Tramo 1: desde El Escorial Valdemorillo
Después de un lluvioso invierno en el que hemos tenido las bicis bastante abandonadas, por fin ha salido el sol, y con él han llegado las ganas de pedalear. El sábado pasado, MiguelS, Miguel Ángel, Martingala y Aalto desempolvamos las bicis para hacer la Senda de las Merinas (o lo que queda de ella).
Ver Senda de las Merinas en un mapa más grande
A pesar del intenso proceso urbanizador de todo el noroeste de la Comunidad de Madrid y en especial de los municipios más cercanos a la Sierra, aún es posible hacer una ruta en bici de montaña, sin apenas pisar asfalto entre la capital y El Escorial.
Diversos caminos han comunicado a lo largo de la historia Madrid con el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Lógicamente desde la época de Felipe II se consolida esta ruta que en un principio se solapaba con el trazado de la actual A-6 hasta bifurcarse en Guadarrama. En el siglo XVII se decide hacer un nuevo camino que desde Las Rozas se dirigiera directamente a San Lorenzo. Tres importantes infraestructuras tuvieron que llevarse a cabo para llevar a buen término esta empresa, los puentes sobre los ríos Guadarrama y Aulencia y el trazado de una camino seguro para ascender el puerto de Galapagar.
Otros caminos históricos han comunicado la sierra con las llanuras meridionales de la región, son las rutas de la trashumancia, organizadas jerárquicamente y por su grado de importancia en Cañadas, Cordeles, Veredas y Coladas, una densa red de caminos por los que hasta hace bien poco circulaban rebaños de ovejas, cabras y vacas. Una de estas rutas es la llamada “Senda de Merinas” un conjunto de vías pecuarias que hace posible el milagro de cubrir caminando o en bici de montaña y por caminos originales los casi setenta kilómetros que separan la Casa de Campo de El Escorial.
Por una cuestión de logística nuestra ruta se realiza en sentido descendente, es decir partiendo de la Sierra y finalizando en Madrid. Aparentemente es más asequible hacer la ruta cuesta abajo pero de todos modos el perfil rompepiernas de la excursión pasa factura en un sentido o en otro.