En mayo de 2015, Liberty Seguros se convirtió en la primera empresa que establecía un plan de incentivos a sus empleados por ir en bici en tres ciudades de España al mismo tiempo: Madrid, Barcelona y Bilbao. Aunque ha habido algún caso previo local, la escala de esta experiencia (más de 1000 empleados beneficiados) y la variedad de medidas lo convierte en un caso de estudio valiosísimo para predecir el resultado de estas políticas si se aplicaran a nivel nacional, como se está haciendo en Francia, Reino Unido o Bélgica.
Gracias a que la parte empresarial de este blog ha estado a cargo de monitorizar dicho programa podemos presentaros en exclusiva los resultados de los 6 primeros meses, desde mayo hasta noviembre de 2016. En los próximos días, los iremos publicando en varios artículos.
El informe está disponible en formato PDF para su descarga
Para quien se muera de impaciencia le adelantamos algunas conclusiones:
1. Pagar por ir en bici a trabajar tiene un efecto limitado. Mucha gente se ha quedado fuera del programa por barreras que el dinero no puede vencer, principalmente el tiempo de viaje y la dificultad para recoger a los niños a la salida del cole. A fin de cuentas, el coste es el menor de los problemas para quien va en bici.
2. Este incentivo es eficaz las primeras semanas. Tras ese tiempo, la gente o bien lo deja porque no le convence a pesar de la recompensa o bien se convierte en un ciclista habitual que no necesita que le paguen, porque ya se está beneficiando de las ventajas de ir en bici.
3. Otras medidas también efectivas. Un sitio seguro para guardar la bici, duchas, las clases de circulación o el mero apoyo institucional de la empresa se han mostrado tan convincentes como el dinero de cara a empezar a ir en bici.
4. El programa no ha reducido la brecha de género. La tradicional proporción de 1 mujer por cada 3 varones ciclistas no se ha logrado corregir en ninguna ciudad.
5. ...pero las medidas que tienen éxito sí que varían según la ciudad. Posiblemente una única medida sí hubiera mostrado diferencias entre ciudades. Cuando son varias, se consigue atacar problemas específicos de cada ciudad.
En los próximos días, 6 artículos más darán detalles (y suculentos gráficos) sobre este ambicioso programa.
Gracias a que la parte empresarial de este blog ha estado a cargo de monitorizar dicho programa podemos presentaros en exclusiva los resultados de los 6 primeros meses, desde mayo hasta noviembre de 2016. En los próximos días, los iremos publicando en varios artículos.
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Para quien se muera de impaciencia le adelantamos algunas conclusiones:
1. Pagar por ir en bici a trabajar tiene un efecto limitado. Mucha gente se ha quedado fuera del programa por barreras que el dinero no puede vencer, principalmente el tiempo de viaje y la dificultad para recoger a los niños a la salida del cole. A fin de cuentas, el coste es el menor de los problemas para quien va en bici.
2. Este incentivo es eficaz las primeras semanas. Tras ese tiempo, la gente o bien lo deja porque no le convence a pesar de la recompensa o bien se convierte en un ciclista habitual que no necesita que le paguen, porque ya se está beneficiando de las ventajas de ir en bici.
3. Otras medidas también efectivas. Un sitio seguro para guardar la bici, duchas, las clases de circulación o el mero apoyo institucional de la empresa se han mostrado tan convincentes como el dinero de cara a empezar a ir en bici.
4. El programa no ha reducido la brecha de género. La tradicional proporción de 1 mujer por cada 3 varones ciclistas no se ha logrado corregir en ninguna ciudad.
5. ...pero las medidas que tienen éxito sí que varían según la ciudad. Posiblemente una única medida sí hubiera mostrado diferencias entre ciudades. Cuando son varias, se consigue atacar problemas específicos de cada ciudad.
En los próximos días, 6 artículos más darán detalles (y suculentos gráficos) sobre este ambicioso programa.
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