Mi Bicifinde a Sanse, y mi primer día al trabajo en bici
Escrito el viernes 2 de marzo por Isaac
En época de crisis, mercados, primas de riesgo y demás zarandajas, siempre es agradable poder hacer algo que reafirme tu libertad de elección y te permita escapar aunque sea momentáneamente de los aburridos debates cotidianos. En esto estaba pensando cuando vi a Aalto esperándome en el lateral de la Castellana y comencé a divagar sobre el origen de su alias en el foro, sospechas que se reafirmaron mientras miraba hacia arriba atendiendo a las directrices y explicaciones sobre ruta, comportamiento y seguridad que fue desgranando mientras esperábamos al tercer componente de la expedición. A los pocos minutos apareció Edgar sobre una bicicleta plegable que me hizo pensar que iba a sufrir para cubrir los aproximadamente 34 kilómetros que nos esperaban ese día en el trayecto de ida y vuelta al polideportivo Dehesa Boyal de San Sebastian de los Reyes, no ha sido la primera vez que he tenido que admitir mi ignorancia, pero si una de las más evidentes...
Tuvimos suerte, y nos acompañó un tiempo espléndido durante todo el recorrido, éste no presento excesivas dificultades ni por volumen de tráfico ni por dureza en el trazado, de hecho fue un recorrido bastante variado y entretenido, con el único contratiempo de que se me cayó el candado de la bicicleta en una bajada por la Moraleja, incidencia que resolvió con celeridad Edgar a bordo de su
“mosquito supersónico”. El único paso que me pareció arriesgado fue un cruce en la rotonda de acceso del Plaza Norte, cruce en el que desembocaba un carril bici que me hizo tomar conciencia del problema asociado a estos carriles (accesos y conexiones), ya que parecen pensados para dar pedaladas sin ninguna intención de llevarte a ningún lado en concreto... Finalmente nos plantamos en el polideportivo Dehesa Boyal, aproximadamente 55 minutos más viejos y 18 kilómetros más ejercitados. Comentamos las incidencias del recorrido y emprendimos el regreso.
Para este regreso Aalto había diseñado una alternativa atravesando San Sebastián de los Reyes y descendiendo por el polígono norte de Alcobendas tomando la Avenida de Valdelatas en dirección al Distrito C, este recorrido no nos gustó demasiado a ninguno, por varias razones, entre ellas disponer de un carril bici paralelo a toda la avenida que no puede ser utilizado en espera del desarrollo urbanístico del polígono y que nos obligaba a transitar por una calzada donde los automóviles alcanzan una velocidad considerable y que al terminar la Avenida se bifurcaba en un peligroso cruce entre el ramal que se dirige al distrito C y el que se dirige a la carretera de Fuencarral, superados ambos escollos tomamos la ruta de regreso coincidente con la de ida a partir del Distrito C y llegamos sin novedad al punto de salida, cansados (yo al menos) y satisfechos compartimos un Acuarius,
“nos lo habíamos ganado”.