La prohibición actual genera cada vez más conflictos
Los recientes ciclocarriles, que básicamente han dibujado en el suelo la norma que desde 2010 rige en cualquier otra calle han escandalizado a no pocos ciudadanos ¿cómo que la bici no puede circular por el carril bus? ¿Y tiene que ir por ahí en medio, con coches y buses a ambos lados adelantándola a 50 km/h? ¿Cómo girar a la derecha en una situación así?
Por si alguien no lo sabe, la Ordenanza de Movilidad de Madrid limita el uso del carril-bus a autobuses, taxis y motos. Las bicis, en contra de lo que mucha gente cree (incluso policías municipales a los que hemos preguntado), no pueden usarlo y deben emplear el carril siguiente, como el resto de vehículos.

Es cierto que la ordenanza abre la puerta a permitirlo allá donde esté señalado, o en los carriles ascendentes de más de 4,5 m, pero no hay ningún caso en Madrid en el que esto suceda… por ahora.
Es hora de reconocer que esa norma está generando situaciones cada vez más extrañas y conflictivas, y que igual ha llegado el momento de cambiarla.
¿Por qué no pueden ir las bicis por el carril-bus?
Porque la EMT no quiere. La velocidad media de los autobuses en Madrid no es muy alta, y temen que generalizar el uso de la bici en los carriles exclusivos acabe empeorando más el servicio. Por ello se prohibió expresamente en la actual ordenanza, en la que la bici se considera un vehículo como cualquier otro coche, sin los privilegios que tienen motos y taxis, que sí pueden usarlo. Quizá como usuarios de la bici no nos guste, pero es entendible la postura de la EMT para lograr un buen transporte público.
Pero ¿cómo se justifica la prohibición cuando la bici no afecta a la velocidad del bus? ¿O cuando se autoriza a ciertos vehículos, pero no a la bici, a ralentizar la marcha del bus?