Este verano, mientras disfrutaba del paisaje a punto de coronar la Bola del Mundo, se me vinieron a la cabeza unos versos (modificados) de la Canción del pirata de Espronceda: "Segovia a un lado, al otro Madrid, y allá a mi frente, un cielo azul". En cierto modo, y cambiando su barco por mi bici, ahí arriba me sentía como el pirata del poema, que se escapa de la vida mundana y goza de la libertad que le da el viaje.
Salvando las distancias, creo que los ciclistas comparten algunos de los ideales del Romanticismo, como las ganas de aventuras o ese amor pasional por la bicicleta y su deporte, a veces incomprendido. Aquéllos que son más fuertes (de piernas o de cabeza) nada tienen que envidiar a los héroes románticos: son atrevidos, enérgicos y, en algunos casos, puede que tengan un puntito rebelde y altivo. Si bien el ciclista no es un alma atormentada e insatisfecha que rechaza la sociedad, ¿acaso no desea evadirse de su día a día cuando coge la bici? ¿No aprecia el contacto con la naturaleza en las rutas? Por no hablar de la dimensión reivindicativa del ciclismo urbano, que desafía el orden establecido en el que ciudades y carreteras parecen sólo para automóviles.
Esta reflexión me llevó a adaptar la Canción del pirata al mundillo del aficionado cicloturista. Además de respetar la métrica, he procurado que haya versos que conserven la rima y he mantenido alguno tal cual, de forma que el poema original sea reconocible en la versión ciclista.
¡Espero que os sintáis identificados y os arranque una sonrisa!
Salvando las distancias, creo que los ciclistas comparten algunos de los ideales del Romanticismo, como las ganas de aventuras o ese amor pasional por la bicicleta y su deporte, a veces incomprendido. Aquéllos que son más fuertes (de piernas o de cabeza) nada tienen que envidiar a los héroes románticos: son atrevidos, enérgicos y, en algunos casos, puede que tengan un puntito rebelde y altivo. Si bien el ciclista no es un alma atormentada e insatisfecha que rechaza la sociedad, ¿acaso no desea evadirse de su día a día cuando coge la bici? ¿No aprecia el contacto con la naturaleza en las rutas? Por no hablar de la dimensión reivindicativa del ciclismo urbano, que desafía el orden establecido en el que ciudades y carreteras parecen sólo para automóviles.

¡Espero que os sintáis identificados y os arranque una sonrisa!