La alegría por estar vivo, las gracias. La dedicatoria a Xavi Tondo, al cielo y el puño en el corazón, “para toda la gente que me quiere”. Y son muchos. A Pablo Lastras se le amontonaron los gestos y las dedicatorias en la línea de meta pero le dio tiempo a pensarlos. A un kilómetro de coronar el alto de la Santa, “el más duro de toda la ascensión”, según describía por la mañana Luis León Sánchez, que de esto sabe un rato, el ciclista de San Martin de Valdeiglesias ha cambiado el ritmo para sorprender a sus compañeros de fuga, Sylvain Chavanel, Ruslan Pydgornyy, del Vancasoleil, y Markel Irizar para marcharse en solitario hasta la línea de meta de Totana.
Y es que “cada día es como una clásica en esta Vuelta”, avisaba ya Lastras desde la mañana, en el abarrotdo control de firmas de Petrer. Espectacular. Los cuatro protagonistas del día han rodado bajo el calor un día más dándose a la fuga en el kilómetro 9 y tomando una renta más que valiosa y buena para jugarse el triunfo de etapa. Chavanel era el hombre más vigilado pero “con los años he aprendido que no se puede desmerecer a ningún rival, porque hasta el mayor desconocido puede acabar ganando”, aseguraba Lastras.