Artículo de opinión publicado en El Correo de Andalucía por Pablo Barco, Presidente de la Asociación de Peatones de Sevilla.
Las bicicletas son nuestras amigas. Son vehículos ligeros y eficientes que ocupan poco espacio y que no contaminan. Las impulsa la energía humana. Cuando elegimos movernos en bicicleta, elegimos movernos de una manera inteligente y saludable, al tiempo que contribuimos a construir ciudades más seguras, más sostenibles y más equitativas, especialmente al repartir con coherencia el escaso espacio público existente. Por todos estos motivos desde
Peatones de Sevilla siempre hemos apoyado el impulso que la movilidad ciclista está viviendo en nuestra ciudad: debatiendo en la
Comisión Cívica de la Bicicleta y participando en eventos como la
Ciclovida o el
8º Congreso Ibérico La Bicicleta y la Ciudad.
Durante esta semana se celebra en Sevilla el Velo-City 2011, un importantísimo encuentro mundial sobre bicicletas que cuenta en esta edición con la presencia de especialistas de la talla de Gro Harlem Brundtland, Guillermo (Gil) Peñalosa, Francesco Tonucci, Lynn Sloman o Pilar Vega, quienes han venido para compartir experiencias en torno a la movilidad sostenible, transmitiéndonos su pasión por las bicicletas y por la manera en que éstas pueden ayudarnos a hacer ciudades más amables para todas y todos, incluidos los peatones con indiferencia de sus edades o de sus capacidades para moverse por el espacio urbano. El propio Tonucci sintetizó hace tiempo todos estos objetivos en un pensamiento
“si una ciudad es buena para los niños, es buena para todos”.
En muchos de estos aspectos, y más concretamente en el impulso de la movilidad ciclista, Sevilla tiene mucho que decir.
Desde nuestro Ayuntamiento se ha apostado claramente por la bicicleta como vehículo preferente hasta convertirla en todo un símbolo, a través de la creación de más de 120 kilómetros de carriles bici y de la implantación de un exitoso servicio de alquiler de bicicletas,
logrando en un tiempo récord más de 50.000 usuarios y una reducción de 62.833 toneladas de emisiones de CO2. Sin embargo el proceso para lograr todos estos avances no ha sido fácil, permanentemente han existido vecinos, políticos y periodistas que han criticado y menospreciado a las bicicletas identificándolas como un medio de transporte del pasado en vez de una apuesta clara por el futuro, algo que sin embargo hoy en día ya nadie se atreve a cuestionar. Ahora se trata de seguir mejorando.