Señor diputado: Si de su decisión depende que se apruebe la obligación del casco en ciudad, antes debería de leer esto
La semana pasada el Consejo de Ministros envió el texto al Congreso que prohibe a menores usar la bici sin casco. Esto no significa que la ley esté aprobada, ya que en estos momentos una Comisión de Seguridad Vial está discutiendo la ley por si necesita cambios antes de aprobarse.
Una de las cuestiones más llamativas es que llevamos 6 meses discutiendo sobre las consecuencias de la ley fijándonos en los ejemplos de los pocos países que la han implantado: que si en Australia funcionó mal, que si en Canadá dependió del estado… ¿y España? Aquí hay una ley desde 2004 en carretera que nadie se ha preocupado de evaluar.
Que una ley polémica se quiera extender a todo el territorio nacional sin siquiera haber mostrado al público los resultados donde ya está en vigor demuestra una falta de rigor y profesionalidad inauditas. Es el momento de que la DGT presente resultados ante la Comisión de Seguridad Vial tras 9 años, para evaluar qué ha funcionado bien y qué no. Qué menos que disponer de mecanismos de medición para poder hacer lo propio con una ley en la que hay tantas dudas sobre sus resultados.

Para quien no quiera leer el tocho, le desevelo el final: Aunque ahora se usa más el casco, no está claro que sea por la ley. No se sabe por qué hay más ciclistas heridos. No hay pruebas de que un mayor uso del casco esté reduciendo la gravedad de los accidentes. El efecto del casco obligatorio en ciudad no es medible. La obligación en ciudad podría aumentar la siniestralidad. Qué bien ¿no?
Si la DGT no quiere hablar del tema, no se preocupen los lectores. Les presentamos todos los datos disponibles para que juzguen ellos mismos. Si en algún caso detectan rastros de parcialidad en el siguiente texto, rogamos nos dejen un comentario para poder corregirlo en cuanto sea posible.
Avisamos, los datos son escasos. Quien debería de proporcionar el resto de la información, no lo está haciendo. Reclamaciones a ellos.
Una de las cuestiones más llamativas es que llevamos 6 meses discutiendo sobre las consecuencias de la ley fijándonos en los ejemplos de los pocos países que la han implantado: que si en Australia funcionó mal, que si en Canadá dependió del estado… ¿y España? Aquí hay una ley desde 2004 en carretera que nadie se ha preocupado de evaluar.
Que una ley polémica se quiera extender a todo el territorio nacional sin siquiera haber mostrado al público los resultados donde ya está en vigor demuestra una falta de rigor y profesionalidad inauditas. Es el momento de que la DGT presente resultados ante la Comisión de Seguridad Vial tras 9 años, para evaluar qué ha funcionado bien y qué no. Qué menos que disponer de mecanismos de medición para poder hacer lo propio con una ley en la que hay tantas dudas sobre sus resultados.
Para quien no quiera leer el tocho, le desevelo el final: Aunque ahora se usa más el casco, no está claro que sea por la ley. No se sabe por qué hay más ciclistas heridos. No hay pruebas de que un mayor uso del casco esté reduciendo la gravedad de los accidentes. El efecto del casco obligatorio en ciudad no es medible. La obligación en ciudad podría aumentar la siniestralidad. Qué bien ¿no?
Si la DGT no quiere hablar del tema, no se preocupen los lectores. Les presentamos todos los datos disponibles para que juzguen ellos mismos. Si en algún caso detectan rastros de parcialidad en el siguiente texto, rogamos nos dejen un comentario para poder corregirlo en cuanto sea posible.
Avisamos, los datos son escasos. Quien debería de proporcionar el resto de la información, no lo está haciendo. Reclamaciones a ellos.