Había estado al sol y estaba muy caliente. Abrimos las ventanillas y puse el aire. No me gusta el AA, cuando llevo un rato con el chorro frio me empieza a doler todo lo que toca y el ambiente se hace muy artificial.
Hacía tiempo que no lo conducía. Me sentía un poco torpe y menos seguro de lo habitual. Los demás coches no me dejaban pasar, mas bien evitaban que yo pasara o simplemente, circulaban ignorándome a mi y al resto de los conductores, ocupando dos carriles o decelerando aleatoriamente.
Intenté aparcar, tuve que buscar sitio, busqué uno cerca del expendedor de tickets, pero no hallé. Aparqué un poco mas lejos y fui andando al expendedor. Este tenía una avería y tuve que emplear cinco minutos, realizar una llamada y pagar dos euros para dejar el coche una hora. La visita se complicó y excedí el tiempo, una sanción recibí y al expendedor volví, a satisfacer 3 euros por mi descaro.
De vuelta a casa, 10 minutos para encontrar aparcamiento. Salí del coche con la espalda mojada por el sudor y cansado, aunque mis músculos apenas habían trabajado.
Esa misma mañana había a trabajar en bici como siempre, 16 km ida y vuelta. La vuelta fué en horas de mucho sol y calor, sin embargo, el paseo fue bastante agradable: manga corta, pantalón corto y sandalias, ¡casco fuera!. La brisa caliente por el movimiento, enfriada a ratos por mi nuevo climatizador. :-) Llegué fresco y poco cansado, pesé a haber utilizado mis músculos para moverme. Subí la bici a casa donde a falta de brisa, me refresqué por otros medios.
Ayer experimenté dos versiones del transporte privado. Está en la mano de cada uno elegir la que quiera. Yo tengo clara mi elección. Solo por causas excepcionales no la llevo a cabo y estas no incluyen a las condiciones climatológicas. En este caso tenía que llevar conmigo dos pasajeros mas y un bulto.
Saludos y seguid disfrutando de la brisa.
Free your mind.
Wheels