Y no siempre por mala fe
Que levante la mano aquél que no haya recibido alguna recriminación por circular correctamente por la calzada con su bici. ¿Uno? ¿Dos? ¿Alguna mano más? ¿Ninguna?
Tras la puesta en marcha (en diferido, como diría la Cospedal) del servicio público de bicicletas de Madrid, BiciMad, muchas personas que hasta entonces no se planteaban el uso de la bici en la ciudad se están tirando de cabeza a probar esta agradable experiencia, y la mayoría de las que deciden hacerlo de manera correcta, es decir, por la calzada, se encuentran con la agresividad y las recriminaciones de muchos conductores. Desde aquí queremos dar unos consejos para que os enfrentéis a estas situaciones y, de paso, convertiros en formadores voluntarios en materia de movilidad.
Los que tenemos mucha experiencia circulando en bici solemos ir a una velocidad cercana a la del resto de vehículos, y es muy poco frecuente que nos encontremos con situaciones en las que un conductor nos acuse de entorpecer el tráfico, aunque no debemos olvidar que ir deprisa aumenta la posibilidad de encontrarnos con imprevistos (peatones que se cruzan, coches que se saltan los ceda, socavones en la vía) y que no podamos reaccionar con la suficiente antelación.
Sin embargo, los que están aprendiendo a moverse por Madrid en bicicleta o aquéllos que, simplemente, deciden pedalear a un ritmo más descansado, son víctimas de los improperios de otros conductores que les instan a que se aparten a la derecha, o a que se metan por el carril Bus o, incluso, a que vayan por la acera para dejarles a ellos lo que consideran su exclusivo territorio: la calzada. Si la que lleva la bici es una mujer tiene además el doble de posibilidades de ser increpada (triste pero cierto).
¿Y cuál suele ser nuestra reacción? Pues se suelen dar dos, y ambas por lo general desaconsejables. La más practicada es la de responder con un vete a tomar por culo, gilipollas acompañada de un movimiento al alza de nuestra mano en la que elevamos el dedo corazón por encima del resto. La segunda sería la de achantarnos y apartarnos a un lado para que nos adelanten y todo por no tener la habilidad de soltarnos de manos y hacer el internacional gesto vaffanculo con el dedito. Las consecuencias de estas reacciones serán siempre desagradables, pues nos podemos ver envueltos en una trifulca con un energúmeno (caso 1) o tener un accidente por echarnos a la derecha (caso 2).
Lo que debemos hacer, si nuestro espíritu zen del momento nos lo permite -y el que suscribe ha de reconocer que a fecha de hoy le cuesta mantener la calma en estas situaciones-, es responder con una amplia sonrisa o con la mayor muestra de indiferencia y continuar a lo nuestro. Pero si queremos subir nota y las circunstancias son favorables podremos acercarnos a hablar con el agresor e informarle de su error, con un tono amable, cordial y respetuoso: Buenos días, señor, mire... es que resulta que tengo prohibido circular por el carril bus o buenas tardes, señora, verá... es que estoy obligado por la normativa a circular por el centro del carril o buenas noches, caballero, yo me iría con gusto por donde usted dice pero las bicicletas no pueden circular por la acera.
Ante esta muestra de civismo se suelen descolocar en un primer momento, quizás porque esperan una reacción airada por nuestra parte y ante lo aplastante de nuestra razón terminan por agradecer la información proporcionada con un lacónico disculpe, es que no lo sabía. Os puedo asegurar que esto lo he puesto en práctica en más de una ocasión y que sucede tal y como os lo cuento, y la razón es que estos conductores por lo general no tienen mala fe congénita, ni son psicópatas, ni nada por el estilo, sino que carecen de información.
No saben que la bici es un vehículo más, ni que no podemos usar el carril Bus, ni que tenemos derecho a usar el centro del carril, igual que muchos ciclistas piensan que la ley les permite circular por aceras de más de tres metros de ancho, y este generalizado desconocimiento de la norma se afianza porque las administraciones, que son las obligadas de informar, simplemente no lo hacen. Eso sí, si al acercaros al conductor percibís la más mínima reacción de violencia, ni que decir tiene que habréis de poner ruedas en polvorosa y a otra cosa, mariposa del asfalto.
Desgraciadamente, esta técnica avanzada de formador vial tiene un inconveniente, y es que disponemos de muy poco tiempo para charlar con el conductor increpante, pues rápidamente el disco se torna en verde y hay que seguir avanzando, por lo que podemos facilitarle una cuartilla con la normativa vigente, como la que editamos en ocasión de la campaña #ciclistasMolestos o esta otra que hemos ideado para los casos aquí descritos (PDF imprimible). Estos papelitos no ocupan apenas espacio y no está de más llevarlos a mano para, de esta manera, convertir a conductores poco informados en usuarios amables de la vía.
Esta recomendación es para los casos aquí descritos, es decir, cuando recibimos improperios por hacer lo que debemos y a lo que tenemos derecho. En el caso de ser adelantados sin el suficiente espacio o cuando el coche precedente pone en peligro nuestra integridad física por no guardar los cinco metros de distancia establecidos, directamente podéis ponerlo en conocimiento de la policía municipal. Otro asunto serían las consecuencias que esta acción depare al infractor, pero tenemos todo nuestro derecho a ejercitarla.
Esta recomendación es para los casos aquí descritos, es decir, cuando recibimos improperios por hacer lo que debemos y a lo que tenemos derecho. En el caso de ser adelantados sin el suficiente espacio o cuando el coche precedente pone en peligro nuestra integridad física por no guardar los cinco metros de distancia establecidos, directamente podéis ponerlo en conocimiento de la policía municipal. Otro asunto serían las consecuencias que esta acción depare al infractor, pero tenemos todo nuestro derecho a ejercitarla.