A lo largo de los años, siguiendo el ejemplo europeo, la bicicleta viene presentándose como un medio de transporte sostenible a explorar y a explotar, tanto por los ciudadanos como por las instituciones. Su presencia parece ir en aumento. Y es que, entre la población vizcaina, ha calado una serie de valores vinculados a la cultura del uso de la bicicleta y otros modos de transporte respetuosos con el medio ambiente. Sin embargo, su utilización como medio de transporte alternativo es aún reducido en el territorio vizcaino.
Por ello, Bizkaia se ha puesto manos a la obra y ha decidido seguir la estela de ciudades como Amsterdam, en la que casi todas las calles poseen carril para ciclistas y en donde se puede dejar la bici en cualquier punto. En este contexto, la Diputación Foral de Bizkaia demuestra en un estudio que, a la hora de la verdad, sólo uno de cada diez vizcainos es ciclista activo, a pesar de que un tercio de la población asegura estar dispuesto a cambiar su medio de transporte habitual por la bicicleta. Eso sí, para ello deben darse "las condiciones necesarias para ello", según dice literalmente el estudio. Y es que, para los vizcainos son más y de mayor peso los inconvenientes que las ventajas en el uso del ciclo. "La utilización de la bicicleta no se potencia construyendo bidegorris, sino facilitando su uso a los usuarios y concienciando de sus beneficios, sin grandes inversiones, tal y como se está haciendo en el resto de Europa", apunta Oscar Moreno, presidente de Erandioko Txirrindulari Elkartea.