Tramo 2: desde Manzanares el Real a Miraflores de la Sierra (y regreso a Colmenar Viejo)
(...la ruta la empezábamos en el artículo anterior)
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El tramo de la ruta que bordea el embalse de Santillana pensábamos realizarlo por el camino que discurre paralelo a la carretera, pero las lluvias de los últimos días lo habían convertido en un barrizal. Aunque no es muy recomendable porque hay bastante tráfico y circulan a gran velocidad, por una vez y sin que sirva de precedente, optamos por realizarlo por el arcén de la carretera. Cruzaremos las glorietas del Montañero, del Gato, y seguiremos por la M-608 unos 4 kilómetros hasta ver a la izquierda un desvío, hacia un camino de arena.
El camino que sube hacia la presa de Soto es una vía pecuaria muy bien conservada, a veces transitada por coches y furgonetas. Durante algo más de 3 km sube y sube hacia la Presa que abastece a Soto.
La última vez que cruzamos el arroyo llevaba bastante más agua. Recuerdo que un ciclista que nos cruzamos no se atrevía a pasarlo montado en la bici, y por si acaso lo cruzó a pie mojándose las zapatillas. En esta ocasión iba casi seco.
Una vez llegados al depósito, el camino gira a la derecha y empieza el descenso hacia Soto del Real. Las vistas de Soto, y el embalse de Santillana son impresionantes, incluso en días nublados. Al fondo, en el horizonte, la silueta de Madrid.
Unos metros más adelante dejaremos el camino para girar a la izquierda y seguir subiendo hacia la parte alta del depósito. Por el camino veremos una bifurcación marcada en una piedra con dos flechas rojas señañando a izquierda y derecha. Nosotros cogeremos la de la derecha. Dejamos a nuestra izquierda la Hoya de San Blas (una ruta que seguro realizaremos en breve), y seguimos subiendo y subiendo hacia Miraflores de la Sierra.
Un pequeño tramo de pista de hormigón en bajada, y continuamos subiendo y subiendo. A nuestra izquierda empezamos a ver Miraflores entre los árboles, y si volvemos la vista atrás, podremos contemplar abajo Soto y el embalse de Santillana, y algo más a la izquierda el Cerro de San Pedro (una ruta muy recomendable, por cierto).
Hemos dejado a nuestra izquierda el desvío al Puerto de la Morcuera (otra ruta, también muy recomendable que tenemos en nuestra agenda para realizar en breve), y nos adentramos en el Robledal de la Dehesa.
Esta zona, ya en bajada, discurre por un impresionante robledal en el se agradece la sombra, y al llegar al final, también el agua fresca de la fuente, una de las pocas que encontraremos en el camino.
Una vez cruzado el puente entramos por la M-611 en el pueblo de Miraflores de la Sierra. Merece la pena una parada en la Plaza a tomar una cervecita frente al ayuntamiento. Mi cuentakilómetros marcaba 33,0 pero todavía nos faltaba volver a Colmenar Viejo.
Para volver a Soto del Real, hay muchos ciclistas que bajan por la carretera M-611, una carretera con muchas curvas y mucho tráfico. Nosotros optamos por volver por los caminos de tierra que discurren paralelos a ella, con grandes bajadas y subidas para acabar de machacarnos.
Para comer en Soto, después de 42 km de ruta, nada mejor que el bar Chozas, muy recomendable. No es muy caro: caña un euro, tapa un euro, costillar 13 euros...
Después de pasar por el puente medieval, y con el estómago lleno, sólo quedan los últimos 13 kilómetros de regreso a Colmenar Viejo por el carril bici. Un paseo.
Una ruta divertida con muchas subidas, con un recorrido de unos 55 kilómetros, que alterna caminos tranquilos con tramos más trialeros. La vuelta a casa la hicimos en el Cercanías, pero para los que tengan más fuerza, sólo tienen que recordar lo que nos dice siempre Martingala: "hasta Madrid, por el carril bici, sólo es dejarse caer..."