta Estambul, siguiendo el itinerario EuroVelo 8, en el que se entremezclan ciudades, urbanizaciones, campos, ferrocarriles y autovías con bastante complejidad.Uno de los casos más extremos es la costa italiana del golfo de Génova, la más pegada a Francia. Allí la cercanía de los Alpes concentra la población en una densísima ciudad lineal de 1,5 millones de personas junto al mar en apenas 1 km de ancho. La mala planificación urbanística de Italia ha convertido la movilidad en una odisea, permitiendo edificar casitas en los montes cercanos que dependen del coche para todo o careciendo de mecanismos estatales para duplicar un tendido férreo que parte los municipios como un bisturí sin poder ofrecer una frecuencia acorde a la demanda.
La vía Aurelia
El equivalente a la N-340 en España que recorre toda la costa Mediterránea conserva todavía el nombre de tiempos del Imperio Romano por los cientos de municipios que atraviesa (lo que es muy práctico para orientarse). Esta carretera… mejor dicho, esta travesía de un carril por sentido y exiguas aceras ha sido la única vía de comunicación entre pueblos de la costa hasta 1970. En bastantes casos, la vía Aurelia va pegada al mar. Pocos son los municipios afortunados que han tenido espacio para tener un paseo marítimo. Muchos han privatizado las playas
El atasco es continuo todo el año: si en verano aquello se llena de familias con niños, en invierno los jubilados del norte de Europa dan el relevo. El bus, claro está, usa esta pista de baile de coches como única opción. Siempre atestado y sin espacio para un carril propio.
Para paliar estos atascos, agravados por las cientos de casitas que tienen un trayecto caminando más que horrible hasta el pueblo, muchos municipios decidieron poner limitaciones al uso del coche con un curioso sistema: la limitación gratuita de una hora (que no se diga que se intenta recaudar). El resultado ha sido muy interesante: ahora hay mayor rotación de las plazas de aparcamiento, y por tanto, mayor movimiento de coches.
El ferrocarril
Una vía única encajada entre todas las casas es la única alternativa al atasco. El encaje de bolillos para dejar pasar un tren en los ensanchamientos que producen las estaciones logra el milagro: un tren a la hora de aquellos vagones ochenteros que hará la delicia de cualquier romántico. A pesar de la baja frecuencia, los numerosos cruces a nivel cortan los pueblos a menudo, gracias las barreras, que previsoramente bajan 10 minutos antes de que pase el tren.Hace 40 años que se prevé tierra adentro un nuevo trazado ferroviario doble. Entre tanto, los terrenos reservados han sido edificados haciendo el proyecto inviable.
La autostrada dei fiori
La autopista de peaje más cara de Italia se encuentra aquí: Nacida originalmente como carretera de doble sentido, y duplicándose más tarde, sortea las penurias de la costa ligur a lo bruto: más de 50 túneles y sus correspondientes viaductos jalonan toda la costa, con verdaderos alardes tecnológicos como este viaducto de Polcevera que sobrevuela toda la ciudad de Génova. Su tercer carril la ha dejado sin arcenes.El acceso a la autostrada, además de caro es complejo. Hay que subir unos cuantos kilómetros de carretera de montaña para alcanzarla. Así, sólo compensa para recorrer largas distancias, pero en trayectos menores de 10 km es completamente inútil.
La salvación, la bici
Así, sin transporte público, y con la única vía de comunicación atascada permanentemente, la bici aparece como solución lógica, completada con la bici eléctrica para acceder a las casitas de las montañas. Alguna medición in situ: en la Vía Aurelia, el 15% del tráfico es ciclista.¿Creen que esas bicis están reservadas a varones en buena forma física o que circulan por la acera? Se equivocan: Es común ver a niños o a abuelas circulando, siempre por la calzada. Quizá la única ventaja que tiene el atasco perpetuo es que el tráfico no es rápido. Pero no existe la cultura del miedo respecto a usar la bici junto a los coches que tan familiar nos resulta. Y eso que hablamos de conductores italianos, que adelantan sin dejar ni un metro.
Por supuesto, lo de circular ocupando todo el carril como se está aconsejando en las ciudades españolas es una utopía resesrvada a calles secundarias. Allí, el reparto modal a favor de la bici puede llegar a triplicarse y ofrecer este aspecto.
Un caso particular es el paseo marítimo, sólo presente en algunos tramos de costa. Una medición: sólo 2 de 26 bicis circulaban por el paseo, el resto prefirió calzada en una configuración muy similar a la de Madrid Río, y los que querían ir en sentido contrario buscaban calles paralelas. Cierto que una descolorida línea roja indica que ese es el camino de las bicis, pero no tiene ninguna diferencia respecto al resto de calles. Igual basta con un poco de pintura en la calzada también en Madrid para que los más veloces se animen a abandonar la zona de paseo.
Aquí se puede ver la calzada y el paseo marítimo de Loano en este punto, ambas fotos tomadas a la misma hora.
Conclusión: más bicis no significa menos coches
Pues eso, aún sin limitar el número de coches es posible que haya un alto porcentaje de uso de bici por la calzada sin excluir edades, aunque no sea lo más cómodo del mundo.También se ve aquí que por muchas bicis que aparezcan, los coches no tienden a desaparecer. Al contrario, el hueco que deja un conductor al pasarse a la bici lo ocupa otro conductor. Así, si queremos una ciudad donde se use menos el coche, hay que tomar medidas para que se use menos el coche, aunque parezca una consigna del capitán Obvio. La gente ya tomará otros medios de transporte, entre ellos la bici (sobre todo la bici, si el transporte público no es una buena opción).
Sin embargo, se puede potenciar la bici y no por ello quitar coches de enmedio. ¿Una ciudad con muchas bicis y muchos coches? Parece preferible el modelo de Florencia, pero sin olvidarse de que las ciudades van mucho más allá de los cascos históricos.
Artículos relacionados
La bici en Florencia: un caso de ciudad ciclista sin necesidad de carriles bici ni bici públicaLa bici en Benidorm:La bici busca su sitio despacio, demasiado despacio